Proyectos Temáticos denuncia que el Consell del PP vendió de forma irregular Terra Mítica tras enterrar 200 millones en el parque
La Sociedad Proyectos Temáticos de la Comunitat Valenciana (SPTCV) logró en veinte años de trayectoria “perder” o “volatilizar” de su valor patrimonial 987 millones de euros, gracias a una trayectoria caracterizada por “lo errático, la desmesura y el descontrol en su apuesta financiera”. Así lo ha descrito el director de la sociedad, Antonio Rodes, durante su comparecencia en la comisión de Economía de les Corts.
El directivo ha acudido a explicar el proceso de reestructuración de la sociedad Proyectos Temáticos, a la que la Generalitat ha aportado “1.201 millones de euros en toda su historia”.
“No hubo coherencia en su propósito ni en su finalidad”, ha aseverado Rodes, quien ha añadido que “es muy difícil, una vez asumida la ruina financiera, encontrar un dividendo social en los escombros de un alcance tan calamitoso”.
Según la Generalitat, el contrato de compraventa, que consistió en cambiar 81 millones por el 22,3% de un euro, se tramitó en 2012 sin la preceptiva autorización del Consell y sin informe de la Abogacía como establece la normativa.
El director general ha detallado que 576 de los 1.200 millones aportados por la Generalitat fueron a la constitución del inmovilizado, que actualmente tiene un valor “muy menor”, y los otros 655 a sufragar los costes de operaciones de la matriz y las empresas filiales. “El 48 % de los recursos de la compañía fueron a inversiones tangibles, materiales, y el 52 % de esos recursos fueron a pérdidas”, ha aseverado Rodes.
Ha detallado esta “generosa apuesta financiera”: 398 millones a Ciudad de la Luz, 255 millones a Terra Mítica, 77 millones al Aeropuerto de Castellón, 72 millones a pagar el canon de la Fórmula Uno de 2009 a 2011, 54 millones al Auditorio de Torrevieja, 50 millones a la Volvo o 19 al Centro Cultural de Benidorm, entre otros.
Rodes ha indicado que “no fue la política” la que puso fin a esta trayectoria no “muy sostenible”, sino la crisis económica, y se hizo de una manera “abrupta”, dejando “varados” proyectos y obras iniciadas, tras lo que el Consell de entonces decidió disolverla con “una suerte de bing bang” que “esparciera” derechos y proyectos en el conjunto de la Generalitat.
Ha destacado que el Consell del Botánico rescató a la sociedad “del corredor de la muerte” e hizo que siguiera funcionando, mediante un saneamiento de su situación y diseñando una nueva perspectiva, con proyectos “más razonables y sostenibles financieramente”.
