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Ecologistas en Acción y WWF denuncian el uso de glifosato en pueblos y ciudades de Guadalajara: “Se incumple la normativa”

Un operario fumigando con herbicidas

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Ecologistas en Acción y el Grupo Local de WWF en Guadalajara han denunciado que con la nueva campaña de fumigaciones con herbicidas en pueblos y ciudades de esta provincia “incumplen la normativa y vulneran el principio de precaución”. Recuerdan que Guadalajara y Cabanillas del Campo, entre otros municipios, están utilizando glifosato en calles, parques y polígonos industriales. 

“Los ayuntamientos comienzan a impregnar nuestros pueblos y nuestras ciudades de herbicidas, vertiendo decenas de miles de litros pese a la existencia de otras alternativas y el principio de precaución”, señalan estas organizaciones ecologistas que advierten del “incumplimiento reiterado” del Real Decreto 1311/2012, de 14 de septiembre sobre el uso sostenible de los fitosanitarios, establece que se debe comunicar, señalizar y delimitar las zonas donde se apliquen los fitosanitarios.

Entre otras medidas el Real Decreto obliga a avisar con una antelación mínima de ocho días el lugar y fecha exacta de la realización del tratamiento para que los viandantes y las mascotas no inhalen o digieran esos productos considerados probablemente cancerígenos y disruptores endocrinos.

En el caso de residencias de mayores o centros educativos, los directores de los centros deben tener conocimiento de su aplicación para tomar medidas excepcionales. En la mayoría de los casos, señalan, “se incumple este plazo mínimo y no se señaliza adecuadamente y en contadas ocasiones, se procede al cierre perimetral de las zonas”. 

“Pese a los efectos negativos sobre la salud y los animales domésticos, las administraciones siguen rociándonos con estos productos año tras año, sin buscar otras opciones, ni aplicar alternativas”, lamentan, para recordar que el principio de precaución exige que, en caso de amenaza para el medio ambiente o la salud y en una situación de incertidumbre científica se tomen las medidas apropiadas para prevenir el daño.

Infiltración en masas de agua subterráneas

A eso añaden el hecho de la infiltración de los fitosanitarios a las masas de agua subterránea. En el año 2017, en la cuenca del Tajo, el glifosato fue el plaguicida detectado con mayor frecuencia, al encontrarse en 263 de las 421 muestras analizadas, en concentraciones de 0,05 a 7,4 microgramos por litro.

El 90% de los herbicidas utilizados en nuestro país, bajo 125 marcas aprobadas, contienen como principio activo el glifosato. En marzo de 2015 la Organización Mundial de la Salud (OMS) lo ha clasificado como materia activa “probablemente cancerígena o carcinógena” tras la publicación por parte de la Agencia de Investigación sobre el Cáncer (IACR) de un amplio estudio que demuestra que esta sustancia favorece la aparición de linfoma No-Hodgkin en humanos y causa daños en el DNA además de provocar cáncer en animales de laboratorio.

En concreto, los estudios publicados por 17 expertos señalan la relación de esta sustancia con cuatro tipos de cáncer: hepático, riñón, páncreas y linfoma, adviertes los grupos ecologistas.

Alternativas al uso de fitosanitarios

Las alternativas más conocidas para el control de la vegetación indeseada sin el uso de herbicidas son los métodos mecánicos, manuales y térmicos que se utilizan ya ampliamente en otros países europeos por ser respetuosos con la salud de las personas y con el medio ambiente. “Estos métodos no químicos además tienen un mayor potencial en la generación de empleo”, explican. 

Existen además herbicidas 'no sintéticos' basados en distintos vinagres ya homologados (ácido acético o de madera) o en hidroxifosfatos naturales, que se utilizan en agricultura ecológica por ser rápidamente biodegradables y no tienen efectos significativos sobre la salud y el medio ambiente. 

Aunque los métodos anteriores son los más utilizados, dicen los sindicatos, “no debemos perder de vista que, el control de las hierbas en el medio urbano no debe basarse sólo en la eliminación y siega de esas hierbas sino que, además, existen otras formas de gestión, como el diseño de cubiertas vegetales, la falsa siembra o la utilización de mulching, gravas o mallas antihierbas”. 

Desde Ecologistas en Acción y el Grupo Local de WWF en Guadalajara piden que, hasta que se prohíba totalmente su uso, se extremen las medidas de seguridad y control, especialmente en lo relativo al plazo y señalización correcta de la zona a tratar, por parte de las administraciones competentes que “deben de velar por la protección de nuestra salud, la de nuestras mascotas y de nuestro entorno, aplicando el principio de precaución”.

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