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La última manifestación de Anita Sirgo, ejemplo de “lucha y dignidad”: una multitud la acompaña tras su muerte

Bárbara A. Peri

Langreo —

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Lo pidió antes de morir, varias veces y con todos los detalles. Y punto por punto, sus compañeros de la Unión Comarcal de CCOO del Nalón cumplieron esta tarde todos sus deseos. Anita Sirgo, la histórica militante comunista asturiana, participó en su última manifestación, la que acompañó a su féretro desde la casa sindical de La Felguera hasta el Pozu Fondón, en Sama de Langreo, en la que participaron cerca de dos mil personas.

Antes, por la capilla ardiente que se instaló en el salón de actos de la sede del sindicato, habían pasado durante el día y medio que estuvo abierta centenares de camaradas, amigos, vecinos y políticos. Todos para mostrar su respeto a una mujer luchadora que, hasta el final de sus días, animó a todos a la movilización contra los fascismos.

El salón se quedó pequeño para el acto homenaje que se celebró media hora antes de que el féretro saliese para el último adiós. Tomaron la palabra, entre otros, José Manuel Zapico, el secretario general del sindicato en Asturias, el consejero de Ordenación del Territorio y coordinador general de IU Asturias, Ovidio Zapico, y el Presidente del Principado.

Sus compañeros de partido y sindicato ensalzaron su figura como “un referente” y “una leyenda” que fortaleció la democracia plantando siempre cara a la dictadura. El jefe del ejecutivo asturiano, el socialista Adrián Barbón, reivindicó a Sirgo como “un patrimonio del conjunto de la izquierda” y “del conjunto de los demócratas” y pidió no olvidar que “mucha gente gastó su vida para defender la libertad”.

Tras los discursos vino la marcha a pie, con el féretro portado a hombros, como siempre se enterraba en las cuencas mineras a los trabajadores muertos en el tajo. En la calle, mucha más gente que la que abarrotaba el salón de actos, y los aplausos, cerrados, mientras familiares y camaradas salían con las decenas de ramos de flores que llegaron a la capilla ardiente procedentes de diversos puntos del país.

Y junto a las flores, las pancartas, que Anita Sirgo pidió porque “no pueden faltar en ninguna manifestación”, como ella decía. La que encabezaba era de agradecimiento, al lado de una foto de la militante fallecida: “Gracies Anita, por tu ejemplo de lucha y dignidad”. La segunda, a mitad de la marcha, la portaba el movimiento 'Asturies Feminista 8M', con el lema de la última manifestación del Dia de la Mujer celebrada en 2023: “Compañera Dame Tira”.

Los casi dos kilómetros, que separan la casa sindical del pozu, se recorrieron en silencio y también con cánticos reivindicativos como el “No pasarán”. Cuando el féretro entraba en la explotación minera, escenario de muchas de las protestas juveniles de Anita Sirgo en aquella Huelgona del 62, por las que acabó encarcelada y torturada, los asistentes empezaron a cantar Santa Bárbara Bendita. Y sonó el turullu, la llamada de las minas para los relevos de trabajadores que, cuando sonaba a deshora, auguraba algún accidente en el interior.

También la plaza del pozu se quedó pequeña y de nuevo más mensajes. El que se leyó a petición de la organización vasca de víctimas del golpe de estado, de la represión y del régimen franquista, Ahaztuak 1936-1977. Quisieron mostrar su agradecimiento a la republicana asturiana por compartir con ellos la lucha y por el legado que deja, “mucho más allá de Asturias”. Y el de Unai Sordo, el secretario general de CCOO en España, que lamentó no poder estar en la despedida a Sirgo pero pidió que nadie dejase de contar su historia.

Y antes de acabar, la familia tomó la palabra. Lo hizo su biznieta Deva, de11 años, que quiso agradecer tanto cariño y tanto trabajo para cumplir con el último deseo de su bisabuela, finalizando su discurso con un “¡Salud y República!”. Se plantaron camelias para no olvidar nunca a la militante comunista y, antes de que el público empezase a cantar la internacional, sonaron los tacones sobre el suelo. Tacones de madreñas que retumbaron mientras se escuchaba un sentido: “Compañera Anita, gracies por Dar Tira”.

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