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REPORTAJE

El acceso a la salud, otra lucha por la igualdad de género con rostros y soluciones

Mujeres en RDC

Alicia Avilés Pozo

Si todas mujeres contaran con el acceso a los medicamentos esenciales necesarios, los contagios de recién nacidos por VIH/SIDA caerían en un 93%. El 61% de los adultos infectados por el VIH en el África subsahariana son mujeres. Entre un 15% y un 71% de las mujeres han sufrido violencia física o sexual infligida por su pareja en algún momento de sus vidas, y cada día mueren aproximadamente casi 830 mujeres por causas prevenibles relacionadas con el embarazo y el parto. Son datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) que han hecho necesario que muchas políticas de cooperación al desarrollo pongan el foco en la desigualdad de género existente en el derecho a la salud.

Con estas cifras, y en un mundo donde ya hay movimientos globales que luchan por la igualdad, esta falta de equidad en la salud ha hecho que muchas mujeres tomen conciencia de su situación. Se ha convertido en un problema que debe atajarse a varios niveles y sobre el que trabajan numerosas organizaciones, entre ellas la ONG Farmamundi. Es el objetivo de la exposición ‘Wanawake. Defensoras del derecho a la salud en República Democrática del Congo’ en la Biblioteca Pública de Albacete. La muestra, que estará presente hasta el 23 de julio abierta a todo el público, da a conocer la lucha de las mujeres congoleñas por la defensa del acceso a la atención sanitaria.

Se trata de una exposición que visualiza la lucha de las mujeres congoleñas -wanawake significa mujer en swuahili- y, en particular, de la organización ‘Femmes Engagées pour la Promotion de la Santé Intégrale’ (FEPSI) con la que Farmamundi desarrolla sus proyectos desde hace más de diez años, trabajando por el derecho a la salud de las víctimas de violencia sexual en Kivu Norte, región al este del país.

Este es el tráiler del documental 'Temps d’Écoute', que refleja la lucha de las mujeres congoleñas. Aborda a través de varios testimonios la cuestión del género sin victimismo, como un condicionante de acceso a la salud, pero rompiendo con el cliché de las mujeres y sociedades africanas como pasivas, pobres y sin iniciativa, y mostrando a la sociedad congoleña organizada, activista y líder en la lucha por la defensa de sus derechos:

En cuanto a la exposición que puede visitarse en Albacete, las fotografías reflejan los diferentes aspectos de la vida de las mujeres en esta zona. La lucha, el empuje y su compromiso es lo que evidencia esta muestra fotográfica que relata en clave positiva cómo a través de la atención sanitaria, psicológica y el apoyo social a las víctimas de violencia sexual se puede restituir la cruda situación que viven. Sobre todo, cómo ellas mismas están promoviendo desde la educación y la sensibilización, cambios de hábitos y comportamientos sociales muy arraigados.

“A través de 25 imágenes reales, la iniciativa pretende mostrar cómo la desigualdad de género, la inequidad y la violencia sexual repercuten en la salud de las mujeres que viven en sociedades inmersas en una crisis humanitaria estructural. Se transmite un enfoque positivo que refleja el trabajo que se realiza desde la sociedad civil congoleña, en colaboración con las ONGD”, explica el responsable de Farmamundi en Castilla-La Mancha, Jordi Menéndez.

Para ello, han contado con la implicación del Ayuntamiento de Albacete y de la Biblioteca Pública, que albergará la exposición para sensibilizar a la ciudadanía y despertar una serie de valores relacionados con la solidaridad y la necesidad de alcanzar una equidad de género en todas las sociedades del mundo como requisito imprescindible para el respeto a los derechos humanos.

‘Wanawake’ se realiza en el marco del proyecto de sensibilización a la ciudadanía de Albacete sobre la importancia de la equidad de género y el respeto a los derechos sexuales y reproductivos como factores determinantes de la salud, financiado por el Ayuntamiento de Albacete y donde han colaborado en diversas actividades el Colegio Oficial de Farmacéuticos de Albacete, la Facultad de Farmacia de la UCLM y la Biblioteca Pública.

Una de las mayores expertas sobre esta cuestión es Ana Mateo, licenciada en Medicina y Antropología, y consultora en temáticas relacionadas con la cooperación al desarrollo en salud, tras 20 años realizando esta labor en organizaciones sanitarias. Constata que esas desigualdades están basadas en sus patrones de socialización, roles familiares, obligaciones, expectativas laborales y tipos de ocupación. Todos estos factores generan situaciones de “sobrecarga física y emocional en las mujeres que influyen en su salud de manera injusta”.

“Las desigualdades de género no actúan aisladas”

También recuerda que hay diferencias biológicas en los riesgos de enfermar y que, a menudo, son invisibilizados en los análisis de salud y en la toma de decisiones. “Las desigualdades de género no actúan aisladas sino que interaccionan con otros factores, tales como el nivel socioeconómico, la etnia o la religión”. Así, una mujer indígena, pobre y rural tiene muchas más dificultades para acceder a una atención en salud de calidad, explica.

Por tanto, son la educación y cultura las mayores influencias para que se mantenga esta situación. Ambas cuestiones “influyen en la equidad, en el mercado de trabajo y en la perpetuación de la situación de pobreza”. Además, Ana Mateo subraya que la educación de la madre es un factor de peso en el cuidado de la salud del núcleo familiar y suele influir, por ejemplo, en la búsqueda de un parto institucionalizado y de exámenes médicos regulares.

Por otra parte, siguen existiendo barreras culturales que dificultan el acceso a la salud de las mujeres. “Con frecuencia, la población y el personal de salud tienen diferentes concepciones sobre los procesos de salud/enfermedad/atención y diferentes expectativas de lo que debería ser la atención en salud. Estos ‘desencuentros culturales’ se hacen más manifiestos en las comunidades rurales y con alta proporción de población indígena y en temas relacionados con la salud sexual y reproductiva”.

Ante este panorama, garantizar la universalidad del acceso a la salud, priorizar la atención primaria de salud, apoyar la participación y mejorar la calidad con una atención con perspectiva de género y enfoque intercultural son las medidas con las que esta experta resume las soluciones más urgentes. Y para ello, resalta el papel de la cooperación al desarrollo mediante la formación de personal de salud o la sensibilización en enfoques. Concluye llamando a que se apoye a la organización de la sociedad civil para reclamar sus derechos, sobre todo, grupos de mujeres y colectivos en situación especial de vulnerabilidad.

Hace unos meses, esta lucha por el derecho a la salud también fue protagonista en Toledo de la exposición ‘From abstract to reality’, de la artista Keke Vilabelda, en el vestíbulo de la Biblioteca de la Fábrica de Armas, en colaboración de la Universidad de Castilla-La Mancha (UCLM) y el Ayuntamiento de la ciudad. El concejal de Cooperación y Educación para el Desarrollo, Diego Mejías, destacó entonces la importancia de este tipo de propuestas y políticas para sensibilizar y educar en valores a los niños y niñas y a los jóvenes.

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