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Salvini amenaza con denunciar a un fiscal por “favorecer la inmigración” tras permitir desembarcar a 47 rescatados

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EFE / Desalambre

Roma —

Nuevo pulso del ministro del Interior italiano, Matteo Salvini, en su firme cruzada contra las llegadas de migrantes al país. Esta vez, contra los magistrados del país. El líder ultraderechista ha amenazado con denunciar a un fiscal de Agrigento (Sicilia) por permitir el desembarco de las 47 personas que esperaban desde hace cuatro días en el buque de la ONG Sea Watch poder llegar a tierra tras haber sido rescatados en el Mediterráneo.

“Tengo intención de denunciar por favorecer la inmigración clandestina a cualquiera que dé la disponibilidad para que desembarquen los migrantes desde un barco fuera de la ley. Esto vale también para cualquier órgano del Estado. Si este fiscal autoriza el desembarco también iré hasta el fondo”, ha dicho Salvini en un programa de la televisión que mostró en directo las imágenes de la Guardia Costera italiana que hacía desembarcar a los migrantes.

El fiscal jefe de Agrigento, Luigi Patronaggio, ordenó la incautación provisional del barco para esclarecer si la conducta del capitán había violado la ley, pero para ello ordenó también hacer desembarcar a los migrantes que fueron conducidos a Lampedusa. El desembarco de los migrantes, entre ellos una persona sin una pierna y una mujer embarazada, se produjo durante la madrugada.

Tras el rescate el 15 de mayo de 65 migrantes que se encontraban en una barcaza, el pasado viernes las autoridades italianas autorizaron el desembarco de 18 de ellos, enfermos y grupos familiares, pero Salvini aseguró que ningún otro pisaría Italia.

Tras otros dos días de espera, el capitán del barco, Arturo Centore, anunció que entraría en el puerto por iniciativa propia. Los migrantes a bordo amenazaron con saltar al mar y llegar nadando ante la situación en la que se encontraban.

Por el momento, Centone es investigado por favorecer la inmigración irregular y este martes ha sido interrogado a su llegada a la localidad de Licata, en Sicilia, donde se ha ordenado el atraque del barco humanitario.

Tras el desembarco, Sea Watch dijo que la incautación del barco fue “tan previsible como indignante” y volvió a repetir lo mismo que aseguran todas las organizaciones que se topan con investigaciones judiciales por auxiliar a personas en peligro en el Mediterráneo: “No hemos infringido ninguna ley, por el contrario, hemos respetado una vez más el derecho del mar y la Convención de Ginebra sobre los Refugiados, por lo que confiamos en que esto no llevará a ningún otro procedimiento”.

Por su parte, los magistrados de la Fiscalía siciliana se han defendido de las acusaciones del ministro alegando que “actuaron en estrecha coordinación con la policía judicial. Todos fueron informados, todos. Lo que sorprende es el reacción del ministro”, han dicho en declaraciones recogidas por La Repubblica.

Salvini no solo apuntó a ellos tras el desembarco. Visiblemente furioso, también cargó contra sus socios de Gobierno al lanzar la hipótesis de que “algún ministro” había “abierto el puerto”, en referencia al titular de Transportes e Infraestructuras, Danilo Toninelli, del Movimiento 5 Estrellas (M5S)

La situación de los migrantes del Sea Watch ha provocado el enésimo enfrentamiento entre los socios de Gobierno. El líder del M5S y ministro de Trabajo, Luigi di Maio, afirmó que no acepta las acusaciones de Salvini y le insto a leerse las leyes del Estado sobre la separación de poderes.

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