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Un candidato a alcalde denuncia amenazas homófobas: “No tengo miedo. Voy a seguir”

Óscar Balcones Calvo

Alicia Avilés Pozo

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La mayoría de las veces que la ciudadanía se asoma a los delitos de odio y discriminación suele ser a través de las estadísticas, que no terminan de reflejar una sociedad igualitaria y tolerante. Por eso también conviene ponerle rostro a estos hechos, que se agravan y pueden resultar aún más dañinos cuando se producen en pequeñas poblaciones. Porque ese ha sido el caso de Óscar Balcones, candidato independiente a la Alcaldía de Salmerón, una pequeña localidad de Guadalajara.

Óscar ha vivido en este pueblo de poco más de 150 habitantes sus 47 años de vida y allí trabaja desde hace más 20 años. Desde hace tiempo forma parte también de la vida política del municipio. Fue concejal de Cultura con el PSOE durante la legislatura 2015-2019, partido con el que rompió debido a “notables diferencias”. Volvió a presentarse hace cuatro años como independiente con el PP.

Ahora ha decidido ir por libre, junto a Miguel Ángel Vidal, en una lista independiente de Acción Rural Guadalajara Abierta (ARGA), una agrupación comarcal que se presenta por primera vez en esta localidad. Es decir, es la tercera vez que concurre a unas elecciones porque quiere “luchar por el pueblo” aunque esta ocasión ha sido la más difícil de todas, por los ataques hacia su orientación sexual y por el “desgaste mental” de una homofobia que “viene de años atrás”.

El pasado mes de abril, un día después de buzonear por las viviendas del pueblo el folleto con la presentación de la candidatura conjunta de ARGA para Salmerón, ese mismo documento apareció en el buzón de su domicilio pero con sílabas y letras marcadas con rotulador verde. Al unirlas todas, se lee: “Maricón de mierda, te voy a romper los dientes”.

Fue “la gota que colmó el vaso” de su situación y denunció los hechos ante la Guardia Civil de Guadalajara, al igual que su compañero de candidatura, ya que la carta electoral “saboteada” la firman ambos candidatos. Ahora se investigan los hechos desde el puesto del Instituto Armado de Pareja, cabecera de la comarca, pero según Óscar, “me han dicho que poco o nada pueden hacer sin testigos ni pruebas”. “Entiendo que la investigación pueda ser complicada, pero es que ni siquiera se ha pasado un agente por Salmerón para preguntarme, para interesarse o para investigar por el pueblo. Ni eso”, subraya.

Óscar ya había sufrido ataques por su orientación afectivo-sexual cuando fue concejal. Y en las siguientes elecciones, durante el reparto de los programas electorales apareció el trozo de una fotografía de su cara con la palabra “maricón” por debajo de su puerta. Entonces lo denunció en las redes sociales y a los pocos días, la puerta de su domicilio apareció estampada de huevos. Esto último también lo denunció hace cuatro años ante el puesto de la Guardia Civil en Pareja.

En esta ocasión la amenaza homófoba lo ha dejado “descolocado”. “Estoy en terapia de salud mental desde hace un año y he empeorado desde entonces, desde esta última amenaza que es la que más me ha afectado. Ya solo poner la denuncia fue toda una diatriba y muy surrealista. Como si nadie me quisiera ayudar. Como si no existiese. Nadie me ha escuchado, me siento impotente, aunque a la ayuda psicológica le debo la vida”, remarca.

Yo por mi pueblo hago lo que sea pero es que ahora además quiero defender mis derechos

Ha reunido fuerzas suficientes para quedarse en el pueblo pese a todo. Su vida, su trabajo y su arraigo están allí. “Yo por mi pueblo hago lo que sea pero es que ahora además quiero defender mis derechos. No tengo ningún miedo y voy a seguir. Quien quiera hacerme daño, debe saberlo porque me da igual. No voy a rendirme”, concluye.

Este candidato también es un ejemplo de las dificultades que muchas personas encuentran para poder denunciar delitos de LGTBIfobia. Según la última Memoria de la Fiscalía de Castilla-La Mancha, durante todo el año pasado no se incoaron nuevos procedimientos por delitos de odio y discriminación en la comunidad autónoma. Todo ello pese a las nuevas 50 fiscalías delegadas para ello y a la nueva Ley Integral para la Igualdad de Trato y No Discriminación.

La Fiscalía detectó una serie de factores determinantes sobre el fenómeno de “infradenuncia” cuando se producen estos delitos: una “falta de cuantificación de los hechos” que se engloban dentro de los tipos penales de los delitos de odio y discriminación, tanto por las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado como en los Juzgados y en la propia Fiscalía, “pudiéndose apreciar que existe un número muy reducido de hechos denunciados”.

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