El Gobierno de Page inicia un segundo proceso público para implantar el Plan de Biometano de Castilla-La Mancha
Nuevo paso en el intento de implantar el Plan Regional de Biometanización de Castilla-La Mancha con horizonte 2030 y su estudio ambiental estratégico.
La Dirección General de Calidad Ambiental ha iniciado un nuevo proceso de información pública, el segundo que pone en marcha, tras una primera fase muy criticada, en la que se se llegaron a presentar más de 13.000 alegaciones y en la que incluso la Consejería de Sanidad cuestionó el plan por su posible impacto en la salud pública. Algunos ayuntamientos, como el de Valdepeñas, cambiarán su Plan de Ordenación Municipal (POM) para evitar que este tipo de plantas puedan llegar a su territorio.
La razón de este segundo procedimiento público que se abre ahora, según reconoce la Consejería de Desarrollo Sostenible, tiene que ver precisamente con “los informes y alegaciones recibidos” y con “la elevada participación ciudadana que se ha producido”. Así que la Dirección General de Calidad Ambiental considera “oportuno” facilitar un nuevo período de información pública de cuarenta y cinco días hábiles adicionales, contados a partir del 7 de octubre, para que puedan volver a presentarse alegaciones, tanto a la versión inicial del plan de mayo de 2025 como al estudio . ambiental estratégico de junio de 2025, junto con un resumen de su contenido “para facilitar su comprensión”.
En la resolución que se publica este lunes en el Diario Oficial de Castilla-La Mancha se explica que en la actualidad se está tramitando la evaluación ambiental estratégica ordinaria del plan y que se emitirá la correspondiente declaración ambiental estratégica una vez concluido el segundo proceso para recoger la opinión pública.
Manifestación en Madrid: “Salvemos el mundo rural”
Precisamente este domingo, miles de personas de muchas provincias de la España vaciada se manifestaron en Madrid, sumando las reivindicaciones de cerca de 500 plataformas bajo el lema común 'Salvemos el mundo rural agredido' y entre sus quejas están las que tienen que ver con la implantación de plantas de biogás en los pueblos.
La organización estima que asistieron cerca de 20.000 personas, aunque la Delegación del Gobierno de Madrid las cifra en 1.500, para denunciar “las agresiones especulativas y el abandono que sufre el mundo rural” en Murcia, Galicia, Andalucía, Aragón, La Rioja, Extremadura, Castilla y León, Castilla-La Mancha, y la Comunitat Valenciana.
Denuncian que los gestores públicos, además de “no hacer una planificación y aprobar casi todos los proyectos, están recibiendo miles de millones de los fondos europeos que pagaremos todos los ciudadanos con nuestros impuestos”. También han reclamado a las personas que viven en las grandes ciudades que sean conscientes de la importancia que tiene el medio rural para proporcionar alimentos, oxígeno, y salud con el equilibrio de la biodiversidad.
Durante la marcha se repasaron las citadas “agresiones” simbolizadas con 19 clavos que destruyen el territorio rural español como las macrorrenovables, macrogranjas, plantas de biogás, minas, la especulación con el agua, los centros de datos y el hidrógeno verde.
Otra parte de los clavos son el abandono que sufren con el ferrocarril convencional, la poca igualdad con la sanidad rural, la eliminación de más de mil paradas de autobuses en los pueblos con el nuevo mapa concesional, la falta de inversiones en carreteras y en las comunicaciones planificadas en esa España vaciada que retrasan décadas. Todas ellas son causantes de que no se revierta la despoblación, por lo que han vuelto a recordar que “ser pocos, no resta derechos”, reclamando la igualdad que marca la Constitución.
También han exigido para el sector primario respeto a un precio justo por las cosechas, una PAC justa y sin recortes, menos burocracia, y un apoyo real para el desarrollo de una ganadería extensiva que es fundamental para prevenir los incendios junto a otras medidas, “que siempre se les olvida hasta el próximo verano”.
El manifiesto ha sido muy diferente a lo habitual y muy emotivo, redactado por el escritor Javier Sierra, que lo ha leído conjuntamente con la agricultora, ganadera y activista segoviana Rosa Arranz, y el científico del CSIF y divulgador Fernando Valladares. Han comenzado destacando que “mi pueblo se muere”, es “un clamor”, se mueren por “falta de oportunidades y servicios esenciales”, porque se impide que limpien sus bosques, por la falta de mantenimiento de su patrimonio, y han recordado que la palabra “cultura” viene del latín 'cultus', que no es sino el cuidado de la tierra.
Han incidido en que “eso no es lo peor, a mi pueblo, a nuestros pueblos, también los están matando” con las instalaciones masivas de energías renovables, o ahora de biogás, “que destrozan paisajes milenarios de alto valor medioambiental”, añadiendo la industrialización sin miramientos con las macrogranjas. Denuncian que “lo matan las políticas corruptas que lo permiten, y que encargan los estudios de viabilidad ecológica a las propias empresas que las promueven.”
Además, han resaltado que “los matan” la falta de una política de vivienda pública decidida, la falta de un ferrocarril digno provocando el aislamiento, y un Pacto de Estado por una Sanidad Pública que sea igual para todos.
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