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Alicante paga su deuda con Miquel Grau

Instalación de la placa en homenaje a Miguel Grau en la plaza de Luceros de Alicante.

Rubén Peñalba

Dice la letra de Al Tall que por reclamar l'Estatut d'Autonomia del País Valencià en 1977 “asesinaron a Miquel”. Hoy, 38 años y un día después de ser agredido, el Ayuntamiento de Alicante, con el respaldo de todos los grupos municipales pero a instancia de Compromís per Alacant, ha descubierto una placa en el lugar exacto donde un fascista le lanzó un ladrillo desde un balcón en la plaza de Luceros.

Dos de sus hermanos, José Ramón y Fini, han sido los encargados de descubrir la placa que informa de que allí fue donde Miquel recibió el golpe que le provocó el coma del que ya no saldría. El 16 de octubre de 1977 fallecía en el Hospital General de Alicante.

La ciudad de manera multitudinaria salió a la calle para acompañarle y reclamar “libertad, amnistía y Estatut d'Autonomia”. Luego le olvió. El acto, según su hermano José Ramón, cierra la herida de la ciudad pero no la de la familia “porque no devuelve a Miquel”.

Este miércoles la canción que le dedicó Al Tall, “A Miquel Grau”, ha sonado para recordarle junto a la Muixeranga. La Ley de Memoria Histórica le reconoce como la última víctima de la violencia de la Transición. Su asesino, el militante de Fuerza Nueva, Miguel Ángel Díaz Panadero, apenas pasó 4 años en prisión y ahora es “procurador en Valencia”, ha lamentado su hermano. Le indultó el último gobierno de la UCD.

Dice Al Tall que “por ganar la libertad” lo asesinaron y que “ya no está aquí” cuando con la libertad lograda “todos lo esperaban”. Hoy, Alicante vuelve a tenerle presente.

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