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Un puñado de grandes empresas se reparte el pastel de la financiación en España

Muchas empresas siguen teniendo grandes problemas de financiación

Pilar Blázquez

Madrid —

El Estado coloca deuda pública al precio más bajo de los últimos años. Las empresas y los bancos españoles vuelven a conseguir crédito en los mercados internacionales. El presidente del Banco Santander proclama que “el dinero está llegando por todas partes”. Políticos y analistas alardean de que los mercados han vuelto a confiar en España y que ¡vuelve el crédito!

Mientras, los casi seis millones de desempleados y los millones de empleados con sueldos recortados y subidas de impuestos son incapaces de ver los beneficios de la situación. Pero no sólo ellos, la gran mayoría de las empresas españolas tampoco se consideran invitadas a esa fiesta de la recuperación.

Efectivamente, no lo están. Esa renovada confianza apenas ha repercutido en cuatro bancos (BBVA, Santander, Caixabank y, en menor medida, Banco Popular), y sobre todo en un selecto grupo de 17 empresas, 8 de ellas del Ibex 35. Estos han conseguido captar financiación por valor de 34.999 millones de euros en 30 emisiones lanzadas a los mercados financieros internacionales. Eso supone, según la agencia de rating Fitch, un incremento del 56% respecto a las emisiones de deuda lanzadas el año anterior y coloca a España en el quinto puesto del ranking de los países con mayor número de emisiones de deuda del mundo, detrás de Alemania, Gran Bretaña, Francia y Rusia. De ellos, 21.275 han ido a parar principalmente a estas 17 empresas, lo que implica que 2013 está siendo el segundo mejor año del siglo para la emisión de deuda de las empresas después de 2009 cuando se llegó a captar 22.172 millones de euros, según los datos manejados por Dealogic.

Los motivos son de sobra conocicos: El peligro de ruptura del euro, que tan cerca estuvo en el verano de 2012, ya ha pasado. Las reformas del Gobierno avanzan en línea con lo que demandan los mercados. La reforma financiera está casi terminada y además los precios de los activos españoles están por los suelos y, por lo tanto, la revalorización que se espera es muy atractiva. “El final del año puede ser incluso mejor. Ya que hasta ahora sólo han llegado los fondos de inversión, pero en los dos próximos meses los fondos de pensiones renuevan sus carteras y vuelven sus ojos hacía España, descartada en sus estrategias en los últimos años”, asegura Miguel Ángel Bernal, profesor del Instituto de Estudios Bursátiles.

Dando por descontando que algo es mejor que nada, también es conveniente tener claro que esta confianza internacional se ha depositado en apenas el 0,001%, del casi 1,2 millones de empresas inscritas en la Seguridad Social. El resto sigue con el duro reto de buscar crédito debajo de las piedras. “Los llamados mercados alternativos, como el Mercado Alternativo Bursátil (MAB) o el recién estrenado Mercado Alternativo de Renta Fija (MARF) en realidad son sólo una opción para las medianas de gran tamaño”, explica Miguel Ángel Bernal, profesor del Instituto de Estudios Bursátiles. Eso significa que a todas las demás, las pequeñas y las micro empresas (un millón del total de 1,2 millones censadas en las Seguridad Social) apenas les queda más alternativa que acudir a los bancos. Y ahí la vuelta de confianza está lejos.

Desde el comienzo de la crisis, el crédito bancario al sector privado ha caído, según datos de Funcas, un 9,2%; unos 172.000 millones de euros, más o menos el 17% del PIB. En el último trimestre de 2012, el 26% de los créditos solicitados a la banca fue denegado. Y el 63,8% de los que se concedieron, se hizo con un fuerte endurecimiento de las condiciones. Es decir, se exigieron intereses mucho más altos y mayores garantías personales de los empresarios. El futuro tampoco es halagüeño. “No se espera que el crédito vuelva antes de 2015”, advierte Bernal.

Recursos públicos

Entre las poquísimas alternativas que quedan a esa situación está la de recurrir a la financiación del Instituto de Crédito Oficial (ICO), que dista mucho de ser mayoritaria. Según los últimos datos presentados, este organismo concedió créditos por valor 8.659 millones de euros. De cara al futuro, ha presentado una línea de ayuda denominada AXIS_ICO que destinará 1.200 millones de euros para financiar proyectos exportadores durante cuatro años. Lo que significa que dispondrá de una media de 300 millones de euros por año. Cifras muy alejadas de los 21.275 millones que se han repartido las 17 grandes empresas y que se tienen que repartir entre demasiadas pymes para que puedan considerarse como una fórmula de financiación real.

La solución es complicada, ya que ni siquiera se trata de esperar a que la crisis pase. “El sistema ha cambiado. El crédito bancario se va a reducir, sí o sí pase lo que pase. Antes había varios bancos para prestar 300 millones cada uno a una empresa. Ahora, una misma entidad financiera no va a asumir el riesgo de prestar 900 millones a una única empresa, por ejemplo.”, asegura Bernal.

Según este experto, la única esperanza es que el ICO cambie y estructure alguna fórmula para que el riesgo de las pymes no lo asuman los bancos españoles. “Se podría titulizar y eso sería un negocio interesante para los inversores internacionales porque España está muy barata y ese movimiento daría una rentabilidad muy alta, y así se liberaría dinero para las pymes españolas”, sugiere.

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