El desbordamiento del río Henares en Guadalajara, entre una obra “errónea” y la “crónica de una inundación anunciada”
El Ayuntamiento de Guadalajara se ha visto obligado esta semana a cortar los accesos a los paseos del Parque Fluvial del Henares y ha recomendado a la población no acercarse a esta zona debido a que las fuertes lluvias caídas han provocado el desbordamiento del río y la inundación de algunas partes de este paseo, y a se prevén nuevas crecidas del mismo a lo largo de los próximos días.
El concejal de Parques, Jardines y Zonas Verdes, Jaime Sanz ha señalado a Europa Press que el Ayuntamiento está en contacto permanente con la Confederación Hidrográfica del Tajo (CHT) por la crecida del río y ha pedido a la población que no se acerque al cauce para evitar posibles incidentes.
De momento, se ha cortado el acceso al Parque Fluvial del Henares desde el puente árabe hasta Julián Besteiro y se ha prohibido el acceso al tramo de senda que hay el barrio de los Manantiales; además, agentes de la Policía Local están estos días en las inmediaciones con el fin de recordar a los vecinos que transitan por las inmediaciones de la prohibición de acercarse a las zonas acotadas.
“Los hechos eran previsibles”
En enero el Ayuntamiento ya realizó algunas labores de limpieza con el fin de que evitar la posible formación de diques por la presencia de restos vegetales si subía el nivel del agua y también tienen preparada maquinaria pesada por si hiciese falta retirar maleza. Para el concejal de Parques está claro que fue un “error” la senda realizada por el Gobierno Municipal de PP en su día en esta zona. “Los hechos eran previsibles porque la realidad es tozuda y habrá que ver los daños que se puedan provocar”, ha apuntado tras recordar como en su momento, no solo el PSOE sino distintas asociaciones advirtieron de que era una zona inundable. La senda del Parque Fluvial supuso en su momento una inversión superior al millón de euros y su construcción ya motivó entonces numerosas críticas por considerar que dicha actuación se realizaba en una zona inundable por lo que era un gasto evitable.
De su lado, desde el Grupo Municipal Popular, su portavoz, Jaime Carnicero, ha restado importancia a los daños de esta crecida del río y considera que la senda está “lo suficientemente bien construida como para que cuando baje el nivel del agua no se observe ningún deterioro y que se pueda utilizar de nuevo sin problemas”, ha dicho. El portavoz del PP no cree que vayan a registrar daños significativos salvo “alguna planta”. En todo caso, ha apuntado que si hubiese algún problema, la empresa contratista está obligada al mantenimiento en los cuatro o cinco próximos años, “salvo que el equipo de Gobierno opte por no mantener el parque solo porque lo hizo el Gobierno del PP”, ha concluido.
Por su parte, Ecologistas en Acción de Guadalajara y el Grupo Local de WWF han recordado que advirtieron del riesgo de inundación por las obras en el Henares, al tiempo que han advertido de los riesgos de cambiar el trazado natural de los ríos que vuelven a recuperar su antiguo cauce ante las crecidas.
Los efectos de ocupar zonas de inundación
La crecida del río Henares de estos días, con la visible inundación de su ribera, sobre todo, a su paso por la ciudad de Guadalajara, reafirma la preocupación de las organizaciones por “las ocupaciones de su zona de inundación”. Afirman que el Parque del Henares no es la única construcción con un impacto directo y visible sobre la dinámica del río. En 2014, se iniciaron unas obras a la altura del punto de la Ronda Norte para “recuperar el antiguo cauce” del río, cambiando totalmente su trazado natural. Estas obras no se llegaron a concluir, a pesar de ser autorizadas por la Confederación Hidrográfica del Tajo, tras la oposición y la denuncia de ambas organizaciones, aseguran.
Recuerdan que el Parque Fluvial del Henares remonta su construcción al año 2018, y desde el inicio, contó con el rechazo de ambas organizaciones y con una gran parte de la ciudadanía de Guadalajara, que veían que, además de “innecesaria” por contar esa zona con un parque y espacio para su ampliación, era también un agresión sin precedentes a la ribera del río. “Todas las protestas se basaron en que, por su dinámica natural, las aguas volverían a subir e inundarían lo que encontraran en su camino. Los acontecimientos recientes son la crónica de una inundación anunciada”, afirman las asociaciones ecologistas.
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