Has elegido la edición de . Verás las noticias de esta portada en el módulo de ediciones locales de la home de elDiario.es.

“El talento no siempre hace justicia, de hecho suele pasar lo contrario”

Ángel Belinchón, cantante de Dry Rivers

Las Noticias de Cuenca

Adrián G.Quintana —

Al partir, un sueño y una banda. Una idea que aguardaba a la salida del término municipal de Las Pedroñeras para Ángel Belinchón (1980), natal de la localidad ajera que, por motivos académicos, ponía rumbo a Castellón hace más de dos décadas. Su formación avanzaba en paralelo con la música tras la fundación del grupo Marea Negra y, posteriormente, la aparición de Dry River, banda de rock eclético que le cambiaría la vida.

Tras 15 años desde la llegada del grupo a la escena levantina, la carrera ascendente del mismo le ha llevado a vivir conciertos en casi todo el territorio nacional, multiplicando el aforo con cada nuevo álbum editado. Ahora, asentado en la ciudad y con nuevos proyectos musicales en mente, el panorama se antoja inevitablemente ambicioso para el pedroñero.

-Cómo acaba un pedroñero en Castellón de la Plana fundando uno de los grupos de rock más potentes del levante?

Yo vivía tranquilamente en mi amado pueblo, rodeado de ajos, como todos mis vecinos. Decidí estudiar la carrera de Traducción e Interpretación y me dieron plaza en Castellón, por eso me fui. Y mi idea era hacer mis estudios y volver a mi tierra, pero por cosas del amor conocí a mi actual esposa, con la que fundé Marea Negra. En resumen, me fui por estudios, me quedé por amor y lo del grupo era algo que iba a hacer hubiera acabado donde hubiera acabado.

-Cuando saliste de Las Pedroñeras, ¿ya habías tenido contacto con la música?

En mi pueblo tenía un grupo punky con gente de allí y me divertía mucho. En el año 1996 hubo una explosión de creatividad musical y recuerdo que para ser un pueblo de 7.000 habitantes llegó a haber 11 grupos de música de gente joven. Se grabó incluso un pequeño disco que no se comercializó. Hubo una emulsión de música del pueblo y ahí estaba yo. Esa pasión me la llevé a Castellón para explotarla.

-Dry River nació hace 15 años como banda de tributos y, con el paso del tiempo, decidisteis llevar a cabo vuestro propio sonido ¿Por qué esa decisión?

Más que una banda tributo era como una orquesta, un grupo de versiones. Sin pasodobles, solo canciones de rock. Todo formaba parte de un plan. Yo al menos lo pensé así. Cuando se disolvió Marea Negra, varios de los músicos que estábamos en ese grupo decidimos montar uno nuevo y, al principio, la idea era hacer solo versiones para desarrollarnos como músicos de cara hacer canciones propias en un futuro. Todos los integrantes somos personas creativas y seguíamos componiendo.

Tener un grupo de versiones no te llena del todo. Te lo pasas muy bien, no tienes presión, te salen conciertos fácilmente, pero no tienes lo gratificante de sacar y luchar por tus propias canciones. Tras 5 o 6 años cogimos tablas y descubrímos los trucos, las técnicas, cosas que nos han ayudado a llegar a ser el Dry River que ahora somos.

-Vuestro último trabajo DC, consta de 2 CD´s y un DVD en el que se encuentra recogido el concierto que ofrecisteis en Madrid ante 600 personas ¿Qué significó para vosotros ver la sala llena?

Es un hito para nosotros. A veces las cosas pasan de manera tan gradual, que no te permite apreciarlas tanto como deberías. Luego, echando la vista atrás y con perspectiva, es cuando realmente te das cuenta.

Ese día sabíamos que se habían vendido todas las entradas, pero nosotros hicimos las pruebas de sonido, cenamos en el backstage, nos cambiamos y no eramos conscientes. Cuando empezamos la intro y vimos la sala totalmente repleta fue increíble. En las primeras canciones yo recuerdo que no notaba estar tocando el suelo con los pies, la sensación era de felicidad absoluta.

-En ese concierto, además de Dry River también estuvisteis acompañados de muchos músicos ¿Hay unión en las bandas de rock nacional o más competencia que afinidad?

Yo creo que hay unión. Por lo menos es lo que percibo. Nosotros es raro que hayamos coincidido con algún músico o grupo y no haya habido una camaradería buena.

Competitividad no hay porque el rock está un poco de capa caída. Estre los reggaetoneros que son los que lo petan, igual tienen competencia y se llevan mal. Pero nosotros pertenecemos a una escena en la que solo nos faltaba eso, tirarnos los trastos a la cabeza.

Hay una cosa muy fácil de ver. En la música, cuando tu haces un estilo, si le va bien a tu vecino es bueno para ti, porque se crea una escena. Si resulta que en Castellón hay cuatro grupos de rock buenos, al quinto le va a venir muy bien porque la gente ya tiene una buena predisposición para escuchar rock.

-No solo de rock se nutre Dry River, también hay tintes de hard rock y heavy metal ¿Es ese mestizaje el futuro del rock nacional?

No sé si será el futuro. Lo que si es verdad es que un estilo de música es un conjunto de fórmulas, de características que lo hacen así. Si algo te suena a rock es por una serie de elementos que te permiten poner una etiqueta. Pero claro, las etiquetas musicales se gastan. Si la música rock, entendida como rock típico sin ninguna variación, lleva 50 años usándose, al final la gente termina cansándose. Le suena a algo que ya ha oído.

A mi personalmente me pasa. Hay grupos que escucho y pienso que son alucinantes, pero por otro lado te das cuenta de que no te están contando nada nuevo. Si te limitas a hacer lo que ha hecho AC/DC, si se te da muy bien vas a sonar como ellos, pero para eso ya está AC/DC.

Los estilos musicales tienen que evolucionar y se tienen que nutrir de otras corrientes, como si fuera un río con afluentes. Es necesario y yo creo que es lo natural. Las tendencias cambian, la gente demanda otro tipo de cosas y no puedes limitarte a seguir las normas de tu estilo. Con esto no quiero dar ninguna lección, pero yo creo que es el recorrido natural de la música.

-¿Y eso no genera ciertos riesgos a que el público muestre rechazo por incluir cambios musicales a los que no están acostumbrados?

Salirse de la fórmula que sabes que funciona, saltarse esos límites de un estilo, siempre implica unos riesgos y además con razón. Vas a perder a gente que es muy cerrada, musicalmente hablando. Pero un grupo no es una secta, no quieres conseguir adeptos, lo que quieres es crear música de la que te sientas orgulloso e intentar hacerla llegar al mayor número de personas posibles y que ellos decidan si les gustas o no.

Hay cierto riesgo y cierto miedo de que se salgan del redil, pero al final se impone siempre el criterio de A mi me gusta. Es una incertidumbre que merece la pena sufrir para no quedarte sin ideas.

-En uno de vuestros últimos temas rendís tributo a Asfalto, con quien compartiréis cartel en vuestro primer concierto de 2020. Uno de los grupos de rock más infravalorados del panorama actual ¿El talento hace justifica o no garantiza el éxito?

El talento no siempre hace justicia, de hecho suele pasar lo contrario. Una cosa es la música como arte y otra cosa es la música como producto.

Tu puedes ser un cocinero que hace unos platos exquisitos, pero son caros porque son muy elaborados. Tu restaurante seguramente pase dificultades a pesar de la calidad. Sin embargo, abres un restaurante de comida rápida y vendiendo una mala calidad a buen precio, lo tendrás lleno todos los días. Con la música pasa algo parecido. La música como arte está destinada a un público menor. Sin embargo, la música de masas, la música de baile por lo general, llega a más gente pero es música caduca. Se pasa.

Después de DC y con nuevo miembro en la banda como Guillermo Guerrero ¿Os habéis planteado llevar a cabo nuevo álbum? ¿Cuáles son vuestros próximos pasos?

La marcha de Carlos Álvarez (ex guitarrista de Dry River) ha supuesto un pequeño bache en el camino, llevábamos un recorrido muy recto hacia delante y ahora hemos tenido que centrarnos en buscar un sustituto. Ya estábamos componiendo y enfilando el camino para que el próximo año 2020 entrásemos al estudio a grabar. Eso va a tener que retrasarse, porque si es verdad que tenemos cosas compuestas, pero al contar con un nuevo miembro, se ha frenado todo un poco. No significa que paremos, todo lo contrario, estamos en ello. Ahora en enero tenemos el primer concierto de 2020 y más confirmados, haciendo una pequeña mini gira con Asfalto que, personalmente, me hace mucha ilusión.

Probablemente, después de verano, ya tendremos material nuevo para entrar en el estudio e ir con temas y videos. Hasta entonces no estaremos parados, haremos conciertos y festivales.

-¿Tienes pensado llevar de nuevo en Las Pedroñeras un concierto de Dry River?

Hemos ido en dos ocasiones a tocar allí y han sido experiencias maravillosas. Si pudiera tocaría todos los días en Las Pedroñeras. Estoy deseando que nos den otra oportunidad para poder ir a cantar a mi pueblo, además allí hay muchos seguidores del grupo, organizan autobuses para venir a nuestros conciertos.

Yo llevo 20 años en Castellón y sigo pensando que estoy fuera de mi casa. Tengo que ir a mi pueblo todo lo que pueda, intento ir al menos una vez al mes. Tengo allí a toda mi familia, muchísimos amigos y recuerdos.

Etiquetas
stats