Condenan a 15 años de cárcel a un maestro interino por agresión sexual a tres alumnas de 11 años en Asturias
La Audiencia Provincial de Asturias ha impuesto una pena de 15 años de cárcel a un maestro por los tres delitos continuados de abusos sexuales que cometió sobre tres alumnas de 11 años a las que impartía clases, con las que no podrá comunicarse ni acercarse a menos de 300 metros durante diez años.
Además, no podrá acceder a cualquier empleo, cargo público, profesión u oficio que implique contacto con menores durante cuatro años más.
Libertad vigilada
A estas penas se suma la imposición de una medida de libertad vigilada a determinar a la vista de la propuesta que el Juzgado de Vigilancia Penitenciaria eleve en el momento pertinente, en fase de ejecución y al menos dos meses antes de la extinción de las penas de prisión.
Los magistrados de la sección tercera de la Audiencia Provincial de Asturias, con sede en Oviedo, han condenado al profesor a indemnizar a una de las menores con 5.000 euros, si bien han declarado la responsabilidad civil subsidiaria de la Consejería de Educación del Principado de Asturias.
El juicio contra el docente, de 65 años, se celebró a puerta cerrada. El acusado, un funcionario interino del Cuerpo de Maestros, fue destinado a un centro publico de Educación Básica para impartir clases de Lengua Asturiana a los alumnos de sexto de primaria en el curso escolar que comprendía el periodo desde principios de septiembre hasta noviembre de 2021.
Entre su alumnado había tres menores, de 11 años, a las que durante ese periodo se “sirvió de su posición como profesor para acercarse a ellas y acariciarles el cabello deslizando su mano por el cuello hasta la zona del pecho, satisfaciendo su propósito libidinoso”, según la sentencia a la que ha tenido acceso elDiario.es Asturias.
Las menores veían que “no era normal”
Los magistrados aseguran que este comportamiento lo mantuvo “no menos de dos veces con cada una de las menores”.
En una ocasión, el día del Amagüestu, cuando subían por las escaleras del centro el acusado cogió a una de estas alumnas por las caderas con la misma intención.
Las tres menores, que habían percibido que “estos tocamientos no eran normales”, mostraron su rechazo a quedar a solas con el profesor e incluso a ir al colegio. Una de ellas llegó a presentar problemas de sueño y ansiedad.
Nerviosas y alteradas
La actitud de nerviosismo y alteración que mostraban las tres menores en el comedor del centro escolar, donde no querían comer, fue observada por una monitora, quien se interesó por lo que les pasaba y ellas se lo contaron.
Esta testigo prestó declaración en el juicio, donde manifestó que una de las menores estaba más afectada porque “es más reservada y callada y se puso muy roja cuando le preguntó si era verdad lo que decían”.
La sentencia no es firme y contra la misma cabe interponer un recurso de apelación ante la Sala Penal-Civil del Tribunal Superior de Justicia de Asturias (TSJA).
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