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Los ERTE sin ayudas “sospechosos de fraude” se desploman con el mayor control de la última prórroga

La vicepresidenta y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, junto al ministro de Seguridad Social, José Luis Escrivá. EFE/Fernando Alvarado

Laura Olías

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Tras la aplicación del último mecanismo de ERTE, con más control sobre los expedientes, hay una cifra que se ha precipitado de manera notable: los trabajadores en expedientes de empresas que ya no tenían ayudas a la cotización. El dato se ha desplomado en unas 30.000 personas, lo que supone la gran mayoría de las personas que han salido de expedientes hasta mediados de mes. Esta situación de ERTE había sido señaladas por los sindicatos como posible foco de fraude.

La Seguridad Social ha informado de que, desde finales de octubre, unas 50.000 personas han salido de expedientes motivados por la pandemia hasta situarse en “84.126 trabajadores” con fecha de 14 de diciembre. Se trata de los primeros resultados que ofrece el Gobierno tras la aplicación de la última prórroga del mecanismo, que puso el foco en la formación y en evitar abusos. Además, se suman otros 25.984 trabajadores en ERTE-ETOP (por causas económicas) y otros 1.386 trabajadores en los ERTE especiales por la erupción en La Palma. En total, 111.496 personas en diferentes tipos de expedientes de regulación temporal de empleo.

Pues bien, de ese descenso total de 50.000 personas, más de la mitad –alrededor de 30.000 trabajadores– estaban inmersos en ERTE Covid que ya no tenían exoneraciones, es decir ayudas a la cotización, según los cálculos realizados por elDiario.es, que confirman en el Ministerio que dirige José Luis Escrivá. Se trata de ERTE por fuerza mayor previos al decreto 30/2020, a la prórroga que se acordó a finales de septiembre de 2020, que habían sido señalados como “sospechosos” por los representantes de los trabajadores.

ERTE “raros” para los sindicatos

En CCOO y UGT advertían de “lo raro” que resultaba que las empresas mantuvieran durante tantos meses (más de un año) a empleados en ERTE una vez se habían acabado las ayudas a la cotización para las compañías. Especialmente “sospechoso”, añadían, cuando los trabajadores estaban suspendidos totalmente.

Esto suponía que las empresas no pagaban los salarios del personal, pero estaban abonando durante más de un año la cotización a la Seguridad Social de los trabajadores que –supuestamente– estaban suspendido durante toda su jornada.

La asunción de los costes laborales durante tanto tiempo sin supuesta actividad hacía desconfiar a las organizaciones de trabajadores, que advertían de que tras este dato podía esconderse uno de los fraudes que más les denunciaban: personas a las que sus empresas les hacían trabajar a pesar de estar suspendidas en uno de estos expedientes por la pandemia. La empresa se ahorraba los salarios, mientras que el personal pasaba a “cobrar” del paro. Según casos denunciados a elDiario.es durante la pandemia, en ocasiones las compañías ofrecían a los empleados completar la prestación por desempleo hasta sumar su sueldo completo y, en otras, el personal solo cobra el 70% de la prestación.

En la Seguridad Social no compartían esta interpretación sobre posibles casos de fraude, al ser preguntada al respecto por este medio. Recordaban que los ERTE son herramientas muy flexibles, mediante los que las empresas sacaban y metían a trabajadores en los ERTE con frecuencia, según registrara más o menos actividad.

Un descenso relevante

Esa sospecha de fraude, en esta y otras situaciones, es lo que llevó en las negociaciones de la última prórroga de los ERTE a incluir un mayor control de los expedientes. Las empresas con expedientes abiertos que quisieran mantenerse en esta situación tendrían que presentar de nuevo la solicitud de ERTE ante la autoridad laboral. Este trámite y los avisos públicos de un mayor control sobre las solicitudes podrían desalentar a que empresas incumplidoras siguieran “colgadas” del mecanismo de protección. Ese era al menos el objetivo.

Con las cifras en la mano, se observa un notable descenso de los trabajadores en estos expedientes, muy superior al registrado en los últimos cinco meses anteriores. Tras la puesta en marcha de la última prórroga, en mes y medio, el descenso habría sido de unas 30.000 personas en estos ERTE COVID sin ayudas, desde alrededor de unas 45.000 hasta unas 15.600 a mitad de diciembre.

El otro tipo de ERTE sin ayudas, los ETOP, que son motivados por causas económicas, no han registrado tanto cambios. A mediados de octubre había casi 26.000 personas trabajadoras en este tipo de expedientes, respecto a las casi 29.000 de final de octubre.

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