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Las 48 horas y tres reuniones que llevaron a Torrent a suspender la sesión de investidura de Puigdemont

El presidente del Parlament, Roger Torrent, anuncia el aplazamiento del pleno de investidura de Carles Puigdemont / EFE

Neus Tomàs / Arturo Puente

Carles Puigdemont no ha sido investido presidente de la Generalitat y nadie sabe si algún día acabará siéndolo. El presidente del Parlament, Roger Torrent, decidió este martes suspender el pleno de investidura, evitando una investidura a distancia explícitamente vetada por el Tribunal Constitucional. Durante los últimos días, Torrent ha soportado sobre sus hombros toda la presión generada por el choque entre la advertencia penal del Alto Tribunal y el deseo del independentismo de recuperar un Govern surgido de las urnas y pasar página del traumático artículo 155.

Para entender la decisión tomada por Torrent y su círculo más cercano en la noche del 29 de enero y comunicada este martes por la mañana, hay que retroceder unas 48 horas durante las que se produjeron tres reuniones de alto voltaje. En ellas, la pugna soterrada que JxCat y ERC han mantenido desde el pasado 27 de octubre acabó saliendo a la luz y mostrándose con toda su crudeza.

El día clave para la suspensión del pleno fue el pasado domingo. La decisión del Constitucional se acabó conociendo el sábado por la noche, por lo que no fue hasta el siguiente día cuando los equipos de los partidos pudieron poner sus puntos de vista en común. Lo tuvieron que hacer a distancia porque JxCat dio por hecho que una delegación de ERC se desplazaría este pasado fin de semana a Bruselas, los republicanos no acudieron y Puigdemont acabó reuniéndose solo con Elsa Artadi, Albert Batet y David Madí. Este último sigue siendo de la máxima confianza de Artur Mas.

El grupo de Bruselas establece el domingo por la tarde una reunión telemática con la dirección de ERC, con Marta Rovira al frente. La CUP también se comunicó con ambas formaciones, aunque nunca llegaron a hablar las tres a la vez.

Domingo: Conexión Barcelona-Bruselas

La reunión entre JxCat y ERC fue larga y tensa, admiten ambas partes. Hablan de fórmulas para la investidura, de composición del Govern, de programa de la legislatura y de alternativas a Puigdemont. ERC tiene una preocupación muy concreta en conocer la fórmula con la que JxCat pretende pasar de la investidura a la formación del Govern, teniendo en cuenta que el escenario más plausible es que la investidura sea suspendida en el TC y que, por lo tanto, Puigdemont no pueda nombrar a ningún conseller ni tampoco a los cargos de Presidència. La otra parte, en cambio, quiere cerrar un acuerdo concreto para investir al candidato de JxCat y dejar lo demás para más adelante.

“Nuestro candidato es Puigdemont mientras él tenga pretensión de presentarse, pero queremos saber cuál es su plan para el día siguiente y pactarlo lo máximo posible”, asegura una fuente de la dirección de ERC. Los republicanos califican la reunión del domingo de “desastrosa”.

“No se nos explica nada. No se nos dice cómo piensan hacer el tránsito entre la investidura y la formación del Govern ni quieren entrar a hablar del reparto del Govern, más allá de decir que será al 50%, y llegan a cortar la comunicación cuando ponemos sobre la mesa que hay que buscar planes de contingencia para escenarios como el que nos habíamos encontrado el sábado en el Constitucional”, se quejan fuentes republicanas.

JxCat no ve igual las cosas. La candidatura de Puigdemont asegura que la secretaria general de los republicanos, Marta Rovira, “se ha borrado” de la negociación, y que los interlocutores republicanos, Pere Aragonès y Josep Maria Jové, no tienen capacidad de decisión. “Todo lo que les proponemos tienen que trasladarlo al partido”, lamentan en JxCat. “El problema de ERC es que no quiere investir a Puigdemont, pero no se atreve a decirlo. ¡Que lo digan!”, resumen con manifiesta indignación en la candidatura del expresident.

Reuniones paralelas del equipo jurídico

En paralelo a esta reunión entre los negociadores de Puigdemont y Rovira, los equipos jurídicos de la máxima confianza de ambas cúpulas contactan el domingo por la tarde. Son el vicepresidente de la Mesa de JxCat, Josep Costa, y Oriol Sagrera, el que fuera jefe de la Oficina de Relaciones Institucionales, por parte ERC. Ambos comienzan a estudiar ese mismo día el texto del Constitucional y su posible respuesta, aunque como el TC no había publicado aún los fundamentos jurídicos del auto –lo hizo el lunes– deciden retomar la actividad al día siguiente.

El lunes ambos volverán a verse, esta vez en el Parlament y junto a Joan Vintró, un reputado jurista con décadas de trayectoria en la Cámara catalana. Lo hacen a la vista de los medios, que interpretan que están estudiando fórmulas para la investidura. No es así, según explican fuentes conocedoras del encuentro. “Las fórmulas de la investidura están pactadas hace una semana, y son dos, una si Puigdemont vuelve y otra si no vuelve”, aseguran esas fuentes, reiterando que los juristas estudian la respuesta que darán al TC, que se concretó ese mismo lunes por la tarde en forma de alegaciones.

Lunes por la mañana: el agravio llega por carta

La víspera de su investidura y en plena resaca de la tensa reunión entre cúpulas del domingo, que ha acabado sin acuerdos, Puigdemont hace un movimiento inesperado. Envía una carta al presidente del Parlament en la que le reclama “amparo”, sin concretar exactamente qué espera que haga Torrent. Esta carta fue interpretada en la sede de ERC como un intento de poner más presión sobre el presidente de la Cámara.

Desde la candidatura de Puigdemont reconocen que no avisaron a sus interlocutores de que el president cesado enviaría una carta a Torrent pidiéndole amparo, pero recuerdan que algunos dirigentes republicanos le restaron importancia asegurando a los periodistas que estaba “pactada” con el presidente del Parlament. De cualquier forma, la carta enfadó, y mucho, tanto a Torrent como a la cúpula de ERC, que la consideraron una presión inaceptable. “Si Puigdemont no hubiese enviado la carta a Torrent, a lo mejor el pleno se hubiese podido celebrar”, aseguran en la cúpula republicana.

Lunes por la tarde: Reunión trilateral que “va bien”

La carta recibida por Torrent marca un punto de inflexión en la actitud de ERC. Los republicanos consideran que se ha pasado de pedirles fe ciega a exigírsela, y comienzan a valorar como una opción probable el aplazamiento de la investidura. Sin embargo, quedan a la espera de que JxCat les aclare sus planes, tanto para la investidura como para la formación de Govern.

En ese contexto se producen dos reuniones que las partes marcan como positivas. Una es entre los miembros independentistas de la Mesa, que se conjuran para tirar adelante el pleno si no hay contraorden. Otra es el encuentro trilateral que mantienen en el Parlament delegaciones de JxCat, ERC y la CUP. Esta reunión dura unas tres horas y es continuación de la que se había hecho el viernes pasado, a instancias de la CUP y para hablar principalmente del plan de gobierno para la legislatura.

La negociación a tres bandas sobre contenidos va “bastante bien”, según afirman los anticapitalistas. Tanto, que programan una nueva reunión para la mañana de este martes en la que se debía firmar un acuerdo, horas antes de la investidura. Sin embargo, entre JxCat y ERC tienen versiones divergentes sobre esta reunión. Los de Puigdemont consideran que ha quedado fijado que el pleno se llevará a cabo, mientras que ERC asegura que esto no fue materia de aquel encuentro, en el que solo se dejó sentado que Puigdemont era el único candidato del independentismo.

“Nosotros salimos con la sensación de que al día siguiente se desobedecerá”, tercian fuentes de la CUP, “pero es cierto que JxCat se niega a explicar nada. Nosotros habíamos pedido que explicitasen cómo harían la investidura y se niegan, solo dicen que saben cómo hacerlo y que confiemos”. Estas mismas fuentes anticapitalistas lanzan también un dardo a ERC asegurando que, si ese es el problema, “no se entiende por qué apretamos nosotros más que ellos sobre este tema”.

ERC se reúne y opta por suspender

Acabada la reunión trilateral, los republicanos se mantienen a la espera de conocer los planes de Puigdemont. Parte de la dirección y un grupo de primeras espadas del partido se atrincheran en su sede para estudiar qué hacer. “A menos de 12 horas para el comienzo de la reunión de la Mesa, no sabemos nada. Por no saber ni siquiera sabemos si Puigdemont tiene intención de venir”, aseguran desde ERC. Pese a eso, afirman estas mismas fuentes, aún esperan a que Puigdemont envíe su programa de gobierno, para saber si “da pistas” de lo que pretende hacer.

El borrador de discurso del president no llega a manos de ERC hasta pasadas la una de la madrugada, cuando la reunión se ha levantado. La cúpula del partido de Junqueras opta ya por aplazar el pleno, aunque lo deja en manos del presidente del Parlament.

“Nos hemos enterado en el mismo momento que Torrent lo explicaba, este martes por la mañana”, aseguran desde la CUP. Tampoco al grupo de JxCat les comunica su intención de suspender el pleno, algo que disgusta en la formación. Sin embargo, Torrent sí trata de ponerse en contacto con alguien a primera hora de la mañana: el candidato Carles Puigdemont. El presidente del Parlament llama hasta cinco veces, la última antes de su comparecencia ante los medios, razón por la que aparece cerca de media hora tarde. El candidato, sin embargo, no recibe las llamadas.

“Puigdemont no tiene el número de Torrent registrado. Si no sabe quién le llama, no lo coge. El presidente del Parlament podía haberle enviado un mensaje o haber contactado con Puigdemont a través de Marta Rovira o Elsa Artadi, y no lo hizo”, relatan en JxCat. El incidente de la llamada es el ejemplo más evidente de la falta de comunicación entre ambas formaciones. No el único y, seguramente, tampoco el último.

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