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Tractores en la carretera y campos vacíos: “¿De verdad creen que podemos vivir con dignidad?”

Corte de la autovía a la altura de Almendralejo

Jesús Conde

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Miles de agricultores han tomado este martes las carreteras extremeñas en una protesta con la que han querido visibilizar los problemas que atraviesa el campo.

Ha sido una acción simbólica con la que han cortado las conexiones de la Comunidad autónoma con Ciudad Real, Córdoba, Sevilla, Huelva, Salamanca, Madrid y Portugal.

La jornada se ha desarrollado sin incidentes, con los atascos más visibles en las autovías A-5 y A-66 a la altura de Almendralejo y Navalmoral de la Mata. Los cortes se han ido disolviendo de manera progresiva alrededor de las dos de la tarde, tras cuatro horas de cortes en una docena de vías.

La respuesta ha sido masiva y se han desbordado las previsiones de las organizaciones convocantes. Muchas de las fincas han pasado la mañana vacías, sin actividad, porque los tractores se agolpaban en los arcenes y carriles de las carreteras.

La maquinaria ha sido visible a lo largo y ancho de las vías bajo una gran fila que dibujaba el horizonte con banderas de Extremadura y chalecos amarillos. Al otro lado estaba inmóvil una gran caravana de coches y vehículos, a la espera de retomar la circulación bajo la custodia de un gran dispositivo de la Guardia Civil y la policía.

Junto al calor del sol del medio día se han podido escuchar algunos cánticos, aunque pronto llegó la tranquilidad y la distensión entre ‘colegas’ de profesión. En los corros se repetían las mismas conversaciones: “En el año 1980 la tonelada de maíz estaba a 30.000 pesetas y hoy a 180 euros, lo mismo. ¿De verdad creen que podemos vivir con dignidad?”.

Había más comparaciones, aunque las cuentas seguían sin salir: “Un litro de aceite de oliva tiene un coste de producción de 2,70 euros, mientras que el agricultor puede llegar a venderla a 2,10 euros”.

En la autovía que conecta Sevilla y Salamanca (A-66), en Almendralejo, se han concentrado miles de personas agolpadas en ambos sentidos de la vía, a la altura de hotel Vetonia.

Entre los manifestantes estaba Braulio, un vecino de Campanario que cultiva cereales. Cuenta que ha acudido hasta allí para luchar por sus derechos y por los derechos de sus hijos. “Os puedo decir que llevo más de 30 años casado y cuando estaba soltero he vendido el trigo al mismo precio que lo hago hoy”.

Critica cómo le ponen precio a todo lo que venden. “No tenemos margen ninguno de maniobra, y al imponernos los precios no existen márgenes”.

Junto a él narraba la misma historia Anabel Vizcaíno, una joven agricultora venida desde La Nava de Santiago. Arquitecta técnica de profesión, decidió volver al pueblo con la llegada de la crisis del ladrillo y cuenta que tras casi una década en el oficio los precios no se han movido. Han permanecido inalterables o incluso han bajado. Esta temporada el valor del aceite ha caído a unos mínimos histórico, y a su juicio ha sido la gota que ha colmado el vaso.

Al mismo tiempo señala al encarecimiento de los costes necesarios para funcionar, como el combustible, los fitosanitarios o las herramientas de trabajo. También los impuestos.

“Hasta ahora hemos ido aguantando por el colchón de la PAC. Nadie vivía de eso, era una ayuda complementaria, pero se nos viene encima una incertidumbre en torno al reparto de las ayudas comunitarias”.

Junto a los participantes, entre las pancartas de la cabecera, estaba Juan Moreno, el coordinador regional de COAG. Subraya que los agricultores están cansados y que el Gobierno tiene que tomar cartas en el asunto: “tiene que coger el toro por los cuernos y crear una mesa interministerial que ponga soluciones”. “Sólo un 25 por ciento del precio va a manos del agricultor, así no salen las cuentas”, lamenta.

A su juicio la solución es compleja, aunque los gobiernos tienen que actuar, desde la Unión Europea hasta el Gobierno central y regional. “La propuesta de la modificación de la ley de cadena agroalimentaria es una medida a medio y largo plazo, necesitamos soluciones urgentes. Es un sector que está en la UCI y que si no recibe una transfusión se morirá”, señala Moreno.

Ha querido trasladar sus disculpas a aquellos ciudadanos que se hayan podido ver afectados por los cortes de carretera. “Pedirles que comprendan nuestra situación, porque estamos al límite”.

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