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Detenido el expresidente que arruinó al Valencia por intentar secuestrar a su sucesor

Vicente Soriano y Juan Soler.

Voro Maroto

La policía nacional ha detenido a Juan Soler, importante constructor venido a menos y expresidente del Valencia Club de Fútbol, por contratar a un sicario para secuestrar a su sucesor en la institución deportiva, Vicente Soriano.

Soler, cuyas empresas atraviesan serios problemas económicos, quería forzar a Soriano –otro empresario que hizo fortuna gracias a la burbuja inmobiliaria- a pagar la deuda que mantiene con él tras la fallida venta de sus acciones en el Valencia a una oscura empresa uruguaya, Dalport.

La policía, alertada de la operación, advirtió a Soriano del peligro que corría y le pidió que saliera de casa lo mínimo. Al mismo tiempo, vigiló los movimientos de Soler para, finalmente, detenerle y frustrar los supuestos planes para secuestrar al que fuera su vicepresidente en el Valencia.

En libertad provisional y con prohibición de salir de España

Soler, tras pasar la noche en el calabozo, ha comparecido en el juzgado de instrucción número 12 de Valencia, de donde ha salido en libertad provisional, con una orden de alejamiento sobre la víctima y la prohibición de salir de España. Se ha decretado el secreto de sumario, aunque el Tribunal Superior de Justicia de la Comunidad Valenciana ha aclarado que el juez no se ha pronunciado sobre el envío a prisión de Soler porque ninguna de las partes lo ha solicitado.

Está imputado por un supuesto delito de tentativa de secuestro. Otra persona, al parecer el intermediario encargado de la contratación del sicario, también ha sido detenido e imputado. Soler, desmejorado, ha abandonado los juzgados a las 13.30 del miércoles acompañado de uno de sus hijos. No ha querido hacer declaraciones, de la misma manera que se acogió a su derecho a no declarar ante el juez.

60 millones de euros en el aire

A falta de confirmación oficial, todo apunta a que Soler quería retener y extorsionar a Soriano para que éste le pague los 85 millones que le adeuda tras comprarle, junto con la mencionada Dalport, un buen paquete de acciones del Valencia Club de Fútbol.

El equipo, ahora mismo en venta, se arruinó producto de la pésima y megalómana gestión de Soler. Éste, tras un breve periodo de transición, cedió la presidencia del club a Soriano, otro importante accionista de la entidad. Soriano tampoco encontró soluciones económicas al agujero creado, pero trajo a España a una empresa radicada en Uruguay sin apenas credenciales, con la que acordó comprarle a Soler sus 70.000 acciones por 85 millones de euros.

El acuerdo se firmó pero nunca se cobró: los pagarés aportados no tenían fondos, por lo que Soler acudió a los tribunales, que tanto en Valencia como en el Tribunal Supremo le dieron la razón. El alto tribunal obliga a Soriano, que ha intentado sin éxito deshacer la operación, a abonar al menos 60 millones a Soler, pero éste sigue sin ver un duro. El paquete accionarial con el que controlaba el Valencia, ya no tiene valor: apenas representa un 5% de la entidad tras la ampliación de capital avalada por la Generalitat.

Un empresario arruinado

Mientras, sus empresas atraviesan serios problemas -el núcleo duro de sus sociedades presentó concurso de acreedores- y parte de sus propiedades personales han sido embargadas por impagos. Soler, que fue aupado a la presidencia del Valencia por el PP de Francisco Camps, se arruinó casi al mismo tiempo que el club, con el que también perdió dinero. Ahora, de probarse la acusación de secuestro, ese puede ser (casi) el menor de sus problemas.

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