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Los ganaderos que reclaman daños por el lobo tardan una media de 95 días en cobrar las indemnizaciones

Un ejemplar de lobo ibérico.

Javier Fernández Rubio

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Los ganaderos cántabros, cuya cabaña ha experimentado pérdidas atribuidas al lobo, tardan de media 95 días en cobrar las indemnizaciones a que tienen derecho, según datos oficiales de la Consejería de Desarrollo Rural suministrados al Parlamento de Cantabria.

El pago medio por los daños ha mejorado ostensiblemente en 2020 con respecto al ritmo con que se abonaban en 2019. El promedio en aquel año fue de 167,54 días con una horquilla de casos que oscilaba entre los que cobraban en 115 días y los que tardaban en cobrar 458 días. Esta lentitud de los pagos en 2019 ha sido atribuida al cambio de la compañía aseguradora que se encargaba de efectuar los mismos. El nuevo contrato de seguros produjo un retraso en la tramitación de expedientes, que se añadió al retraso de algunos beneficiarios en presentar la documentación, según el departamento que dirige Guillermo Blanco (PRC).

En 2019, 1.068 ganaderos reclamaron daños por lobo, reclamaciones que se estimaron en 995 casos, mientras otros 73 quedaron desestimados. En 2020, a falta del cierre oficial de cifras, los expedientes tramitados fueron 782, de los cuales se reconocieron 713.

Cuando los daños están causados por especies cinegéticas incluidas en un plan de gestión, como es el caso del lobo, la Administración autonómica se hace cargo de las indemnizaciones. A principios de este año fue publicado un nuevo baremo, el cual se encuentra enmarcado dentro del Plan de Gestión del Lobo, que prevé el pago de los daños producidos por esta especie, además de las subvenciones para adoptar medidas preventivas, el pago de servicios ambientales, y los cupos de muerte de ejemplares por temporada.

A título de ejemplo, los daños por terneros de vacuno mestizo, el ganado bovino más afectado por el lobo, se indemnizan con 550 euros por cabeza muerta (antes eran 300 euros), mientras que en el caso de los potros mestizos menores de nueve meses la cifra ha pasado de 300 a 400 euros.

Para los ejemplares de ovino y caprino, teniendo en cuenta que son el tipo de ganado más afectado y que la mayor parte no está inscrita en libros genealógicos, se pasa de 130 a 200 euros en los sementales, de 100 a 160 euros en ovejas y cabras adultas, y de 75 a 120 euros para los corderos y cabritos.

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