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El Govern aplaza las elecciones catalanas al 30 de mayo: “Queremos salvar vidas y proteger el derecho al voto”

La consellera de la Presidència, Meritxell Budó, y el vicepresident, Pere Aragonès, comparecen tras la firma del decreto

Arturo Puente

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Catalunya aplaza sus elecciones al Parlament. La mayoría de los partidos y el Govern han llegado este viernes a un pacto por el que la votación que debía hacerse inicialmente el 14 de febrero se cambie al 30 de mayo. El Ejecutivo se ha reunido esta misma tarde para firmar el decreto que deja en suspenso el proceso electoral e incluirá la nueva fecha. “Lo hacemos porque queremos salvar vidas y preservar el derecho al voto”, ha explicado el vicepresident Pere Aragonès, en una comparecencia sin preguntas. “Se trata de una decisión muy pensada y muy deliberada. Hemos construido un amplio consenso con los partidos”, se ha felicitado el máximo responsable del Govern, que ha comparecido junto a la consellera portavoz, Meritxell Budó.

Según han explicado Aragonès y Budó, las razones del aplazamiento son sanitarias y responden a las previsiones de agravamiento de la pandemia en las que se encuentra Catalunya, como el resto de territorios de su entorno. Este ha sido también el sentir mayoritario en la mesa de partidos a lo largo de esta última semana, después de que los técnicos de Salut expusiesen, el lunes, a los partidos unas proyecciones que dibujaban un escenario de máxima tensión hospitalaria en las fechas de la campaña y el mismo domingo de las elecciones. Unas cifras que desaconsejaban la movilización de los votantes y que no permitían garantizar el voto a las personas confinadas por estar contagiadas.

Tal y como se preveía, el Govern ha propuesto este viernes a los partidos aplazar la fecha electoral por este motivo. Los responsables del Ejecutivo apostaban por fijar una nueva votación entre mayo y junio, cuando esperan que la pandemia de tregua y pueda realizarse el proceso el electoral con menos riesgo y más seguridad. En concreto, el vicepresident Pere Aragonès ha señalado al domingo 30 de mayo como la opción elegida por el Govern, un calendario que todos los partidos que defendían el retraso de las elecciones ven bien. El PSC, en cambio, prefería una fecha más cercana, por lo que ha sido la única formación que ha acabado descolgándose del acuerdo.

La mesa de partidos que siguen la evolución de los indicadores sanitarios de cara a la convocatoria electoral se ha reunido esta mañana y tratará de fijar una posición conjunta, aunque la decisión final será del Govern, que prevé reunirse esta tarde. Uno de los compromisos del Ejecutivo es que en el decreto se fijará la nueva fecha electoral, siempre sujeta a posibles cambios por criterios sanitarios.

Todos los partidos, a excepción del PSC, han mostrado su satisfacción por el retraso. Ciudadanos ha considerado que hay motivos sanitarios que recomiendan tomar esta decisión, y ha destacado que el Govern les ha expresado que para la nueva fecha puede haber vacunada entre el 9 y el 30% de la población catalana. “Este aplazamiento no se ha hecho por cuestiones políticas sino para proteger la vida y la salud de la población”, ha asegurado el líder de la oposición, Carlos Carrizosa. También por parte de los 'comuns' han celebrado la decisión, pese a que ellos habían propuesto el 16 de mayo. “Pero solo son dos semanas de diferencia, nos parece razonable”, ha razonado Jéssica Albiach. La CUP, que también reclamaba demorar las elecciones ha cargado contra el Govern porque a su parecer no ha sido capaz de tomar las medidas sanitarias oportunas para que se pudiera votar.

“Esta decisión no se toma en base a criterios epidemiológicos”, ha protestado el líder del PSC, Miquel Iceta. “Los datos sanitarios del departamento de Salut dicen que el pico de la pandemia será el 19 de enero, y por tanto bastante antes de la campaña electoral y la fecha de las elecciones”, ha argumentado Iceta, que se ha opuesto al retraso de las elecciones, “y más aún si es para hacerlas el 30 de mayo”. “Si el Govern necesitaba más tiempo para asegurar la celebración de las elecciones con garantías, podía decirlo. Los socialistas hemos propuesto aplazar las elecciones seis semanas”, ha recordado el socialista.

Sobre la posibilidad de recurrir el decreto de suspensión en los tribunales, Iceta no ha querido avanzar la posición de su partido, pero ha advertido que “una cosa es cambiar la fecha de las elecciones y otra cambiar las reglas del juego”. Esto significa, ha explicado el primer secretario, que el PSC no cree que haya base legal para que haya cambios en las candidaturas, las coaliciones o en las listas electores. Pero, si únicamente se trata de un cambio de fecha, no pondrán objeciones, ha dicho.

Durante la semana, los partidos han mostrado sus diferencias respecto al aplazamiento y la nueva fecha electoral. El lunes pasado los técnicos del departamento de Salut expusieron ante los políticos dos posibles escenarios epidemiológicos para el 14 de febrero, la fecha en la que debían celebrarse las elecciones. Aunque una proyección era más pesimista que la otra, ambas coincidían en que Catalunya se encuentra en plena tercera ola de la pandemia, que el pico de contagios se produciría durante la campaña electoral y que el domingo de la votación sería uno de los momentos de más tensión hospitalaria, con más de 600 ingresados en la UCI.

Con estos datos formaciones como Ciudadanos, 'comuns' o la CUP se pronunciaron en contra de mantener los comicios y pidieron una nueva fecha, una posición en la que coincidían con el Govern que, sin embargo, se ha mantenido en silencio hasta este viernes. En el otro lado se ha situado el PSC, que ha considerado que los datos no avalaban retrasar los comicios. Este jueves, finalmente los socialistas se abrieron a pactar una nueva fecha, que a su juicio debe ser cuanto antes mejor.

El PSC mantiene que el aplazamiento de la fecha de las elecciones presenta interrogantes desde el punto de vista jurídico y que no queda justificado por la evolución prevista de los datos de la pandemia. Su propuesta es que las elecciones se celebren el domingo 14 o el domingo siguiente, el 21 de marzo. Fuentes consultadas del resto de formaciones consideran que podría ser prematuro y exigen garantías de que no habrá un nuevo aplazamiento. Con todo, piden que sea Salut quien ofrezca los datos sobre cualquier nueva fecha que se fije.

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