Cantabria tiene “un gran déficit” de bibliotecas en los municipios de menos de 5.000 habitantes
Cantabria tiene 102 municipios, de los cuales 81 tienen menos de 5.000 habitantes, de los cuales 55 carecen de servicio bibliotecario. Esta situación corresponde a 2021 y ha sido puesta de relieve en un informe de Fesabid, la Federación Española de Sociedades de Archivística, Biblioteconomía, Documentación y Museística, el conglomerado que más representa a asociaciones y profesionales de este sector; informe que concluye que Cantabria es uno de los ejemplos en España de la desigualdad de acceso del ciudadano a las bibliotecas al tener “un gran déficit” en prácticamente todos los órdenes.
En Cantabria, resalta el informe, hay municipios relativamente grandes que no tienen oferta bibliotecaria para sus ciudadanos. Y cita a Marina de Cudeyo (con más de 5.000 habitantes), Miengo, Ribamontán al Mar y Campoo de Enmedio (de entre 3.000 y 5.000 habitantes). Todos ellos carecen de servicio bibliotecario público.
La situación es especialmente preocupante en los municipios pequeños, de menos de 1.500 habitantes, a los que la propia ley cántabra, de 2001, emplaza a ser dotados de servicio bibliotecario “por el medio que se considere más oportuno”, una fórmula cundo menos curiosa si se tiene en cuenta que está recogida en un texto legal.
El resultado es palmariamente deficiente: 13 municipios de más de 2.000 habitantes no cuentan con biblioteca pública, más del 12% de los ayuntamientos, afectando a 39.439 habitantes, el 6,78% de la población total de la Comunidad. Como atenuante, aunque no eximente, el informe tiene en consideración la gran dispersión poblacional de algunos ayuntamientos, con múltiples núcleos de población, como es el caso de Campoo de Enmedio, que con 3.750 habitantes cuenta con 16 núcleos de población
Ley “sucinta y directa”
A Fesabid no le gusta la Ley 3/2001, de 25 de septiembre, de Bibliotecas de Cantabria. La considera una ley “sucinta y directa”, con un eje, que es el artículo 19, referente a la distribución de los servicios bibliotecarios en la Comunidad, donde se indica que “en los municipios cuyo volumen de población o la dispersión geográfica de la misma lo aconsejen las Administraciones autonómica y municipal impulsarán la creación de sistemas municipales de bibliotecas”, pero cuyo desarrollo queda finalmente en manos de bibliotecas escolares o bajo fórmulas inconcretas.
Si con los municipios de menos de 1.500 habitantes el servicio se deja al albur de posibles acuerdos, la situación de los municipios de entre 1.500 y 5.000 habitantes no es mucho más halagüeña: los servicios bibliotecarios deberán garantizar la “consulta de las principales obras de referencia y el préstamo individual de libros”... a partir de bibliotecas escolares.
A la cola de España
Los últimos datos que ofrece en su web el Ministerio de Cultura, acerca del estado de las bibliotecas públicas en el país, ofrecen un panorama no menos demoledor para Cantabria. Con datos de 2019, los últimos oficiales, Cantabria se encuentra a la cola de españa, salvo por Ceuta y Melilla, en casi todos los parámetros estudiados. Así, está prácticamente a la cola en número de bibliotecas (59), usuarios inscritos (154.508), gasto corriente (5,8 millones de euros), visitas (1,2 millones), adquisiciones (46.056 documentos) y actividades (2.166).
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