Espacio de divulgación científica y tecnológica patrocinado por la Universidad de Alcalá (UAH), con el objetivo de acercar el conocimiento y la investigación a la ciudadanía y generar cultura de ciencia
Medio siglo de la Facultad de Farmacia en la Universidad de Alcalá: “Hoy se ve al farmacéutico como sanitario de primera línea”
La carrera profesional de Farmacia sigue siendo “muy demandada” en el ámbito universitario, pero se enfrenta a nuevos retos. El Ministerio de Ciencia e Innovación ha iniciado el proceso para modificar la Orden CIN que establece los requisitos para la verificación de títulos universitarios oficiales que habilitan para el ejercicio de la profesión farmacéutica. Hay nuevos conocimientos a incorporar, y entre ellos también los que tienen que ver con la inteligencia artificial (IA).
La Facultad de Farmacia de la Universidad de Alcalá acaba de cumplir medio siglo. Nació en 1975, formando parte de la Universidad Complutense de Madrid.
La institución académica que fundase el cardenal Cisneros a finales del siglo XV, en Alcalá de Henares, fue incluida en las sucesivas desamortizaciones, dentro de la expropiación de bienes por parte del Estado, que vivió España en el siglo XIX.
Todo lo que en ella había se traspasó a la Universidad Central, que más tarde se convertiría en la Universidad Complutense, heredando el nombre de Complutum, como se conocía a Alcalá de Henares en época romana.
En 1977 la Universidad de Alcalá renació con entidad académica propia, se disgregó de la que hoy conocemos como Universidad Complutense, y con ella la Facultad de Farmacia, que se quedó en el actual campus universitario alcalaíno.
Se celebra medio siglo de historia y, eso, dice su decana María José González, supone contemplar la evolución de los planes de estudio, del profesorado y de los estudiantes. “Todo cambia y lo sigue haciendo de forma muy rápida. Hoy hablamos de prácticas tuteladas, la atención farmacéutica se ve de otra manera y hay que adaptar los planes de estudio de forma constante”.
La decana explica que, de forma progresiva, “se incluyen nuevos aspectos porque la profesión farmacéutica tiene muchas perspectivas. Todo el mundo piensa en la oficina de farmacia, pero está también la industria o cuestiones como la evaluación de los riesgos de toxicología. Solo lo estudiamos nosotros y los veterinarios”.
La digitalización ha cambiado la forma de impartir clases. “Ahora lo hacemos con aplicaciones de realidad virtual que recrean una farmacia”, apunta.
Este un proceso que no se detendrá ahí. María José González reconoce que la implantación de la IA también les tocará de lleno. “Es otro reto que tenemos. Me da más miedo que vergüenza”, bromea.
Esta misma semana la Universidad de Alcalá analizaba en unas jornadas los riesgos y oportunidades de la inteligencia artificial aplicada a la enseñanza superior.
“El éxito de los alumnos es lo que distingue a la facultad”
Hoy pasan por la Facultad de Farmacia más de 1.000 usuarios a diario. Es una cifra abultada que contrasta con el clima de “cercanía” entre alumnado y profesorado, según destaca su decana María José González. “Es una ventaja respecto a la Universidad Complutense. Siempre la ha habido. Soy de la quinta promoción y lo he vivido personalmente. Es un ambiente muy cercano y lo llevamos con orgullo. Esto es otra historia”.
También presume de los alumni, de quienes pasaron por esta facultad. “Creo que eso es lo que distingue a una universidad de otra. El éxito de la facultad se mide por el éxito de sus alumnos y tenemos casos que han llegado muy alto tanto en la industria como en el ámbito académico”. Entre esos casos, cita a María del Val Díez, que fuera directora de la Agencia Española del Medicamento y que actualmente ocupa el cargo de directora General de la Asociación Nacional de Perfumería y Cosmética (Stanpa).
“Hoy se ve al farmacéutico como un sanitario de primera línea”
Para María José González la sociedad ha cambiado mucho su percepción de la atención farmacéutica. “Hoy se ve al farmacéutico como un sanitario de primera línea. Cuando alguien se pone enfermo, en ocasiones antes de ir al médico va a la farmacia. Lo vimos con la COVID-19”.
Esa labor, abunda, es todavía más visible en las zonas rurales, pero reconoce que pocos jóvenes estudiantes eligen trabajar en el pueblo. “En nuestro sector el paro es cero, así que una persona de 23 años no está pensando en eso y el caso es que allí su trabajo es muy importante”.
La decana deja también una preocupación sobre la mesa. “No hay repuesto para la docencia universitaria e investigación por falta de financiación. La gente se queda cada vez menos”. Es algo común en todas las facultades de Farmacia del país. “No hay becas y los proyectos de investigación se dan a cuentagotas”, lamenta.
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