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Sobre este blog

Pregunta: ¿Por qué autoentrevistas?

Respuesta: Porque al fin y al cabo todas las columnas de opinión son respuestas a unas preguntas que se han borrado.

P: Hable por usted, no por los demás.

R: Bueno, no sé si todas. Las mías sí. Cuando tengo que escribir una columna me hago preguntas, las contesto y luego borro la parte del entrevistador.

P: Y aquí ha decidido dejarla.

R: Sí, para darle voz a mi otro yo.

P: ¿Y no es un poco esquizofrénico eso de hacerse preguntas, contestarlas y llevarse la contraria?

R: Un poco, pero es la única manera que tengo de saber lo que pienso sobre las cosas. Y además no siempre estoy de acuerdo con mis opiniones.

Entrevista a Antonio Orejudo sobre la soberbia de Gallardón

Antonio Orejudo

Pregunta. ¿Cree usted que la Marea violeta contra la reforma de la ley del aborto será efectiva, que el Gobierno acabará escuchando el clamor popular?

Respuesta. Yo creo que las movilizaciones acaban siempre siendo efectivas. Cuando alguna protesta no alcanza sus objetivos es generalmente porque se ha protestado poco, porque se ha abandonado antes de tiempo. Espero que lo que han conseguido los vecinos de Gamonal, lo que acaba de conseguir la Marea blanca y lo que acabarán consiguiendo los manifestantes ucranianos acabe de una vez por todas con el sentido de esa frase, que odio y que no nace del escepticismo elegante, sino de la vagancia y de la comodidad: “Para qué vas a protestar, si no sirve de nada”. Los últimos acontecimientos han demostrado que lo único que no sirve de nada es no protestar.

P. Pues a juzgar por la respuesta del ministro Gallardón a los participantes en la manifestación del sábado, el futuro no es muy halagüeño.

R. Ya sé que usted me entrevista todas las semanas, y que siempre me hace preguntas sobre política aunque yo de lo único que sé, y no mucho, es de literatura. Ya sé que tendría que estar informado de lo que hacen y dejan de hacer los políticos, pero le confieso que no sé de qué me habla.

P. De la convención del PP del sábado pasado.

R. Ni idea. Como comprenderá tengo otros planes para los sábados.

P. El PP ha celebrado una convención en Valladolid y el ministro Gallardón ha dicho que no habrá ningún insulto, gesto o descalificación que le haga “abdicar del compromiso de cumplir el programa electoral” del PP. ¿No le parece un poco soberbio decir eso cuando miles de personas se están manifestando en Madrid?

R. Pues no, la verdad.

P. ¿Le parece normal?

R. No es que me parezca normal o anormal. Es que no hay que interpretar esas palabras en términos de soberbia o humildad. Mire, yo nunca creí que Gallardón fuera el representante de la derecha civilizada española que hace unos años nos intentaba vender la prensa socialdemócrata. Para eso ya tenemos al PSOE. Y tampoco creo que Gallardón sea la bestia reaccionaria y ultracatólica que nos intentan pintar ahora. Gallárdón es sobre cualquier etiqueta ideológica un político pragmático y ambicioso, capaz de autorizar la píldora del día después cuando era alcalde de Madrid y de prohibir el aborto incluso en casos de malformación si sus cálculos políticos le aconsejan tomar una u otra decisión en función de las circunstancias.

P. ¿Está diciendo que la ley del aborto no es un reflejo de la ideología de Gallardón?

R. Estoy diciendo que la ideología de Gallardón —suponiendo que la tenga y que esta vaya más allá de la mera conservación del poder— es irrelevante en este caso. Estoy diciendo que sería muy tranquilizador que Gallardón fuera una bestia reaccionaria. Pero no lo es. O sí. Aunque también es lo contrario. O no. Depende de cómo sople el viento. Gallardón es un político sin ideología, y eso es muchísimo más peligroso que si estuviera a las órdenes de la Iglesia católica.

P. Entonces, ¿cómo interpreta usted sus palabras en la convención de Valladolid?

R. Léalas detenidamente y usted mismo se dará cuenta. Dice que no abdicará de su compromiso de cumplir el programa electoral del PP. No dice: no abdicaré de mis convicciones más profundas. No. Dice: no abdicaré de cumplir el programa electoral del PP. Lo cual no es un mensaje a los manifestantes del sábado, que a Gallardón le importan tres pepinos. Es un mensaje al PP. Es un mensaje que dice: “Queridos compañeros, ratas del PP, os habéis acojonado con el follón que se está armando y ya habéis empezado a abandonar el barco, dispuestos a que yo sea el único que se coma este marrón. Pero no pienso hacerlo, porque yo me he limitado, como el disciplinado militante que soy, a poner negro sobre blanco lo que me pidió el presidente y a pagar la deuda que todo el partido contrajo con la Iglesia católica. Así que no me vengáis ahora con melindres. Esta ley es la ley que prometisteis, la que entonces nos convino a todos prometer. Esta es la ley de Mariano Rajoy. Que no se haga el loco nuestro queridísimo presidente, que yo a los gallegos me los como crudos. Si me condeno con el aborto, aquí no se salva ni dios”.

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Pregunta: ¿Por qué autoentrevistas?

Respuesta: Porque al fin y al cabo todas las columnas de opinión son respuestas a unas preguntas que se han borrado.

P: Hable por usted, no por los demás.

R: Bueno, no sé si todas. Las mías sí. Cuando tengo que escribir una columna me hago preguntas, las contesto y luego borro la parte del entrevistador.

P: Y aquí ha decidido dejarla.

R: Sí, para darle voz a mi otro yo.

P: ¿Y no es un poco esquizofrénico eso de hacerse preguntas, contestarlas y llevarse la contraria?

R: Un poco, pero es la única manera que tengo de saber lo que pienso sobre las cosas. Y además no siempre estoy de acuerdo con mis opiniones.

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