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La crisis sanitaria como oportunidad para el turismo de interior

La crisis sanitaria puede ser una oportunidad para el turismo de las regiones de interior

Carmen Bachiller

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¿Qué puede ocurrir en un país como España si se mantiene el parón de su sector turístico durante semanas o incluso meses? Esta ‘No Semana Santa 2020’, una de las fechas claves para el país si a turismo nos referimos, puede marcar un hito en la historia del sector.

El impacto que pueda tener la crisis sanitaria por el COVID-19 en el sector “no tiene precedentes”. No es comparable al de ninguna otra, ni siquiera si se toma como referencia la crisis de 2008, asegura José María López Morales, vicedecano de la Facultad de Ciencias Económicas, Empresariales y Turismo de la Universidad de Alcalá, que tiene su sede en Guadalajara.

“En 2008 cayó la actividad, pero no de esta manera, en tan solo un mes. En principio ahora hablamos de una crisis coyuntural y no estructural como aquella”. También recuerda que hay diferencias en su origen: la crisis de hace doce años tuvo que ver con un problema financiero y llegó en un momento “en el que las empresas del sector estaban altamente endeudadas”.

Ahora, dice, “el punto menos negativo es que no se parte de una situación de tanto endeudamiento, sobre todo los grandes grupos de empresas. El problema estará en las pymes si la crisis se prolonga”.

¿Hasta cuándo y con qué impacto?

España acogió en 2019 más de 84 millones de turistas que aportaron entre un 12 y un 13% tanto al Producto Interior Bruto (PIB) nacional como al empleo, dentro de un sector que agrupa a medio millón de empresas (la gran mayoría pymes y autónomos) en todo el país.

Castilla-La Mancha es un destino de tamaño intermedio dentro del sector turístico español y, según los datos de Exceltur, el turismo le aporta un 7,4% del PIB y supone un 8,6 % del empleo.

“Turismo cero”, como mínimo hasta junio

Con el cerrojazo a la Semana Santa y a toda la actividad turística que se despliega en torno a esta celebración, se pierde una parte importante de la temporada. El problema atañe a todos los destinos, tanto de costa como de interior, aunque las cancelaciones iniciales afectaran sobre todo a Canarias y Baleares.

“La cuestión es cuánto va a durar la crisis sanitaria y si afectará o no a la temporada de verano. Las estimaciones apuntan a que tanto en abril, mayo como junio no haya posibilidades turísticas. Será un turismo cero” y a eso se suma que “si al turismo le va mal, también le irá mal a las numerosas actividades vinculadas al sector”.

“Los últimos datos de Exceltur apuntan pérdidas que rondan los 55.000 millones de euros con la crisis sanitaria prevista hasta junio. No hay previsiones más allá”. Eso supone un tercio de lo que este sector aporta al PIB, detalla el profesor.

Si hablamos de Castilla-La Mancha, el Gobierno regional ya estimaba, en los primeros momentos de la crisis, una caída en la facturación del sector turístico castellanomanchego en torno al 46%.

Sobre el impacto a medio y largo plazo, López Morales cree que “hay que ser prudentes” en las estimaciones, pero reconoce que hay preocupación por que en el otoño “vuelva a reaparecer el virus” a lo que se suma la incertidumbre respecto a lo que se tardará en obtener una vacuna.

“Hay una cuestión interesante y es saber cómo puede afectar al turismo, a las expectativas de los propios turistas, el hecho de que se permitan movimientos”, señala el también coordinador del grado de Turismo y del doble grado Turismo y Administración y Dirección de Empresas (ADE).

Pero independientemente de cómo se muevan los turistas ya se prevé que “el efecto va a ser muy negativo en cuanto a la recepción de turistas del exterior. Ocurre en el peor momento porque empezábamos a tener competidores en el arco mediterráneo africano”. Solo en el sector hotelero se estima que entre abril y mayo se producirán unas pérdidas de unos 3.000 millones de euros en España.

Los ERTE’s están siendo “masivos” en el sector turismo, recuerda. Solo en Castilla-La Mancha entre el comercio y la hostelería suman casi la mitad de los expedientes de regulación temporal de empleo presentados y eso que no es una región turística por excelencia como lo puedan ser Andalucía o la Comunidad Valenciana. “Las agencias de viajes están con ERTE’s hasta en el 90% de las plantillas”, remarca el profesor.

Un nuevo modelo de turismo vinculado a la seguridad

Por otro lado, si hay algo que puede caracterizar a esta crisis sanitaria es que su impacto será “diferente” en las regiones de interior y en las de ‘sol y playa’, a las que viajan muchos más turistas extranjeros.

“Lo sufrirán más porque los desplazamientos en avión se verán contenidos y también puede que afecte al turismo en las grandes ciudades si la gente decide evitar las grandes aglomeraciones. Eso significaría que el turismo de interior, en ciudades de tamaño medio se vería menos afectado”.

El vicedecano cree que “será también una oportunidad para el turismo rural. Ya estaba ocurriendo, al igual que crecía el turismo cultural, de naturaleza o el gastronómico. Ahora, todavía más, el turista se desplazará más cerca de su entorno y buscará un lugar más natural, con menos afluencia”.

Además, “la forma de viajar va a ir cambiando. Se buscarán destinos de cercanía, la seguridad y evitar aglomeraciones”, asegura, “y tendremos que buscar nuestras propias ventajas competitivas. El modelo va a cambiar en España y puede ser una oportunidad a medio plazo que el turista decida optar por actividades relacionadas con un turismo más saludable, más ecológico”.

“El repunte de la demanda, cuando comience, lo hará por los turistas residentes en España que optarán por un destino cercano. Para regiones de interior como Castilla-La Mancha puede no ser tan perjudicial” y por otro lado, subraya, “habrá destinos a los que se evitará como Asia, Italia y también España como país receptor de turismo internacional”.

“El turismo estará vinculado al concepto de seguridad y por eso será muy importante aplicar las medidas correctas”, remarca.

Otra de las oportunidades de la crisis sanitaria, desde su punto de vista, es la introducción de las nuevas tecnologías en aquellas empresas o agentes del sector turismo que no lo habían hecho o que las estaban infrautilizando hasta ahora. “La movilidad cero esta activando el turismo virtual”.

Además, la crisis sanitaria “también puede servir al sector hotelero para demostrar que es solidario”, debido a que muchos establecimientos se han puesto a disposición de las autoridades sanitarias para alojar a profesionales o a enfermos.

“Las cadenas hoteleras deberían aprovechar para mejorar y modernizar activos”

¿Se pueden aportar fórmulas para que las empresas turísticas capeen este 2020?, preguntamos. “El sector tiene una gran proporción de pymes y de momento lo que hace falta es liquidez porque no hay facturación. Necesita aguantar. El crédito ICO tuvo una cantidad muy pequeña al principio, 400 millones de euros. Era insuficiente y se plantearon ayudas, como mínimo de 5.000 millones de euros, pero se ha ido quedando corto”.

En su opinión, algunos hoteles pueden aprovechar la situación para realizar obras de reforma o mantenimiento porque “cuando comenzó la crisis, las grandes cadenas sí tenían liquidez. Ahora, con ayuda del sector público, deberían aprovechar para mejorar y modernizar sus activos”. En este sentido, sostiene que se deberían flexibilizar los trámites administrativos para llevar a cabo esas reformas.

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