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Se derrumba Calatrava, se derrumba el PP

Toni Cuquerella

Calatrava como metáfora del PP valenciano. El arquitecto que fue el encargado de ‘iconizar’ la grandeza y exhuberancia valenciana va de la mano del PP, quien era el artífice del ‘milagro económico’. Pero de la mano en lo bueno y en lo malo.

Uno de los proyectos emblema del PP ejecutado por Calatrava, el Palau de les Arts, ha creado un agujero económico equiparable a la gestión de los ‘populares’. Un edificio que iba a costar 84 millones se disparó hasta los 1.102,9 millones; y un gobierno que era la panacea económica ha sumido a la Generalitat en quiebra.

Con todo esto, pese al despilfarro que ha supuesto el Palau, en ocho años ha empezado a caerse su fachada, su ‘trencadís’ se tiene que retirar y esto puede costar hasta 3 millones de euros. Y sólo en este momento es cuando el PP piensa en actuar contra Calatrava, no lo ha hecho cuando el coste se disparó un 1.300%, ni cuando se estropeaban unas instalaciones sin estrenar, ni cuando se inundaba el edificio con las lluvias.

Con el PP ha pasado algo similar, el derrumbe del estado del bienestar valenciano y la falta de perspectivas de una mejora de financiación que lo solucione han puesto al PP contra las cuerdas electorales. A la vista de los resultados sólo esto ha valido, no importaban hasta ahora los casos de corrupción ni las tropelías urbanísticas.

Además Calatrava ha querido lavarse las manos con este problema afirmando que el incidente no ha sido a causa del diseño (su responsabilidad), sino su ejecución (responsabilidad de la constructora). Pero bien sabe, o debería saberlo, que nuestra legislación todavía exige al arquitecto autor que vigile la ejecución de la obra con todo detalle, porque si surge algún problema también le exigirán responsabilidades. A Calatrava no le ha quedado más remedio que ofrecer colaboración, y el PP le amenaza con denunciarlo y con hacer que pague el fiasco.

Y al PP le sucede algo parecido: la culpa de la situación valenciana ha sido de Zapatero y del PSOE que han generado una crisis mundial y el PP no ha podido hacer nada ni tiene ninguna responsabilidad pese a estar casi 20 años en la Generalitat. Pero saben que esto no es cierto y que ya llevan dos años gobernando España a golpe de duros recortes; no les ha quedado más remedio que pedir caridad para no ahogar los servicios, pero lo que han conseguido ha sido un portazo de los suyos en la cara.

La imagen de Santiago Calatrava pasa por horas bajas aquí y en todo el mundo, pero especialmente en la Comunitat Valenciana, sin dinero para encargarle nuevos proyectos emblemáticos, sólo faltaba que se tuviera que reparar lo ya hecho con auténticas fortunas. Lo mismo le pasa al PP valenciano, sin una televisión sometida que le adule y edulcore la cruda realidad, sólo faltaba que el gobierno de Rajoy le deje caer como fruto más que maduro, porque sin unas elecciones anticipadas, va camino de pudrirse antes en el árbol.

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