Este blog se ocupará de las series más influyentes del momento, recomendará otras que pasan más desapercibidas y rastreará esas curiosidades que solo ocurren detrás de las cámaras.
'True Detective' temporada 3: el retorno a los orígenes de la intriga criminal más moderna
No es exagerado afirmar que desde que se estrenó la primera temporada de True Detective, hace ya casi cinco años, el drama criminal contemporáneo no ha vuelto a ser lo mismo. El escritor, guionista y productor Nic Pizzolatto supo jugar bien sus cartas al fusionar sus voluntades narrativas con los prodigios estéticos de los que era capaz el realizador Cary Joji Fukunaga.
El resultado, qué duda cabe, se convirtió en una de las series más importantes del siglo XXI. Y aunque su segunda temporada fuese más o menos discutida, un lustro parece haber convencido a Pizzolatto, decidido a volver a captar la esencia de lo que hizo tan especial aquel thriller rural.
La tercera temporada de True Detective plantea un retorno al tono macabro, oscuro y opresivo de la primera temporada, pero manteniendo el nivel de riesgo alto. Esta vez, las líneas temporales argumentales suman capas de libre interpretación, y la cámara recrea una atmósfera tan hipnótica, que pronto no sabremos cómo han pasado las horas delante del televisor. A partir del 14 de enero, todos los lunes: nuevo episodio.
Un nuevo caso, una nueva historia
Un fantasma parece recorrer la meseta de Ozark, una región montañosa llena de bosques situada en el Medio Oeste de los Estados Unidos. Se trata de algo que no sabemos descifrar muy bien, pero tiene presos a todos los ciudadanos que habitan desde San Luis hasta el río Arkansas.
Allí, en mitad de una sequía, desaparecen dos niños. Un caso que desencadena la investigación de unos macabros crímenes. Wayne Hays, detective de la policía de Arkansas, y su compañero Roland West, se ven involucrados en la investigación, aunque todo lo que la rodea cambiará sus vidas por siempre.
La nueva temporada de la serie creada por Nic Pizzolatto, de lo más esperado del año junto con Juego de Tronos y Stranger Things, nos plantea una historia distinta con nuevos personajes, pero muchos elementos reconocibles. Volvemos al ambiente rural, a jugar con distintas líneas temporales y a tener a dos protagonistas absorbentes y crípticos.
Tres décadas que se mezclan y en ocasiones se confunden para situar al espectador en un estado de alerta de lo más adictivo: lo que vemos, o lo que nos narran, no siempre tiene un solo punto de vista. Y eso complicará las cosas.
Tampoco se lo ha puesto fácil el guion a Jeremy Saulnier, el realizador detrás de la cámara, que ha sabido captar una atmósfera tan peculiar que trasciende el tiempo que narra, y envuelve a sus personajes en un halo de misterio constante.
Mahershala Ali es Wayne Hays. Ganador de un Oscar a mejor actor de reparto por su papel en Moonlight y flamante ganador de un Globo de Oro por su papel en Green Book, compone un personaje complejísimo, lleno de dudas y misterios en torno a su persona y a su pasado. Un rol que juega inteligente y constantemente con las expectativas del espectador y con su vinculación emocional a su persona, que va cambiando a lo largo de los treinta años de vida que narra esta temporada de True Detective.
A su lado, remata la dupla Stephen Dorff –a quien hemos visto en Blade o World Trade Center–, que interpreta a Roland West: un policía del estado de Arkansas que, si bien parece el contrapunto de su compañero, pronto se revela como una de las sorpresas de la serie.
Completa el reparto Carmen Ejogo –que interpretó a Coretta Scott King, escritora y esposa de Martin Luther King en la impresionante Selma– como Amelia Reardon, una profesora de colegio que guarda relación con los dos niños desaparecidos y que entabla una amistad especial con Hays. Todo sin olvidar los interesantes papeles de Mamie Gummer –a quien hemos visto recientemente en Castle Rock–, y Scoot McNairy –Narcos: México y Halt & Catch Fire–.
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