¿Qué puedo cocinar con cada función de mi horno?

Foto: ConsumoClaro

Jordi Sabaté

El horno posiblemente es el electrodoméstico más infrautilizado de las cocinas; lo tenemos en casi todas las casas del Estado, pero muchos de nosotros no sabríamos exactamente para qué. Es un gran desconocido, ya sea por pereza nuestra en aprender a usarlo o por falta de pedagogía por parte del fabricante. Sin embargo, sirve al igual que los fogones, para cocinar todo tipo de platos, y muchas veces con mejores resultados que los que da la sartén o la olla. 

Es cierto que cocinar en el horno requiere más esmero y paciencia que hacerlo en los fogones, pero su manejo es mucho más sencillo de lo que a priori creemos, ya que sus diversas funciones, esas que se muestran en la ruedecita de la izquierda, la que está al lado del graduador de temperatura, tienen un objetivo específico. Conociéndolo, sabremos manejar el horno con soltura y podremos aprovecharlo mejor para cocer todo tipo de alimentos, no solo pizzas los viernes y pimientos y berenjenas en verano.

A continuación te explicamos para qué sirve cada una de estas funciones

Descongelar

 

Esta función es la adecuada para descongelar alimentos de forma óptima, con la aportación de un calor constante, pero no excesivo, de modo que se ayude a la pieza a descongelarse sin cocerse ni tener pérdida de jugos. Para ello, la pieza se colocará en una bandeja situada en la altura media del horno, pero no en una rejilla, ya que podría producirse una caída de agua o jugos al fondo del horno.

Grill superior

 

Es adecuado para cocinar platos planos, como pescados o filetes de ternera o cerdo, así como salchichas o incluso para hacer tostadas, puesto que da calor directo sobre la pieza. Puede usarse aceite o no en el cocinado, aunque su uso impide la pérdida de jugos y agua por evaporación.

Grill superior suave

 

También permite hacer carnes, aunque no con tanto calor directo. Puede usarse en piezas más delgadas, como filetes finos, o para dar un toque de grill a verduras cortadas en rodajas. También si queremos que la cocción sea más pausada y no tan agresiva para que se haga la carne o el pescado más en su jugo.

Grill con aire caliente

 

Consiste en calor directo combinado con un ventilador que promueve la circulación de aire caliente y por tanto la ventilación del horno. Se usa para asar aves enteras, pescados de gran volumen, como besugos, y también para carnes muy gruesas, como es el caso del roastbeef.

La idea es evitar que se acumule mucha humedad en el horno, lo que haría perder eficacia al grill, a la vez que se propicia la deshidratación de las zonas más profundas de la piezas, lo que favorece su mejor asado. También pude usarse con berenjenas y pimientos si se asan enteros. Otro uso de esta función son las pizzas, sobre todo las que contengan muchas verduras que puedan subir la humedad del horno. 

Calor inferior

 

Cuando queremos lograr un fundido de un alimento similar al que provoca el baño maría -como chocolate, queso, etc.- o simplemente mantener el calor en un guiso a fuego lento sin que haya excesiva reducción, utilizaremos esta función. 

Calor inferior y superior

 

Es lo que podríamos llamar la función del horno tradicional, con calor ambiental llegando de arriba y abajo. Se puede usar para asados de piezas jugosas donde no se quiera que la pieza quede demasiado seca y no se tenga prisas, puesto que la cocción puede llevar algo más de tiempo. 

Calor inferior y superior con aire caliente

 

El calor por arriba y por abajo es adecuado también para guisos y estofados en cazuela siempre y cuando no se busque una reducción del jugo o salsa. En tal caso deberemos aplicar esta función que suma el aire caliente. Se puede usar adicionalmente para hacer piezas al vapor, pero en tal caso colocaremos una bandeja con agua en la posición inferior, y la pieza a cocer en una rejilla de la posición superior. La ventilación nos permitirá que el vapor no se acumule.

¿Cual es la temperatura adecuada para cada plato?

  • Pollo asado: 230 ºC
  • Pan: 230 ºC
  • Pizza: 220 ºC
  • Carne asada: 200 ºC
  • Pescado: 200 ºC
  • Bizcochos y madalenas: 180 ºC
  • Guisos y estofados: 150 ºC
  • Merengues y galletas: 120 ºC

Seis consejos para mejorar la eficiencia de tu horno

  1. No colocar nunca un alimento en la base del horno, ni en bandeja ni en rejilla, puesto que el mismo recibiría demasiado calor e incluso podría entrar en ignición. Lo correcto es utilizar las preceptivas bandejas o si no, las rejillas, pero colocando debajo siempre una bandeja para que los jugos no caigan a la base.
  2. Si usas papel de aluminio, por ejemplo en la técnica del papillote, procura que no entre en contacto con el cristal porque podría estropearlo al movilizar iones.
  3. Si vas a usar moldes de silicona para pasteles, bizcochos o para técnicas de vapor, procura siempre que sean de colores oscuros, pues absorben mejor el calor.
  4. Deja que el horno se enfríe con la puerta cerrada, ya que si lo dejas enfriar con la puerta abierta, los calores que salgan pueden resecar y estropear la madera de los muebles y cajones cercanos.
  5. Mantén limpias las juntas de la puerta, pues si se manchan con jugos de los alimentos o grasas, pueden perder su adecuada capacidad de aislamiento y restar eficiencia al horno.
  6. Durante la coción evita abrir la puerta, ya que se calcula que en una eventual apertura para ver el estado del plato cocinado, la temperatura puede bajar entre 25 ºC y 50 ºC.
  7. Apaga el horno diez minutos antes de acabar y así ahorrarás energía por un lado, dejarás que la pieza se complete y además enfriarás el horno adecuadamente.

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