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El independentismo echa agua al vino de su hoja ruta

Oriol Junqueras y Carles Puigdemont, vicepresident y president de la Generalitat, durante un pleno

Arturo Puente

¿El independentismo ganó el 27-S, como afirma? ¿La hoja de ruta de JxSí es factible, como sostuvo la candidatura en campaña? ¿Catalunya será independiente en 16 meses, como muchos independentistas creen? Todas estas preguntas han vuelto al debate político catalán cuando apenas se ha cumplido un 10% de la legislatura “de desconexión”, tal como la describió el president Carles Puigdemont en su investidura. En las últimas semanas los líderes independentistas han comenzado a echar agua al vino de su propia agenda, una rebaja que anticipa que la independencia no se declarará en esta legislatura como prometía el programa de Junts pel Sí.

El exconseller de economía Andreu Mas-Colell, uno de los hombres fuertes de los dos ejecutivos de Artur Mas, ha sido el último pero no el más contundente en hacerlo. “Nos tendríamos que quitar de encima un factor distorsionador, la cuenta atrás de 18 meses”, opinó el martes Mas-Colell en los micrófonos de Catalunya Ràdio. Artur Mas había dejado una semana antes un mensaje incendiario en la misma radio al asegurar que “si alguien piensa que en 16 meses ya habremos proclamado la independencia le estamos poniendo al Govern un deber que no podrá cumplir”.

Ambas declaraciones son buenos resúmenes de los mensajes que se escuchan con cada vez más insistencia en el entorno de Convergència. Los convergentes, centrados en su proceso de refundación, siguen a pies juntillas lo expresado por Mas en el Consell Nacional del 6 de febrero, cuando aseguró: “Un estado propio para Catalunya solo será posible si en alguna pantalla democrática, en algún momento en las urnas, pasamos del 50%”. “No haber llegado al 50%”, aclaró aún el ya expresident, “no nos para, porque tenemos mayoría absoluta en el Parlament, pero no es suficiente”.

El asunto colea desde la misma formación del nuevo Govern, cuando miembros de CDC y ERC se contradijeron en público sobre si habría o no una declaración explícita. La crisis se cerró con la aceptación mutua de que habría “una declaración de intenciones”, un epígrafe bajo el cada partido escribía sus propias preferencias y que ERC no ha querido volver a agitar.

Desde entonces el Govern se ha cuidado de remarcar su compromiso “inequívoco” con el programa, que aseguran considerar “un mandato democrático surgido de las urnas el 27-S”, aunque sin explicitar su calendario. Este miércoles, ante una pregunta de Joan Garriga, diputado de la CUP, la consellera portavoz, Neus Munté, le reclamó: “Me gustaría que creyera sinceramente en la voluntad de este Govern y en su credibilidad cuando hablamos del seguimiento, punto por punto, de la hoja de ruta que nos hemos marcado”.

Para encontrar pistas sobre cuál es a estas alturas ese “punto por punto” y si se corresponde con el programa electoral de Junts pel Sí, es útil acudir a una entrevista que Puigdemont concedió a El Nacional, en la que aseguró que “en 16 meses comenzaremos a actuar como un Estado independiente”. Pero, según se desprende de sus palabras, a esa independencia se llegaría después de un referéndum constituyente. El president alteraba así el orden del programa electoral de JxSí, que contemplaba la declaración primero.

En la CUP, que acudió a las elecciones con su propio calendario independentista, también parece haberse constatado que la declaración de independencia no llegará antes de unas nuevas elecciones. La candidatura anticapitalista ha presentado este martes su propuesta de proceso constituyente, que consta de dos partes, una a cada lado de las próximas elecciones. Según ha explicado la diputada Mireia Boya las elecciones autonómicas deben ser elecciones constituyentes, en las que la victoria de las formaciones independentistas conllevaría “una declaración unilateral de independencia de facto”.

Los únicos que parecen mantenerse fieles a lo recogido en la hoja de ruta de Junts pel Sí es la ANC. Este martes la entidad ha presentado un nuevo documento en el que detalla sus propuestas y escenarios esperados durante esta legislatura. La assamblea prevé que “a lo largo de 2017” el Parlament declare la independencia de Catalunya. “Inmediatamente después”, dice el documento presentado, “se aprobarán las leyes de transitoriedad jurídica y las otras herramientas del estado que regirán el nuevo ordenamiento catalán”. Solo entonces la ANC prevé que se convoquen las elecciones, que en su opinión serían constituyentes. Este plan sigue, punto por punto, el compromiso electoral de la candidatura en la que se integraron en las últimas elecciones.

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