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Maria Josep Picó: “El primer Gobierno del Botànic no logró hacer políticas climáticas comprometidas”

La número 2 de Compromís al Congreso, Maria Josep Picó

Laura Martínez

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Maria Josep Picó (Sagunt, 1973) es periodista especializada en medio ambiente, divulgadora y profesora en la Universitat Jaume I de Castelló. Desde hace unas semanas es la número dos de Més Compromís-Más País al Congreso por Valencia, una formación en cuyas listas va como independiente. 

Picó lleva años dedicada a la investigación en la universidad y a la divulgación, especializada en medio ambiente. Periodista de formación, se mantiene muy crítica con los partidos de izquierdas y los movimientos contra el cambio climático. 

¿Cómo fue el acercamiento a Compromís?

Me llamó Miquel Real y me pasó con Mónica Oltra. Me dijo que quería tener una charla cara a cara. Tuvimos una conversación muy sincera y lo acepté. Creo que es una experiencia muy positiva para ambos. Soy una persona independiente, relativamente joven que he estado analizando la actualidad, creo, desde una posición muy humilde, que puedo aportar. 

¿Cuáles son sus objetivos en el Congreso?

Introducir el tema ambiental transversalmente. Tendremos que hablar de política general, pero igual que en el periodismo he intentado hablar de medio ambiente, me gustaría que si hablamos de sanidad, por ejemplo, también hablemos de residuos, de alimentación...

¿Cómo afronta la campaña?

Con ilusión. Estoy deseando hablar con los compañeros, entrar en la arena política y trasladar un mensaje diferente. Voy a defender un modelo, una transversalidad de los temas ambientales. Es apasionante. Sé que voy a dedicarle mucho tiempo.Voy a intentar colaborar y sumar.

Se habla de enfado generalizado en la ciudadanía por la repetición electoral. ¿Lo nota?

La vergüenza que sentimos todas las personas progresistas cuando no se llegó a un pacto de Gobierno se tiene que notar. Creo que los políticos deben llegar a acuerdos, tienen esa responsabilidad. No podemos paralizar la política y las decisiones.

¿Hay responsables de que estemos en la segunda investidura fallida y las cuartas elecciones en cinco años? ¿Qué parte de responsabilidad tiene cada uno?

Como persona ajena a la política en ese momento, creo que todos. Los dos partidos que podían pactar, que eran PSOE y Unidas Podemos. Lo digo como periodista que estaba escuchando los debates en la radio y leyendo la prensa. Llega un momento en el que tienes que renunciar a una opción más propia, la gente estaba pidiendo diálogo y dos no discuten si uno no quiere. Creo que no han pensado en el bien de la ciudadanía más vulnerable. Se estaba discutiendo sobre la pureza de las ideas y no estamos en esa situación. Hay que saber ceder en cualquier relación. Podrían haber dado una lección de responsabilidad y ceder. Luego se puede hacer mucho en segunda, en tercera, en cuarta línea. 

Aunque es posible que las encuestas no reflejen el escenario real, ya que Más País es un partido prácticamente nuevo, prevén un buen resultado para Más País. ¿Cree que Compromís mejorará su posición?

Tengo una gran esperanza en que mejore. Está claro que cuando Compromís se presenta con un partido de ámbito estatal los votantes lo ven como más útil. En las últimas elecciones hubo gente que cogió la papeleta de Compromís [para las Corts Valencianes] y del PSOE [para el Congreso]. Creo que es bonito que desde un principio demostremos que queremos alianzas, que estamos dispuestos a dialogar. Joan Baldoví ha sido un ejemplo en el Congreso para llegar a entendemientos. ¿Hablamos de mandar por mandar? La política tiene que escuchar.

El acuerdo con Errejón ha sido bastante criticado, al menos en redes sociales, por ser un partido de ámbito madrileño. ¿Temen que la identidad de Compromís se diluya?

No puedo entrar en las historias de partido porque no las conozco. Pero gestionar personas y colectivos es tremendamente complicado. Yo creo que Compromís no va a perder su esencia con Más País porque lo que quiere es sumar. Se vio que yendo solos se perdía, creo en los intentos de sumar desde una posición en la que se comparte el sentimiento de querer un país progresista, de izquierdas, con unos valores diferentes. Está recuperando caras nuevas, sumando movimientos, integrando a personas de los colectivos ciudadanos, de las universidades, personas que quieren aportar.

¿Més Compromís-Más País busca que las personas de izquierdas canalicen su enfado?

Creo que tiene la idea de generar ilusión y evitar la abstención de las personas progresistas que se han visto defraudadas por lo que ha sucedido en la última legislatura. Intenta sumar. Al final el Parlamento va a ser muy diverso y la cultura política tiene que cambiar. El país no puede permitirse ir a otras elecciones. Hemos conseguido después de la Transición llegar a una democracia y además integrarnos en la Unión Europea y no nos merecemos esta pérdida de tiempo, de dinero, de competir en unas elecciones constantes hasta que venga un partido con mayoría absoluta que no va a existir.

No podemos permitirnos no tener presupuesto, no puede ser el tema de la financiación. Se tienen que resolver las cosas. Sí, el discurso de la financiación puede cansar, pero si no tenemos financiación no podemos hacer contrataciones, no podemos acceder a ciertos proyectos. Estamos ahogando a las instituciones que están generando conocimiento. Estamos mermando dinero para todos los ámbitos: hospitales públicos, escuela pública... 

Es muy triste que los titulares se sigan repitiendo con el PP y con el PSOE. Nosotros, como valencianos, nos podemos rebelar contra esta situación porque es lamentable. Tenemos que aumentar nuestra autoestima y reclamar, reclamar hasta la saciedad.

Hablando de autoestima. En el Congreso sucede una cosa, digamos, extraña. Otros territorios, nacionalidades históricas, tienen una representación fuerte de formaciones que ensalzan sus singularidades. Está Esquerra Republicana, el PNV... Con posiciones tan fuertes que condicionan un Gobierno. ¿Por qué aquí no despega?

Es en lo que estamos. Los valencianos nos hemos mantenido al margen del Gobierno central. Siempre se ha dicho que Valencia votaba en clave más estatal y eso nos ha mermado ese poder. Creo que tenemos que sentirnos orgullosos de un poder valenciano y de llegar a todas las instituciones. Pienso que durante muchos años se ha trasladado una idea de valencianismo dañina; la idea de definirnos en contraposición a los catalanes es un drama. No podemos estar negando un vínculo cultural con Cataluña y un vínculo lingüístico, pero somos diferentes. Tenemos una cultura propia y también tenemos una idiosincrasia propia. Y eso en el mapa territorial actual autonómico lo tendríamos que trasladar.

Hay partidos que han rechazado lo que somos, hay un sentimiento de que no sabemos quiénes somos. Y se ve en el 9 d'Octubre en algunas manifestaciones en las que te gritan catalanista. Es una negación en la que ha habido muchos intereses para que así sea. Es importante que defendamos nuestra cultura porque es nuestro pasado, tenemos que recordar quiénes son nuestros referentes, sin complejos.

Vayamos a su perfil como periodista. ¿Cómo ve el modelo de À Punt?

Tenemos que dejar trabajar a los profesionales que han sido elegidos. Tenemos que dotarles de financiación. Una televisión no se puede hacer sin dinero. El drama de cerrar una ventana de un medio de comunicación pública fue un atentado contra la libertad de expresión y la democracia. Partimos de esa idea.

Después de cuatro años volverlo a conectar con la gente es muy complicado. Y además, durante este tiempo el panorama mediático se ha transformado. Los jóvenes ya no están en la tele. Yo creo que son fundamentales los medios de comunicación públicos. Para mí es una garantía además de un sector económico. Se genera una opinión pública crítica y, sobre todo, se nos visualiza como sociedad. ¿Cómo recuperamos esa identidad valenciana si no nos vemos, sin información de proximidad? La televisión es una criatura que necesita mucho cariño, mucha comprensión. Todos nos podemos equivocar. 

Como periodista ambiental, ¿cree que España es un país que trata bien a sus investigadores?

Desde el Gobierno apenas hay apoyo. La inversión en ciencia es mínima en este país, estamos por debajo de la media europea. Si queremos ser un país del conocimiento y de la economía, de la competitividad, es una carrera a medio plazo, a medio y largo plazo. O invertimos en cerebros y en innovación o no podremos salir del sol y playa en la vida. 

Tengo un titular suyo en el que dice: “El periodismo ambiental está en riesgo porque amenaza un discurso capitalista muy poderoso”? ¿Opina lo mismo de la emergencia climática o del green new deal, cree que es una amenaza?

Me gustaría que estas manifestaciones continuaran activas y que las personas que van realmente integraran esa conciencia ambiental. Yo tengo alumnos jóvenes, tengo sobrinos jóvenes y muchos amigos. Y algunos dicen “si, yo voy a la manifestación, pero antes voy de compras”. Estamos en movilizaciones muy de Instagram. Creo que está muy bien que la juventud se movilice y se encuentre. Tienen un reto y tienen que ubicarse. Tienen algunas ideas, que por ejemplo transmiten en la universidad, como no querer relacionarse con las empresas... Y una cosa es que una empresa te compre y otra tener relación. Creo que es importante que el sector ambientalista tenga a la empresa como alianza, hay que contar con todos los sectores, si no no vamos a avanzar. ¿Que lo hacen por lavar su imagen? Sí, muchos. Espero que de ese germen salga algo.

Por ejemplo, con Greta Thumberg soy muy crítica. Creo que tiene mucho poder pero es un personaje creado. Está muy bien todo lo que dice, pero también es un producto con sus financiadores y sus patrocinadores, ha entrado en el sistema. Cuantos más líderes ambientales, mejor, pero... Estamos hablando de una construcción del ámbito ambientalista que se lleva los titulares, los expertos desaparecen de la cumbre de Nueva York. Llega con un velero patrocinado por varias empresas... No es fácil tener la información, no sé quién lo financia... y como periodista me parece muy importante.

¿Es compatible la declaración de la Emergencia Climática con ampliar el Puerto, la V-21 o proyectos urbanísticos con informes de hace 10 años?

La declaración de la emergencia climática es maquillaje si no se traslada a la acción. El primer Gobierno del Botànic no logró hacer políticas climáticas comprometidas ni sacar adelante los proyectos que se esperaban. Ni apostar por la cultura. Veníamos de 20 años de políticas depredadoras y había que cambiar. Alabo el gesto, pero ahora necesitamos diplomacia climática, liderazgo, que todos los consellers, secretarios autonómicos y directores generales que tienen competencias en temas ambientales (energía, movilidad) decidan sus prioridades, las visualicen e inviertan dinero en ellas. Los discursos teóricos son fabulosos y hay un problema que puede suceder en el actual Botànic: que se produzca una brecha entre lo que defendemos y lo que somos capaces de hacer políticamente. Nos llevaría a una decepción muy perniciosa para la izquierda. Salgamos y digamos que no podemos cambiar el tren del consumismo, pero somos valientes y comprometidos y vamos a cambiar esto. Hagamos próximo el discurso. Para eso también hace falta dinero, financiación. En España deberíamos ser los primeros en tener placas solares, ser una potencia, podríamos ser un centro de referencia en la agricultura... y la derecha fue capaz de dejarlo pasar. Ahora luchamos contra las naranjas de Sudáfrica, claro.

Estas infraestructuras vienen muchas veces determinadas por el Gobierno central, por Fomento... ¿Dónde queda la soberanía de la Generalitat o del Ayuntamiento para decidir qué se hace en tu territorio?

Bueno, el Puerto es un consorcio y Aurelio Martínez está aquí. Tenemos que trabajar en ello y demostrar que se pueden cambiar las cosas. Yo escuché al presidente del puerto hablando de la ampliación y... bueno, pensaba que en medio de un debate sobre la sostenibilidad.. la ampliación sería otra. ¿Queremos una terminal muy grande para que vengan muchos contenedores? Para estas infraestructuras tan grandes deberíamos abrir un proceso de participación. La ZAL se vendió de una forma... y destruyeron la huerta, las alquerías, se provocó un drama familiar... Si destruyen tu paisaje destruyen parte de tu vida, donde te has criado. Parece que no tengamos memoria. Tenemos que demostrar que se pueden cambiar las cosas y ser capaces de repensarlas. Hay que tener mucho cuidado con las actuaciones en medio ambiente porque no son reversibles.

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