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El FMI rebaja el avance del PIB de España al 5,8% en 2022 aunque será el país europeo que más crezca

Kristalina Georgieva, directora gerente de FMI, en una imagen de archivo.

Rodrigo Ponce de León

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La economía mundial entra en 2022 en una posición más débil de lo previsto y España no va a ser diferente. El Fondo Monetario Internacional (FMI) vuelve a rebajar las previsiones económicas para nuestro país. Si en su informe de Perspectivas de la Economía Mundial de otoño (publicado en octubre pasado) apuntaba que España cerraría 2021 con un avance PIB del 5,7% y llevaba a la economía española a un crecimiento del 6,4% este año, ahora el organismo multilateral reduce ambas magnitudes. Para 2021, prevé que el PIB crezca el 4,9% y rebaja al 5,8% el empuje en este 2022.

A pesar de la rebaja de la institución que dirige Kristalina Georgieva, España será el país que más crezca este año entre las economías avanzadas, que suman una media del 3,9%, muy por delante de Alemania (3,8%), Francia (3,5%), Italia (3,8%), Estados Unidos (4%), Reino Unido (4,7%) o Japón (3,3%).

El recorte en el crecimiento de la economía mundial es generalizado y los motivos son, según los analistas del FMI, los “múltiples retos” que tiene por delante el mundo “cuando la pandemia entra en su tercer año”. Aunque la vacunación ha rebajado la mortalidad del virus, el organismo multilateral destaca que “la rápida propagación de la variante ómicron ha provocado nuevas restricciones a la movilidad en muchos países y una mayor escasez de mano de obra”.

Además, subraya otros factores como lastres evidentes: “Las interrupciones de la oferta siguen pesando sobre la actividad y están contribuyendo al aumento de la inflación, que se suma a las presiones de la fuerte demanda y los elevados precios de los alimentos y la energía. Además, la deuda récord y el aumento de la inflación limitan la capacidad de muchos países para hacer frente a las nuevas perturbaciones”.



A pesar de esta visión negativa, el FMI apunta que si bien “ómicron pesará sobre la actividad en el primer trimestre de 2022”, este efecto “se desvanecerá a partir del segundo trimestre. Se espera que otros retos, y los pivotes políticos, tengan un mayor impacto en las perspectivas. Proyectamos un crecimiento mundial para este año del 4,4%, 0,5 puntos porcentuales menos de lo previsto anteriormente, principalmente por los frenazos de Estados Unidos y China”.

En este sentido, el Fondo destaca las “sorpresas a la baja en el segundo semestre de 2021”, con “la continuación de las interrupciones del suministro en el cuarto trimestre del año pasado, dificultando la fabricación mundial, especialmente en Europa y Estados Unidos. A las interrupciones derivadas de los brotes de COVID en China, ”se unieron los parones de la producción industrial por los cortes de energía, la disminución de la inversión inmobiliaria y una retirada de la inversión pública más rápida de lo previsto“.

Otro aspecto relevante para el FMI son los precios. El organismo multilateral explica que la inflación seguirá “siendo elevada a corto plazo, con una media del 3,9% en las economías avanzadas y del 5,9% en las economías emergentes y en desarrollo en 2022”.

Sin embargo, matizan que “el aumento de la inflación debería desaparecer a medida que disminuyan las interrupciones de la cadena de suministro, se endurezca la política monetaria y la demanda se reequilibre desde el consumo intensivo de bienes hacia los servicios”.

“También se espera que el rápido aumento de los precios de los combustibles se modere durante 2022-23, lo que ayudará a contener la inflación general. Los mercados de futuros indican que los precios del petróleo aumentarán alrededor del 12% y los del gas natural alrededor del 58% en 2022 (ambos considerablemente inferiores a los aumentos registrados en 2021) antes de retroceder en 2023 a medida que los desequilibrios entre la oferta y la demanda se reduzcan aún más, al igual que los alimentos”.

Por el fuerte empuje de la inflación, el Fondo prevé que “las condiciones monetarias se van a endurecer a nivel mundial”. De esta manera, el FMI detalla que “en Estados Unidos con las presiones sobre los precios y los salarios”, la Reserva Federal va a acelerar su reducción de las compras de activos y subirá los tipos en 2022 más de lo previsto.

El Banco Central Europeo, por su parte, pondrá fin a las compras netas de activos en el marco del Programa de Compras de Emergencia en marzo de 2022, aunque aumentará temporalmente las compras netas en el marco de su programa de compra de activos y “mantendrá los tipos de interés en los niveles actuales hasta que que se realicen progresos adecuados para estabilizar la inflación en su objetivo a medio plazo”.  

Además, el FMI añade otros elementos de riesgo como las tensiones geopolíticas, donde incluye Ucrania y Asia Oriental, que “ponen en peligro la distribución de energía, el comercio internacional y la cooperación política”. También añade “el malestar social, que había disminuido a principios de de la pandemia” y “vuelve a aumentar en algunos países, en parte debido a los elevados precios de los alimentos y la energía”. Y recuerda que “muchos de los aumentos arancelarios introducidos durante 2018-19 siguen vigentes, y las fricciones tecnológicas transfronterizas siguen siendo destacadas. Todos estos elementos amenazan con obstáculos adicionales en el camino hacia la recuperación”.  

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