Cuatro años de Giba Cars, una promesa de empleo que jamás llegó a Almansa
Los protagonistas de este video son Javier Boj y Marta Villaescusa. Ambos son miembros de la candidatura del PSOE al Ayuntamiento de Almansa pero además son parte de aquellas 900 personas que fueron entrevistadas en el proceso de selección de Giba Cars. Este domingo, 7 de abril, se cumplieron justo cuatro años de la comparecencia de prensa en la que el alcalde popular de Almansa, Francisco Núñez, salió a decir que Giba Cars era una inversión en firme y explicar los plazos de su implantación. Y en esa misma rueda de prensa anunció la creación de un Call Center y la selección inminente de 200 personas.
“Hoy sabemos que la inversión estaba muy lejos de ser una realidad y que esa selección de personal para el centro de llamadas era directamente una pantomima, un ‘show’ como definió Toni Miró, el jefe de ingeniería de Giba, y también sabemos que nuestro alcalde era plenamente consciente de ello”, ha dicho Javier Boj.
“Nos engañaron. A Marta, a mí, y a otras 900 personas que entrevistaron”, ha dicho Boj ante los medios de comunicación.“Se rieron de nosotros, de gente que vivía en Almansa y de otros que vinieron de muchos lugares, incluso del extranjero para hacer esa prueba”. Y es que la promesa de la creación de cientos de puestos de trabajo supuso un halo de esperanza para una localidad en la que, por aquel momento, en abril del 2015, se registraban 3.000 desempleados.
“Y no fue la empresa la que comprometió su palabra ante la sociedad, fue el alcalde de Almansa del Partido Popular. Poco vale ahora decir que Giba no estaba en su programa, porque su promesa electoral incumplida fue esa”, explica Boj.
Cronología de la historia de Giba en Almansa
Es en el año 2013 cuando los almanseños oyen por primera vez la afirmación de que Giba Holding, una multinacional suiza, se va a instalar en la localidad. Es el propio alcalde, Francisco Núñez, quien lo anunciaba, además de asegurar que la instalación de la empresa generaría más de 3.000 puestos de trabajo.
El lugar donde se instalaría sería la nave de Intermarché, lugar donde se desarrolló ese I Encuentro de Empresas de Automoción al que asistió el ministro Soria y Cospedal, entonces presidenta de Castilla-La Mancha, que pasaría a ser una planta de producción automovilística, que ya tenía encargados los 5.000 primeros ‘buggies’.
La empresa daría un total de 600 empleos, convirtiéndose en la mayor de la comarca. Empleos además que iban desde recepcionista o atender una recepción de llamadas hasta técnicos y que requerirían preparación específica. Gibacars llegaría a Almansa y daría empleo a muchos de los parados de la comarca.
En 2015, apenas unas semanas antes de las elecciones municipales y autonómicas se realizaron entrevistas de trabajo a cientos de personas que nunca consiguieron un puesto de trabajo porque la empresa no se llegó a instalar en Almansa.
Meses después, la amenaza de que todo pudo haber sido un timo se cernía sobre aquella oferta de empleo. El proyecto, que contaba con el beneplácito el Ejecutivo de María Dolores de Cospedal, no terminaba de instalarse y fue entonces cuando, tras el cambio de partido en el Gobierno Autonómico, Núñez se ofrecía para mediar entre las partes en conflicto (empresa y Junta) después de que el Gobierno regional asegurase a finales del 2015 que esperaban “la documentación (de Giba) para poder analizarla” toda vez que aseguran que el bloqueo con Gibacars venía determinado por la propia empresa que no presentaba la documentación necesaria para analizar la viabilidad del proyecto.
Después de muchos meses de tiras y aflojas, de grandes esperanzas para la ciudad, de promesas de generación de empleo, finalmente el propio Joaquim Boadas de Quintana, director general de Giba en Cataluña, confirmaba que Almansa no albergaría la producción de sus buggies. Un desenlace que llevó al Ejecutivo Autonómico a encargar a sus servicios jurídicos estudiar si éste era “un caso de estafa o fraude contra la administración regional tanto por parte de la empresa como por parte del Ayuntamiento de Almansa”.
El objetivo, tal y como asegura el portavoz regional, Nacho Hernando, a principios del año 2016, era esclarecer porque supuso la recogida de más de dos mil currículums pocas semanas antes de que se celebrasen las elecciones municipales y autonómicas del pasado mes de mayo.
Semanas después, ya en febrero de ese mismo año, Giba Cars agotaba los plazos puestos por la Administración para la presentación de documentos, que jamás llegaron, ni en papel ni por correo electrónico. Se daba carpetazo entonces al megaproyecto que nunca vió la luz.
Más de un año después, en abril del 2017, el grupo municipal Izquierda Unida-Los Verdes denunciaba que el Ayuntamiento de Almansa costeó parte de los gastos de selección de personal que llevó a cabo la empresa Giba Cars en abril de 2015. La denuncia de este grupo municipal se apoya en una factura de 2015 del Ayuntamiento de Almansa por valor de 914,76 euros, para pagar “los servicios de información de la selección de personal” de Giba.
Con esta factura en la mano y según Cristian Ibáñez, portavoz de IU-Los Verdes en el consistorio almanseño queda demostrado que la selección de personal “la pagó el Ayuntamiento de Almansa, el alcalde pagó de las arcas municipales a personal que trabajó para Giba en la supuesta selección de los trabajadores”
Giba nunca solicitó financiación al Gobierno Central
Meses después, y en respuesta a una pregunta del diputado de Unidos Podemos por Valencia, Ricardo Sixto, el Gobierno de España– entonces presidido por Rajoy, desvelaba que no recibió “ninguna solicitud de la multinacional suiza Giba para financiar proyectos industriales de Castilla-La Manchacon cargo al Programa de Apoyo a la Inversión Industrial”.
“Marta y yo, no pudimos expresar lo que pensábamos de aquella humillación”, dice Boj, cuatro años después.