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Las nucleares solo espaciarán la parada técnica de tres reactores en plena crisis de la luz si se lo pide Red Eléctrica

La central nuclear de Cofrentes.

Antonio M. Vélez

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Las nucleares dejan en manos de Red Eléctrica (REE) la decisión de espaciar las paradas programadas para recargar combustible que, en plena crisis de precios de la luz, prevén realizar tres reactores en las próximas semanas. Si no cambia el plan previsto, las paradas se van a solapar en noviembre, cuando los futuros de la electricidad apuntan a precios muy superiores a los récords actuales, en un contexto de máxima tensión a escala global en los mercados energéticos.

Está previsto que el mes que viene se superponga el parón por recarga de combustible de los reactores de Cofrentes (Valencia), Ascó I (Tarragona) y Almaraz I (Cáceres). Entre los tres suman unos 3.174 megavatios (MW) de potencia, el 43% del total de esta fuente. Las paradas suelen tener una duración de un mes. Esta situación puede empeorar más si cabe la actual tormenta de precios de la electricidad que azota a los mercados europeos como consecuencia de la subida exponencial de la cotización del gas natural.

Este martes, el precio medio del mercado mayorista de electricidad pulverizaba su enésimo récord, con los futuros del gas europeo en el mercado holandés TTF superando por primera vez en la historia los 110 euros por megavatio hora (MWh), ante la proximidad de un invierno que se presenta muy complicado por el bajo nivel de los almacenamientos en el viejo continente, la escasez de esta materia prima en los mercados internacionales, la incertidumbre sobre el suministro desde Rusia y la competencia con la demanda que llega desde Asia.

Salvo acuerdo de última hora, en noviembre España también va a dejar de recibir el gas que hasta ahora llegaba a través del gasoducto del Magreb, uno de los dos tubos que conectan con Argelia, y cuyo futuro está en serias dudas por el conflicto diplomático abierto entre ese país y Marruecos.

Argelia y el ministro de Exteriores, José Manuel Albares, han asegurado que el suministro a España del gas argelino está garantizado. Pero si el gasoducto que transcurre por territorio marroquí deja de operar el próximo 31 de octubre, habrá que recurrir a buques que traigan gas natural licuado (GNL), más caro que por gasoducto.

Los futuros del mercado mayorista eléctrico apuestan por un precio medio que en noviembre ya se dispara hasta los 234 euros/MWh, por encima del último récord registrado, los 228 euros de este miércoles.

Fuentes del Foro Nuclear, la asociación que aglutina los intereses de esta industria en España, explican que “las centrales nucleares atienden en todo momento a los requerimientos que les plantee el operador del sistema, REE, que conoce con mucho tiempo las paradas previstas de recarga”.

Las mismas fuentes indican que las nucleares pueden “ajustarse” a lo que les plantee Red Eléctrica. También reconocen que el aplazamiento de recargas por razones de seguridad de suministro cuando estas han coincidido a la vez “no es una situación inusual”.

Por su parte, ni el Ministerio para la Transición Ecológica ni REE, la empresa que preside la exministra socialista Beatriz Corredor y cuyo mayor accionista (20%) es el Estado, han respondido a las preguntas de elDiario.es sobre este asunto.

El precedente de 2020

El aplazamiento de las recargas ya se llevó a cabo el año pasado como consecuencia de la crisis del coronavirus, cuando varias nucleares realizaron una reducción de potencia para poder seguir operando unas semanas más con el combustible que aún tenían. “Lo lógico es hacerlo hasta el 70%, porque hasta ese nivel de potencia prácticamente no cambia nada en la central, no es necesario alterar la configuración”, explicaba en marzo de 2020, poco después de decretarse el confinamiento, el presidente del Foro Nuclear, Ignacio Araluce.

Si entonces la razón era la emergencia sanitaria, ahora el alargamiento del ciclo de operación estaría justificado por la crisis energética que vive Europa.

Otra cosa es el incentivo económico para hacerlo, tras la amenaza de las nucleares de un cierre "desordenado" después de la aprobación, en septiembre, del plan de choque del Gobierno que drena 2.600 millones a las eléctricas hasta marzo por la subida del gas y ante el proyecto de ley para descontarles (en este caso, de forma permanente) los ingresos extra que reciben por la subida de los derechos de emisión de CO2 (que estas plantas no soportan).

Por un lado, las empresas tienen un incentivo para detener su producción para evitar la detracción de sus ingresos que contempla el Real Decreto-Ley aprobado en septiembre, que en principio va a estar en vigor hasta marzo, cuando se espera que amaine la brutal subida de la cotización del gas natural, y que, aseguran, les lleva a producir a pérdidas.

Por otro lado, si las eléctricas tienen compromisos de venta de energía a plazo, como afirman, no deberían parar más de lo necesario, ya que se quedarían sin energía en sus respectivas comercializadoras. Para cumplir esos acuerdos tendrían que acudir al mercado mayorista para comprarla a unos precios que ahora están por las nubes y amenazan con subir más aún en las próximas semanas.

La primera recarga prevista, este mismo mes, es la de Cofrentes, que por sus características es la nuclear española que más puede espaciar esta operación (las lleva a cabo cada 24 meses) y cuya anterior parada se llevó a cabo entre el 3 de noviembre y el 6 de diciembre de 2019.

Esta central es propiedad de Iberdrola, cuyo presidente, Ignacio Sánchez Galán, volvía a arremeter este martes contra las medidas del Gobierno, que calificaba de “terrorífico intervencionismo”. Horas después, la vicepresidenta Teresa Ribera anunciaba en el Senado que ha pedido a la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) que analice la parada de plantas de energías renovables tras ese decreto y señalaba, sin citarla, a Iberdrola, que acaba de fichar con polémica al exconcejal socialista Antonio Carmona.

También en octubre tiene prevista su parada la central de Ascó I (que hizo su última recarga entre mayo y junio de 2021) y en noviembre lo hará Almaraz I (cuya anterior recarga se realizó entre abril y junio de 2020). Los siete reactores nucleares operativos en España aportaron en 2020 el 22,2% de la electricidad. En lo que va de año se han visto desplazados por la eólica como primera fuente de generación, al aportar el 21,7% de la electricidad hasta septiembre, frente al 22,2% de la energía procedente del viento.

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