Una sanidad pública de calidad y una 'vuelta al cole' consensuada y sin riesgos, reivindicaciones en campaña

Con el arranque de la campaña del 12J en Euskadi también han salido a las calles dos de las protestas que más preocupan a la ciudadanía vasca después de que la pandemia sacase al descubierto sus carencias: la sanidad y la educación. Así, cientos de sanitarios se han concentrado frente a los principales hospitales y ambulatorios del territorio vasco en defensa de la sanidad pública. Del mismo modo, el personal de educación se ha plantado frente a la sede del Gobierno vasco en Bilbao para exigir un comienzo del próximo curso negociado y sin recortes.

El descontento del personal sanitario de Euskadi por los recortes realizados por el Gobierno vasco “incluso en etapas de bonanza económica” han llevado a centenares de personas a manifestarse este viernes en los hospitales Basurto, Txagorritxu y Donostia para denunciar la precariedad sufrida durante la pandemia, que se ha visto en la falta de equipos de protección en “los momentos más duros del colapso sanitario” y que solo se ha podido “salvar la situación de los hospitales por el esfuerzo y la implicación de los trabajadores de Osakidetza”.

“Hemos sido testigos del debilitamiento de la sanidad pública, que se ha convertido en una fuente de negocio y cuyas consecuencias han sido patentes al hacer frente a esta crisis sanitaria (...) la plantilla ha sufrido unas cargas de trabajo inaceptables, falta alarmante de medidas de protección y equipos integrados por personal escaso al que Osakidetza no ha formado ni dotado de medios, con el resultado de una plantilla exhausta, física y psicológicamente”, han señalado los sindicatos SATSE, ELA, LAB, SME, CCOO, UGT y ESK, que han denunciado además que entre el personal sanitario en Euskadi ha habido más de 2.000 profesionales contagiados y una compañera fallecida durante la pandemia.

Entre las exigencias de estos profesionales está el que se adopten medidas como una partida presupuestaria para la sanidad pública que se equipare a la media de la UE, un aumento de la plantilla, que se incorporen a la plantilla los empleos “ocultos en fraude”, que los trabajadores eventuales pasen a trabajar fijos, que se garantice la seguridad de los profesionales en sus puestos de trabajo -tanto durante la pandemia con los posibles rebrotes que se puedan ocasionar como en su labor diaria- y que se reviertan los servicios privatizados.

Además de la cuestión sanitaria, la educación es otro de los ámbitos que tiene en vilo a la sociedad vasca en esta desescalada del confinamiento por el coronavirus. Por ello, cientos de personas del ámbito del sector educacional se manifestaron este jueves en Bilbao frente a la sede del Gobierno vasco para exigir que la vuelta al colegio de septiembre sea negociada y acordada con los trabajadores, en una concentración convocada por todos los sindicatos de Euskadi.

La protesta ha tenido lugar un día después de que el Departamento de Educación publicase un protocolo general de actuación frente a la COVID-19 en los centros educativos para el curso 2020-2021. En él, el Gobierno vasco contempla tres escenarios posibles para el curso escolar a expensas de la evolución de la pandemia. El primero de ellos, de normalidad, en el que el curso se iniciaría de forma presencial en septiembre. El escenario dos o intermedio obligaría a los centros a una organización flexible de la actividad docente, que permita alternar la actividad presencial con la telemática; y en el tercero se volvería al confinamiento y a la actividad educativa no presencial. Sobre las medidas que establece el protocolo, están las de que los escolares no tendrán que llevar mascarilla hasta tercero de Primaria, los 8 años usualmente, y tampoco deberán mantener la distancia de seguridad de 1,5 metros.

Unas decisiones que, según han achacado los sindicatos, se han tomado de forma “unilateral” y sin consultar con los trabajadores de los colegios. “La gestión que ha realizado el Departamento de Educación de la vuelta presencial ha sido absolutamente nefasta. Ha estado caracterizada por la adopción de medidas unilaterales y sin consensuar ni compartir con la comunidad educativa. Las decisiones han sido improvisadas y no consensuadas, lo que ha generado una situación de incertidumbre entre el personal, alumnado y familias. Los sindicatos que estamos aquí hemos reiterado en varias ocasiones la petición de que la vuelta a los centros escolares sea un retorno consensuado”, ha señalado la portavoz de ELA, Miren Zubizarreta durante la concentración.