El Govern expondrá su apuesta europeísta en Bruselas en busca de apoyos al referéndum
El Govern de la Generalitat ha comprobado durante el último año que la diplomacia internacional es un club de estados al que es difícil de entrar si no lo eres. Los intentos de establecer relaciones entre la sede presidencial catalana y las cancillerías europeas o los mandatarios de la UE han dado menos resultados de los esperados, bajo el estrecho marcaje de la diplomacia española.
Por esto el Ejecutivo catalán tiene previsto desplegar toda su artillería internacional en los próximos meses, a la búsqueda, si bien no de apoyos explícitos, sí al menos de simpatía o neutralidad ante los pasos que plantea, que no son otros que un referéndum sobre la independencia sin el acuerdo con Madrid.
La próxima semana llevará a cabo un evento central en esta estrategia. Los dos primeras espadas del Govern catalán, el president Carles Puigdemont y el vicepresident Oriol Junqueras, acompañados por el responsable de la cartera exterior, Raül Romeva, acudirán el 24 de enero al Parlamento Europeo para exponer su plan para celebrar el referéndum sobre la independencia, según ha avanzado este domingo la agencia ACN citando fuentes del Govern.
El acto a tres voces se enmarca en este sprint internacional del Govern para ganar simpatías entre las autoridades comunitarias y, de forma más genérica, entre las diferentes familias políticas europeas, y para conjurar cierta imagen negativa sobre el proyecto independentista, que podría haber crecido en los últimos meses.
Por este motivo los responsables del Ejecutivo catalán pondrán el acento en el compromiso europeísta del gobierno independentista catalán y describirán su plan para celebrar un referéndum sin acuerdo con el Estado español como una solución democrática a la negativa del Gobierno del PP a negociarlo.
Dificultades diplomáticas
Los intentos del Gobierno catalán para acercarse a las autoridades europeas no se han materializado hasta el momento en imágenes. En mayo pasado el president Puigdemont realizó una pequeña gira belga, entre Bruselas y Flandes, donde no pudo conseguir la foto ni con el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, ni con el presidente del Parlamento Europeo, Martin Schulz. Una foto, esta última, que sí consiguió la presidenta andaluza, Susana Díaz, en noviembre.
Desde el Govern siempre se ha culpado de sus dificultades en el escenario internacional al marcaje de la diplomacia española. También en esta clave se leen diferentes informaciones aparecidas en la prensa durante las últimas semanas, cuando la imagen del independentismo catalán en Bruselas ha recibido varios reveses.
Dos artículos aparecidos en el comienzo del año en sendas publicaciones, Politico y The Economist, han inscrito el referéndum catalán entre los ejemplos de la nueva ola de populismos europeos. El primero, Politico, ponía a Puigdemont entre “las 12 personas que pueden (probablemente) arruinar 2017”, mientras que el segundo, The Economist, comparaba el independentismo catalán con el Brexit.
Pero no todo han sido malas noticias para los independentistas en lo que a imagen internacional se refiere. La primera semana de enero la oficina antifraude de Letonia aseguró no haber encontrado pruebas de que su exprimer ministro, Valdis Dombrovskis, actual vicepresidente de la Comisión Europea, hubiera recibido ninguna comisión por hablar en términos positivos del referéndum catalán, tal como se había informado desde la prensa española citando un informe policial español.
Compromiso europeísta
Ahora el departamento internacional del Govern intenta conjurar las comparaciones con los populismos destabilizadores con una decida apuesta por mostrar sus deseos de que Catalunya continúe en la UE, asumiendo los compromisos de la unión en materias tales como la estabilidad presupuestaria o la acogida de refugiados.
La conferencia del próximo 24 de enero, que ha sido organizada por los eurodiputados Josep Maria Terricabras y Ramon Tremosa y por el secretario general de Afers Exteriors, Jordi Solé, será la presentación ante la UE de la vertiente más europeísta de los planes del Govern. La aspiración es que a la conferencia acuda la prensa internacional, además de eurodiputados de diferentes colores políticos y diplomáticos.
La baza tiene evidentes paralelismos con la carta jugada por el independentismo escocés de situarse contra las tentaciones antiUE británicas, que acabaron materializándose en el Brexit. Tanto es así que ahora, en plena negociación sobre la salida del Reino Unido de la Unión, el independentismo escocés vuelve a tantear la celebración de un referéndum, ahora con el impulso de un plebiscito sobre el propio Brexit.
La imitación catalana encuentra sin embargo un escollo en las diferencias entre España y el Reino Unido, ya que, tras los últimos acontecimientos políticos mundiales, el gobierno de Madrid es considerado en Bruselas un aliado para la amenazada estabilidad europea.