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Reino Unido se prepara para un aumento de los desahucios a partir de 2013

Puesto de una campaña de Shelter en Londres para la donación de camisas con las que conseguir fondos para la ONG. Foto: Flickr de Amplified2010 CC.

Maruxa Ruiz del Árbol

Londres —

“Muchas familias viven ya al límite de esa espiral de deudas que acaba en un desahucio”, asegura Shelter, la principal organización de personas sin hogar del país. Los recortes anunciados para 2013 sitúan a nuevas familias en el lado de los morosos.

No sólo las familias españolas tienen problemas para mantener un techo sobre sus cabezas. Si en España 400.000 personas han sido expulsadas de su hogar desde que comenzó la crisis, en Inglaterra y Gales la tragedia se ha repetido 160.000 veces entre 2008 y 2011 (el último año para el que existen datos completos). Se calcula que, desde el año en que cayó Lehman Brothers, un 10% de la población británica tiene dificultades para hacer frente a sus créditos y el 40% de las hipotecas depende de la entrada de dos sueldos en el hogar.

“La mayoría de la gente piensa que nunca vivirá un desalojo pero la subida del desempleo, el alto coste de la vida y los desorbitados precios de las casas hacen que muchos ciudadanos vivan ya límite de entrar en esa espiral de deudas que acaba en la expulsión de tu casa”, explica Kay Boycott, el director del área de Política de Shelter.

Shelter (que en inglés quiere decir refugio) y otras organizaciones benéficas de Reino Unido se están preparando para acoger a más gente sin hogar a partir de abril de 2013. Tendrán que dar apoyo a las nuevas familias a las que los últimos recortes incluyan en esa “espiral de deudas” que tan bien se conoce en España. El nuevo año fiscal ajustará el cinturón de los ciudadanos un agujero más. George Osborne, ministro de Economía y Hacienda, anunció el 5 de diciembre que congelará en los próximos tres años todas las prestaciones sociales, con excepción de las minusvalías y las relacionadas con la dependencia, que crecerán solo un 1%. La mayoría de los ministerios reducirán sus gastos de administración en un 1% en 2013-14 y en un 2% en 2014-15, excepto de los de Sanidad, Hacienda y Cooperación Internacional, que quedarán blindados.

Las familias dependen cada vez más de las ayudas del Estado para evitar el desahucio debido a la subida de los precios de las casas y de los alquileres. Este incremento ha supuesto un aumento del 86% de las peticiones de ayuda a la vivienda desde 2009, según un informe de la National Housing Federation (NHF) publicado antes de conocer los nuevos recortes. Además, el coste del alquiler ha subido un 37% y se prevé que aumente otro 35% más en los próximos años, según el estudio.

Eso sí, a diferencia de España los préstamos y el crédito hipotecario en Reino Unido empiezan a ser tratados como demora a partir de los seis meses, mientras que en España el periodo establecido es sólo de tres. “Lo más importante es que las personas preocupadas por sus finanzas hablen con su prestamista hipotecario tan pronto como sea posible”, dice Paul Semee, director de la patronal de Créditos Hipotecarios. Según esta organización, la mayoría de retrasos en los hogares son temporales, y un gran porcentaje de impagos se puede resolver con una buena planificación entre ambas partes.

El problema es que el ajuste afectará también a los presupuestos de las organizaciones benéficas y los que finalmente sean desalojados tendrán más problemas para encontrar alternativas. La institución religiosa Depaul es una especie de Bed and Breakfast para los sin techo de entre 15 y 25 años que da hogar a unos 2.000 jóvenes: “Los anteriores ajustes nos han reducido ya un 35% las ayudas y cada vez tenemos menos recursos”. Como consecuencia de este recorte con doble efecto (sobre los desahuciados y las organizaciones que les ayudan), una de cada cinco personas que pierdan su casa en el próximo año tendrá que dormir a la intemperie la primera noche, según una encuesta publicada el lunes por la organización para gente sin hogar St. Mungo's.

“La diferencia entre ser propietario de una casa a ser un sin techo hoy es espantosamente pequeña. Sólo pequeñas cosas, como una reducción de salario, un problema de salud o la pérdida de un empleo, pueden suponer que una familia ya no pueda pagar su hipoteca”, concluye Boycott.

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