'Arde Madrid', una comedia capaz de subir la temperatura de la ficción nacional

En 1961, España seguía siendo una dictadura. El país participaba por primera vez en el Festival de Eurovisión, con Conchita Bautista al son de Estando contigo. Si encendías la tele podías ver a Adolfo Marsillach debutar en Televisión Española con la mítica Silencio, se rueda, pero también Acuda usted al doctor o Chicas en la ciudad. Se estrenaba El séptimo sello, rodada en 1956, la primera película del cineasta sueco Ingmar Bergman autorizada por la censura, y se publicaba la primera página de 13, Rue del Percebe en la revista de historietas Tiovivo.

Y mientras todo acontecía, Ava Gardner vivía en Madrid. Y su presencia contaminaba toda la ciudad: una influencia increíble que se extendía más allá de la élite de artistas, aristócratas y extranjeros con los que vivía la Dolce Vita madrileña entre fiestas y desmadre. Su mirada y forma de ver la vida alteraba, como un huracán, todo lo que se cruzaba en su camino. Incluido su servicio doméstico: personas como Ana Mari –a quien da vida una divertidísima Inma Cuesta– y Manolo –Paco León–.

Ambos protagonizan Arde Madrid, una comedia desaforada que trasciende los límites de su género coqueteando con el cine social de época e incluso con el thriller moderno sin titubear. El estreno de la primera temporada completa –8 capítulos de 30 minutos– se ha producido esta semana (jueves 8) en Movistar+.

Las fiestas del animal más bello del mundo

No se sabe muy bien quién fue el primero en referirse a Ava Gardner –a quien da vida una fantástica Debi Mazar– como el animal más bello del mundo, pero el caso es que la prensa amarilla, la rosa y la cinematográfica –que a menudo confundían sus papeles–, empezaron a llamarla así desde el éxito de Forajidos con Burt Lancaster hasta bien entrados los sesenta.

Por aquel entonces, la estrella de Hollywood vivía en el número 11 de la Avenida del Doctor Arce, en el barrio madrileño de El Viso. Allí compartía finca con nada menos que el General Perón –interpretado por Osmar Núñez–, exiliado de Argentina y recién casado con Isabelita –a quien da vida Fabiana García Lago–, su segunda esposa.

Y por allí solían pasarse Aline Griffith, Charlton Heston junto con muchos otros grandes nombres. Pero mientras, los olvidados, aquellos que presenciaron lo más brillante y lo más oscuro de la vida de la actriz, pasaban desapercibidos. Gente como Manolo y Ana Mari: el servicio doméstico de la protagonista de Mogambo.

Arde Madrid sigue su historia, la de quienes se quedan en los márgenes tanto de los libros de historia como de las páginas de cotilleos, en una comedia que equilibra hábilmente locura, flamenco, guardias civiles, la Sección Femenina, clanes gitanos y hasta espionaje.

Paco León y Anna R. Costa –creadores, guionistas y director de la serie–, manejan el tótum revolutum sin que nada se salga lo más mínimo de su excelente puesta en escena y su elegancia expositiva y narrativa. El aparente caos formula constantemente cuestiones abordadas sin tapujos. Y Ava Gardner se convierte en una presencia que facilita, a su sombra, debates entre la burguesía y los bajos fondos, las formas de entender el sexo y las relaciones de pareja en la España de los sesenta. Y todo, regado en whisky, sexo y Rock&Roll. Cualquiera se lo pierde.