Los 10.000 trabajadores de hostelería de Valladolid llevan dos años con los salarios congelados
Camareros, cocineros y otros trabajadores de hostelería de Valladolid llevan ya dos años con los sueldos congelados tras una la paralización de las negociaciones entre sindicatos y patronal que afecta a unos 10.000 empleados. El último convenio colectivo terminó a finales de 2017 y desde entonces no ha habido avances tangibles para la mayoría de los trabajadores aunque sí se prevé que haya novedades en las próximas semanas.
Comisiones Obreras, UGT, la Asociación de Hostelería y la de Hoteles de Valladolid se han reunido dos veces en los últimos quince días y tienen previstas otras dos citas para las próximas semanas. “Hay buena voluntad, pero esto no se cierra en un día”, señala a eldiario.es el presidente de la Asociación Hoteles de Valladolid, Francisco Posada, que destaca lo “preocupados e involucrados” que están todos los representantes implicados.
La disputa ha llegado incluso al Juzgado de lo Social, que actuó de oficio y solicitó a la Asociación Provincial de Empresarios de Hostelería de Valladolid que justifique una mínima representación del sector: el 10% de los empresarios o el 15% de los trabajadores, para poder negociar.
La abogada de esta organización explica a eldiario.es que sí que entregaron la documentación al Juzgado, pero se niega a hacer públicos los datos de representación. El Servicio Regional de Relaciones Laborales (Serla) está ahora mediando entre todas las partes para intentar renovar el convenio colectivo.
El periplo comenzó tras la firma del acuerdo poco antes de la Semana Santa de 2018. Comisiones Obreras, UGT, la Asociación de Hostelería y Hoteles de Valladolid firmaron un preacuerdo ante la amenaza sindical de una huelga, “que satisfacía a todas las partes y que recuperaba derechos después de muchos años de crisis y unos salarios irrisorios”, explica a eldiario.es el secretario general de CCOO Servicios Vallad, Raúl Nazario García.
La Asociación de Hosteleros se negó a firmar una nueva acta
Sin embargo, aunque el convenio se rubricó en un principio por todas las partes, la Asociación de Hostelería se echó para atrás después de consultar con sus bases. Poco se ha avanzado desde entonces. La Oficina Territorial de Trabajo, dependiente de la Consejería de Empleo, no pudo registrar el convenio porque el acta de constitución inicial tenía erratas. La Asociación de Hosteleros se negó a firmar una nueva acta corregida y el convenio no se pudo inscribir.
“Era un acuerdo en la misma línea a otros acuerdos que hemos firmado en varias provincias de Castilla y León”, asegura el secretario de Organización y Administración en Federación de Servicios de UGT (Fesp-UGT), Héctor Yagüez. Un convenio colectivo similar se rubricó en Ávila, Burgos, Segovia, Soria y Zamora, que plantean una única tabla salarial aplicable a todos los establecimientos.
El convenio colectivo, de cinco años, contemplaba la unificación de grupos salariales (asignados en función de los tenedores de los restaurantes) y los incrementos de entre el 1,6% y el 3,5% anual. Es decir, un camarero de un restaurante de un tenedor o de bares de tercera o cuarta categoría dejaría de cobrar 977 euros mensuales (14 pagas en 2017) a recibir 1.117 euros mensuales en 2022, plazo máximo de vigencia del convenio colectivo en cuestión.
Esto es algo que la Asociación de Hostelería ve “inaceptable”, que un camarero de un restaurante de una estrella Michelín cobre lo mismo que uno de un bar de barrio. “Defendemos la separación porque las funciones y la formación necesarias no son iguales”, explica a eldiario.es la abogada de la Asociación de Hostelería, Ángeles Aller, que insiste en mantener una tabla “que lleva más de 40 años y que tiene la misma estructura que el 70% de convenios colectivos de España”.
Este convenio no ha llegado a tener validez, pero aún así hay “una parte importante” de los hoteles que aplican este convenio motu proprio, que incluía, entre otros aspectos, una mejora salarial para las kellys (camareras de piso).
Desde hace meses, las negociaciones están bloqueadas. Las partes se reúnen, pero poco o nada se avanzan. Los sindicatos insisten en que ese convenio es el que firmaron y no se plantean cambiar mucho, aunque sí están dispuestos a negociar cómo se paga esos incrementos salariales que se han acumulado en estos años.
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