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Ximo Puig se juega el liderazgo del socialismo valenciano, y algo más, frente a un candidato afín a Pedro Sánchez

El president Ximo Puig y el alcalde de Burjassot, Rafa García, candidatos a liderar el PSPV

Adolf Beltran

Es una circunstancia extraña: el secretario general del PSPV-PSOE ve discutido su cargo pese a ser el presidente de la Generalitat Valenciana. Las primarias de los socialistas valencianos, que se celebran este domingo (el congreso del partido será el último fin de semana de julio), están marcadas por esta anomalía, ajena a la práctica habitual en los socialistas y casi que en todas las formaciones, debido a la repercusión que sobre ellas han tenido los resultados de las primarias del PSOE, que devolvieron a Pedro Sánchez la secretaría general.

Ximo Puig optó en el proceso federal por apoyar a la dirigente andaluza Susana Díaz, que fue derrotada también, y con una notable diferencia, en el País Valenciano. Eso ha propiciado que surja un candidato alternativo, apoyado por las bases que estuvieron con Sánchez en el proceso federal, el alcalde de Burjassot, Rafa García. Y ha obligado a Puig a emplearse a fondo, recorriendo las agrupaciones en actos de pequeño formato con los militantes.

García sostiene que Puig, centrado en la tarea institucional al frente de un gobierno con Compromís, apoyado desde las Corts Valencianes por Podemos, ha descuidado el partido, que ha llegado a afirmar que está “muerto”, y plantea un programa para revitalizarlo. Puig, por su parte, argumenta que no se dirime un liderazgo orgánico sino un liderazgo político capaz de impulsar un proyecto de país.

La correlación de fuerzas, sin embargo, está lejos de trasladar la que se produjo en las primarias del PSOE, ya que Puig ha logrado una amplia ventaja en avales sobre García (7.584 frente a 4.411), gracias a que una parte de los dirigentes que se decantaron por Pedro Sánchez en mayo apoyan ahora al presidente de la Generalitat por razones de responsabilidad y para salvaguardar la autonomía del PSPV frente a un aparato federal del PSOE en el que un valenciano, José Luis Ábalos, desempeña ahora la secretaría de Organización.

Pese a que Puig ha reiterado que, sea cual sea el resultado, continuará en su puesto de presidente de la Generalitat Valenciana y a que su oponente ha insistido en que en el proceso solo se discute la forma de gestionar el partido, un argumento de peso para apoyar al jefe del Consell es la precaria posición en la que quedaría si pierde el liderazgo en el partido.

De la intensidad de la apuesta y de la seriedad con la que se ha tomado Puig la amenaza que supone un rival apoyado oficiosamente por el líder del PSOE da una idea el hecho de que este sábado, en el último día de campaña, recorrió 500 kilómetros para participar en siete actos distintos con afiliados, de Benidorm a Morella, pasando por Dénia, Tavernes de la Valldigna, Cheste, Nules y Vinaròs. El líder del PSPV cerró su maratón en Morella porque es la ciudad en la que nació y de la que fue alcalde muchos años, y donde este domingo votará.

Por su parte, Rafa García escogió Xirivella, una localidad cercana a la suya, Burjassot, en el área metropolitana de Valencia, para cerrar su campaña. Fue el lugar en el que Pedro Sánchez protagonizó uno de los primeros actos públicos en su campaña de reconquista del poder en el PSOE.

Un total de 18.200 militantes del PSPV-PSOE están llamados a participar en la votación en 275 mesas electorales instaladas en las agrupaciones del partido a lo largo de la geografía valenciana.

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