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La vía Ernest Maragall: una solución que ERC explora, pero que está llena de obstáculos

El diputado de la CUP, Carles Riera, junto a Ernest Maragall (ERC) en el Parlament

Arturo Puente

El nombre de Ernest Maragall, exconseller del Tripartit y diputado independiente de ERC, sonó como posible presidente del Parlament al inicio de la investidura. “Buscamos a alguien más de la casa”, rebatieron fuentes republicanas, sabedoras de que la Cámara sería el máximo órgano que presidirían tras quedar por detrás de JxCat en las elecciones. Pero ahora, tras tres meses de bloqueo y con la lista completa de candidatos de JxCat en prisión, el presidencial apellido ha vuelto a la arena.

Desde la detención de Puigdemont en Alemania el pasado domingo, sectores de ERC han hecho sonar el nombre de Maragall para la investidura como una posible fórmula que reúna al conjunto del soberanismo, es decir, a los independentistas y los comuns de Xavier Domènech. Así lo ha explicado este jueves El Confidencial. Esta vía sin embargo tiene problemas más que evidentes. El primero, el rechazo cerrado de JxCat a perder la presidencia en favor de un diputado de ERC.

“Es un tema aún verde y muy lejano”, reconoce una fuente de los republicanos que, sin embargo, no niega que sea una opción que estén barajando. En ERC sin embargo mantienen que su preferencia sigue siendo convencer a la CUP para que den cuatro votos positivos a un candidato de JxCat. Tanto es así que apremian a la formación de Puigdemont para que les traslade ya quién es el nombre del diputado que desean investir, que sería ya el cuarto candidato del independentismo.

Esto no es obstáculo para que los republicanos reconozcan que hay que abrir escenarios por si se llega a los minutos de descuento de la legislatura. De no investir a un president antes del 22 de mayo, se convocarán automáticamente elecciones, que serán en julio. Con todo, fuentes de ERC niegan que se haya comenzado a negociar la 'vía Maragall'. “Si llega, será tras la Semana Santa e incluso más tarde, cuando los dos meses se vayan agotando”, asegura una fuente republicana.

La aritmética parlamentaria obliga a que, si la CUP mantiene sus abstenciones y Carles Puigdemont y Toni Comín siguen reteniendo su acta de diputados y con ellas sus votos, JxCat y ERC hayan de buscar, al menos, dos abstenciones en el bloque no independentista para lograr la investidura. Y quienes más cerca podrían estar de estas abstenciones no son otros que los comuns.

Este miércoles Domènech lanzó ante el pleno una propuesta de Govern de independientes y del conjunto del catalanismo, abriéndose a investir a un diputado de Esquerra. Pero su grupo rechaza sin ambages apoyar ni facilitar una investidura de un candidato de JxCat. Si el independentismo quiere sus abstenciones deberá replantear todo el esquema de gobierno pactado, comenzando por la presidencia, indican los comuns.

Si alinear los intereses de Xavier Domènech y Elsa Artadi es complicado, no lo es menos ninguna de las otras vías planteadas. La CUP insiste en volver al nombre de Carles Puigdemont, opción que obligaría a la Mesa del Parlament a desobedecer las medidas cautelares impuestas por el Constitucional. Mientras, en JxCat tantean entre Puigdemont, Sànchez o buscar ya una opción alternativa. En medio del caos en el que el juez Llarena ha sumido al independentismo, ERC implora la formación inmediata de un Govern.

“El nombre del 'Tete' [como es conocido Maragall entre sus cercanos] es un globo sonda de ERC”, aseguran fuentes cercanas a JxCat, que explican el movimiento por el interés de los republicanos en presionar hacia la llamada “investidura efectiva”. Con todo, sus socios no se fían de las intenciones del partido que ahora comanda Pere Aragonès. Según indican, en Esquerra siempre ha habido una pulsión favorable a volver al Tripartit, el Govern que precisamente Convergència convirtió en su bestia negra. Según esta teoría, poner sobre la mesa el apellido del hermano del president del PSC sería cualquier cosa menos inocente.

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