La instalación de concertinas en el Puerto de Santander se hizo a espaldas del Consejo de Administración
La instalación de concertinas en el Puerto de Santander fue una decisión unilateral del presidente de la Autoridad Portuaria de Santander (APS), Francisco Martín, quien no contó con el parecer del Consejo de Administración de la entidad. Al implicar la medida una modificación sustancial de las medidas de seguridad portuarias debería haberse consultado al Consejo de Administración según estipula la Ley de Puertos del Estado y la Marina Mercante.
Este es el parecer de Juventudes Socialistas de Santander, cuyo secretario general, Yago Nan, ha pedido que el Consejo de Administración enmiende la decisión de su presidente en su próxima reunión.
Asimismo, la organización juvenil del PSOE considera que la instalación de concertinas es irregular al vulnerar la normativa autonómica en materia urbanística, que prohíbe expresamente los cerramientos consistentes en alambres de espino y similares.
“La instalación de concertinas es totalmente contraria al artículo 88.5 de la Normativa urbanística regional que dice expresamente: 'Se prohíben los cierres construidos con malla de alambre electrosoldado, alambre de espino u otros materiales análogos susceptibles de generar daños, así como los construidos con bloques de cemento prefabricado visto'”, cita Juventudes Socialistas.
El Puerto de Santander tiene en fase de licitación la compra de 10 kilómetros lineales de concertina, la variante más agresiva de alambrado antipenetración, después de “cierta eficacia” de los resultados que se han obtenido con la ya instalada a la hora de frenar los intentos de penetración de migrantes albaneses en terreno portuario para embarcar como polizones rumbo al Reino Unido. La decisión cuenta con el parecer en contra de la ONG Pasaje Seguro y de algunos dirigentes socialistas como la portavoz parlamentaria Noelia Cobo, quien se ha opuesto “en conciencia”.
La organización juvenil socialista ha remitido un escrito al Puerto con 14 puntos en los que pide la retirada de las concertinas instaladas, ya que considera que su uso es desproporcionado e ineficaz. También pide informes jurídicos y técnicos a Puertos del Estado sobre la necesidad de instalar este tipo de material.
Cruel, ineficaz y desproporcionado
Cuando el ministro de Interior, Fernando Grande-Marlaska, anunció la decisión de retirar las concertinas en Ceuta y Melilla lo hizo en virtud de un informe reservado de su departamento en el que se concluía que el material instalado no producía ningún efecto disuasorio.
El propio Gobierno central ha sustituido las concertinas instaladas en el vallado de Ceuta y Melilla por tubos antitrepado, asegura la organización: “Esta es solo una opción de las muchas que existen para garantizar la eficacia del vallado y el respeto por los derechos humanos”
Asimismo, las Juventudes del PSOE citan la opinión en contra del ex Defensor del Pueblo, Francisco Fernández Marugán, cuando dijo en 2018 que las concertinas instaladas en las vallas de Ceuta y Melilla son “de una crueldad extraordinaria”. También cita los pareceres contrarios de la ex Comisaria Europea de Interior, Cecilia Malmströmt, y del ex Comisario Europeo de Inmigración, Dimitris Avramopoulos.
La desproporción de uso queda evidenciada por la relación de muertos y heridos de gravedad en la frontera sur, cuando existe material alternativo que no causa los desgarros de las cuchillas en forma de arpón de estas concertinas. Dos de las muertes producidas, por ejemplo, fueron por sección de una arteria y corte en el cuello.
“Toda medida de seguridad debe ajustarse al criterio de proporcionalidad, adecuando los medios utilizados a la integridad física de las personas y al respeto de los derechos fundamentales recogidos en la Constitución, la Carta de los Derechos Fundamentales de la Unión Europea y la Declaración Universal de Derechos Humanos, entre otras”, asegura Yago Nan.
Tampoco tiene la concertina, a su juicio, un escaso efecto disuasorio porque su instalación en Ceuta y Melilla no ha frenado los asaltos al vallado.
“El uso de concertinas para disuadir a los inmigrantes de cruzar la valla no solo es ineficaz, sino desproporcionado, y constituye una violación clara de los derechos humanos. Ningún fin puede justificar este medio, porque las concertinas matan, desangran, cortan cuerpos y los marcan de por vida”, concluye la organización.
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