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Las ONG se preparan para un otoño “complicado”: “Nuestros recursos son finitos y este ritmo de ayuda es muy difícil de mantener”

Trabajadora de la Cruz Roja en Cantabria

Blanca Sáinz

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“Atendemos a unas 20.000 personas durante todo el año, y ahora hemos llegado a atender a 42.000 en unos meses”, cuenta Francisco del Pozo, presidente del Banco de Alimentos de Cantabria. Y es que aunque el confinamiento fue lo que supuso un antes y un después para muchos hogares españoles, lo cierto es que miles de familias siguen requiriendo la ayuda de entidades humanitarias para subsistir. Así lo explica también Lorena Pérez, directora de Voluntariado y Comunicación a nivel autonómico de Cruz Roja, tras reconocer que llevan unos meses “frenéticos” en los que han visto cómo cada vez más y más personas solicitaban una ayuda que, hasta este momento, han podido ofrecerles.

Ahora, pasado lo que parece que ha sido el peor trago, piensan en los próximos meses y, de entrada, los afrontan como “complicados”. “Nuestros recursos son finitos y la previsión para este año está hecha, pero no sé qué ocurrirá el año que viene. Lo que sí sé es que este ritmo de ayudas es muy difícil de mantener”, afirma la portavoz de Cruz Roja.

La razón responde a la lógica: gran parte de sus 'ingresos' se corresponden con ayudas gubernamentales, que en esta época han aumentado las partidas destinadas a estos colectivos, pero ante una crisis económica temen que estas cuantías puedan ir reduciéndose progresivamente. Sobre ese miedo a quedarse sin stock, Del Pozo reconoce que hasta ahora nunca habían tenido que comprar alimentos con el dinero recibido en su cuenta abierta “pero nos da que esta vez va a ir para largo, así que hemos decidido comprar por lo que pueda venir”.

Sin embargo, las dos entidades cuentan con la baza del Plan Nacional, que en esta ocasión enviará a sendas organizaciones 161 toneladas de comida en lugar de 121. Pese a eso, y preparándose para atender a todo el que lo necesite, el Banco de Alimentos ya prepara su próxima recogida permanente, que esta vez se realizará en la Estación Marítima de Santander.

Una gran “ola de solidaridad”

En lo que ambos coinciden también es en la “increíble” respuesta que han obtenido de la gente, ya que comparten una forma de organización que se basa en voluntarios que contribuyen con su tiempo y trabajo, y en aquellos que realizan aportaciones económicas.

“Llevo 15 años dirigiendo el área de voluntariado y en la vida había visto una ola de solidaridad tan grande y tan rápida como la que ha habido durante los meses del confinamiento, pero lo positivo es que siguen llegando personas. No se ha quedado ahí”, revela Lorena Pérez. Y es que Cruz Roja ha logrado captar desde marzo a 530 voluntarios para atender a 14.500 personas, y precisamente sobre este dato, la responsable de la entidad en Cantabria indica que de ese número el 60% son mujeres “lo que demuestra que son las que se corresponden con el colectivo más vulnerable que atendemos”.

Por su parte, el presidente del Banco de Alimentos comparte la visión de Pérez y asegura ser consciente de que podrán volver a recurrir a los cántabros si es necesario: “Creo que si hacemos un llamamiento, que lo tendremos que hacer, van a responder”, señala esperanzado.

Así que ahora solo queda ver si, como apuntan algunos, la empatía y la solidaridad han salido reforzadas de esta crisis sanitaria. Porque lo que nadie -al menos de estos colectivos- cuestiona es que se avecinan unos meses “complicados” en los que será necesario arrimar el hombro para que la situación no vuelva a cebarse una vez más con los colectivos más vulnerables.

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