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María José Siri protagoniza en Berlín un polémico Verdi

Fotografía facilitada por la Deutsche Oper de la soprano uruguaya María José Siri vestida para interpretar su papel de Donna Leonora, en la nueva y polémica producción del clásico de Verdi "La forza del destino" que ha inaugurado la temporada en la Deutsche Oper de Berlín.

EFE

Berlín —

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Berlín y sus tres principales teatros de ópera dan para variadas interpretaciones del género musical y a veces, como ahora con un Verdi que protagoniza la uruguaya María José Siri, el público se subleva.

Es lo que está sucediendo con la producción que la Deutsche Oper acaba de estrenar de “La forza del destino” en la versión del director alemán Frank Castorf, en cuya interpretación del clásico verdiano no han faltado sonadas protestas.

De “tumulto”, habla incluso la crítica alemana cuando alude a los gritos de “Verdi, Verdi, Verdi”, lanzados desde el público en abierto desacuerdo con la versión de Castorf y los abucheos claramente contrarios a esta producción.

Con la traslación de la acción a la España de la Guerra Civil o el Nápoles de la II Guerra Mundial y las denuncias de los daños del colonialismo en América y los recitados de fragmentos de Curzio Malaparte para parte del público ha sido el momento de decir basta.

“Castorf es provocativo o sea, él quería esto (...) en su modo de pensar las cosas ha sido un triunfo”, concede Siri (Canelones, Uruguay, 1976) sobre este estreno de la temporada 2019-2020 de la Ópera del lado oeste de la capital alemana.

La soprano, en la primera división operística y que con “Madama Butterfly” abrió la temporada de La Scala en 2016, se mantiene discreta en relación con esta polémica que sacude el variado panorama musical berlinés.

“Hacer esta producción nos llevó nuestro tiempo (...) Él tenía muy clara su visión y una manera de trabajar muy distinta”, explica a Efe sin tomar partido, dejando constancia de que parte de los espectadores se están resistiendo a aceptar esta producción.

“Obviamente hubo algunas cosas que nosotros discutimos y en él encontré una persona abierta, donde yo le propuse algo para mejorar mi rendimiento y él lo aceptó casi siempre y si no lo aceptaba me proponía algo muy parecido, siempre positivo”, dice sobre Castorf.

“Cuando algo funciona, si se respeta el libreto yo no tengo problema”, considera Siri, que simplemente comenta: “quizás en otras cosas no estoy muy de acuerdo pero no tienen que ver conmigo”.

“Verdi es mi amor, mi gran amor”, reconoce Siri, cuya llegada a la ópera fue verdaderamente una casualidad, pues aterrizó en una clase de canto en su Uruguay natal cuando a lo que iba era a una lección de saxofón.

“Tuve un despertar musical, ahí me pegó el virus”, afirma la cantante, que reconoce el papel determinante que tuvieron algunas de las “grandes” en su carrera: la española Montserrat Caballé y la rumana Ileana Cotrubas.

“Mi vida profesional está enfocada a cantar cada vez mejor, yo estoy abocada a eso. No estoy de acuerdo en que la gente deje de estudiar”, reprocha Siri, que recuerda que la voz es un instrumento que evoluciona al tiempo que lo hace el cuerpo.

En un plazo de “diez años, más bien quince” se ve abordando papeles de Ópera alemana: “Mi reto es ese, sin dejar de cantar la ópera italiana, por supuesto, pero quiero agregar algún rol (...) porque me parece que Wagner no es algo que puedas cantar desde el principio”.

Comenta que no vive pendiente de las redes sociales en relación con su carrera de soprano y admite que “los fans también se pueden comprar y eso es algo que no voy a hacer nunca”.

Y asegura que lo más gratificante de ser cantante llega “cuando entro al escenario. Pienso que lo mismo debe sentir un jugador de fútbol (...) Yo me divierto, no veo la hora de que empiece la ópera y empezar a cantar. Soy muy, muy feliz”.

Sobre asuntos de actualidad que sacuden el mundo de la lírica, como las acusaciones contra el español Plácido Domingo por presuntos comportamientos indebidos y abusos, Siri se pregunta: “por qué, si pasó esto, no hacen la denuncia penal, por qué la denuncia en los medios, y por qué anónima”.

“¿Qué es esto de denunciar en los medios de forma anónima?”, insiste la uruguaya, para quien el asunto “es una movida mediática” y resume: “Para mí es una vergüenza”.

Javier Alonso

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