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Opinión - ¿Y ahora qué? Por Marco Schwartz

El desaire de Rajoy a Fabra forzará más recortes en sanidad y educación

Fabra, en una reunión de la cúpula del PP, con otros barones del partido.

Voro Maroto

El miércoles no fue un buen día para Alberto Fabra. Otra encuesta daba cuenta del descalabro del PP en intención de voto, su equipo de comunicación, dirigido por Lola Johnson, cometió un grave error que forzó un desmentido del Ministerio de Hacienda y, sobre todo, el gobierno central se negó en redondo a atender las peticiones del presidente de la Generalitat, que pocos días antes había solicitado 1.500 millones de euros para sanidad y educación.

En ausencia de esa inyección económica extraordinaria, el Consell se verá obligado a acometer más ajustes o a recurrir a otro método muy socorrido en la Comunidad Valenciana desde hace años: meter las facturas en el cajón, eufemismo utilizado para describir los impagos a empresas, autónomos o asociaciones de todo tipo. Los valencianos son los perdedores, pero Fabra sale muy tocado del envite.

De hecho, nadie entiende muy bien el órdago planteado por el President el viernes 3 de enero. “La situación durante los últimos años es grave porque el modelo de financiación actual no cubre ni los gastos en Educación ni Sanidad y actualmente hay un desfase de 1.500 millones de euros”, dijo Fabra en una comparecencia extraordinaria el viernes. “No podemos estar un año más infrafinanciados por el Gobierno de España porque eso ha generando una deuda que tenemos que sufragar ”, insistió.

De ahí, su petición de caridad a Rajoy. Ahora, el desaire de éste deja en una posición muy delicada al gobierno valenciano a las puertas de dos elecciones, las europeas de junio y las autonómicas y municipales de mayo de 2015, ya que Fabra carece de plan de B. ¿Que pasaría si el gobierno no atiende sus peticiones?, se le preguntó. «No lo sé», aceptó el presidente del Consell, cuya falta de influencia es notoria en Madrid.

La negativa rotunda de Montoro a darle más dinero se suma al posicionamiento de su Ministerio, que niega que la Comunitat Valenciana esté infrafinanciada, uno de los caballos de batalla de Fabra. Éste también prometió en les Cortes Valencianes que los diputados valencianos del PP en el Congreso presentarían enmiendas para mejorar la pobre aportación del estado en forma de inversiones. Las propuestas ni siquiera se tramitaron.

Con la Generalitat en quiebra, el gobierno central reacio a transferir más fondos y todas las encuestas augurando la pérdida del poder para Fabra, el Consell no se puede permitir fallos, mucho menos de estrategia política o comunicación. Eso, sin embargo, parece haber sucedido.

¿Patinazo de Johnson?

El fallo de estrategia consiste en anunciar la petición de 1.500 millones de euros para quedar en evidencia días después con la negativa del gobierno central. “No podemos aguantar un año más así”, sin más dinero, dijo Fabra en tono grave y solemne. Pues parece que sí. Además, pese a la llegada de Lola Johnson a la secretaría autonómica de comunicación, los errores y problemas de coordinación, se suceden. El más grave éste miércoles.

Pocas horas antes del desplante de Rajoy y Montoro, la Generalitat comunicaba a la agencia Efe, propiedad del estado, un acuerdo para trabajar en fórmulas que sacaran a la Comunitat Valenciana del marasmo económico. La reacción de Hacienda fue, mediante un comunicado oficial, fulgurante. “Hasta la entrada en vigor del nuevo sistema de financiación autonómica, en ningún caso habrá medidas de financiación adicionales a las existentes hasta hoy”.Y eso, en principio, no será hasta 2015. Mal para Fabra, peor para los valencianos.

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