Vitoria-Gasteiz y Álava, la escapada perfecta para estas Navidades

Vitoria-Gasteiz se ha vestido ya de gala para recibir la Navidad. Son fechas mágicas y, hasta el 6 de enero, la ciudad ofrece al visitante belenes monumentales, pista de hielo, ascensores mágicos, una noria gigante que permite disfrutar del 'skyline' de la ciudad, un carrusel tradicional, un bosque mágico de Olentzero y Mari Domingi, mercado artesanal... Y todo ello, como durante el resto del año, se complementa con una oferta comercial de calidad y una gastronomía de primer nivel, así como con una variopinta provincia que, entre otros muchos atractivos, cuenta con villas medievales, un Valle Salado y parques naturales con infinitas sendas para descubrir rincones mágicos. Es una ocasión ideal para disfrutar en compañía de la familia y los amigos.

Una ciudad llena de magia

El Belén Monumental es uno de los grandes atractivos del centro de la ciudad. Con un centenar de piezas que con el tiempo han ido evolucionando desde la escayola hasta el poliéster y la fibra de vidrio pasando por la madera, los belenistas lo consideran uno de los más bonitos del mundo. Se puede visitar hasta el 6 de enero, en todo momento, aunque el horario de la gruta está limitado: entre las 10:00 y las 14:30 horas y de 16:00 a 21:30. La ambientación con sonidos de animales y música está presente entre las 10:00 y las 21:30. En la gruta, además, hay tres figuras más que en ocasiones anteriores: un niño, una niña y una cabra. Entre las otras novedades de este año, se cuenta un nuevo puesto de venta de telas.

El Belén Monumental comparte el parque de la Florida con el Mercado de Navidad y la pista de hielo. Impulsado por Aenkomer, el Mercado de Navidad celebra hasta el 6 de enero su séptima edición, con una propuesta renovada que sigue manteniendo la esencia de lo local: producto local como miel, quesos y aceite, flores, joyería, complementos y artesanía. Toda la oferta puede consultarse en este enlace.

Justo enfrente, rodeando el kiosko, están un año más la pista de hielo y el tobogán, unas de las atracciones más populares de la Navidad por su carácter lúdico y deportivo. La pista de hielo, que cuenta con una zona reservada para los niños y aquellos que quieran aprender, tiene una superficie total que supera los 700 metros cuadrados. Hay, además, una plataforma y una silla adaptada para personas con movilidad reducida. El tobogán, por su parte, tiene más de 30 metros de longitud.

Ambas atracciones se podrán disfrutar hasta el 6 de enero en horario de 10:30 a 14:30 y de 16:00 a 22:00. La pista de hielo cuesta 3,55 euros para los menores de 16 años y 5,70 para los mayores. El descenso por el tobogán cuesta 1,25 euros. En todos los casos, se aplican descuentos si las entradas se compran por Internet. Los días 20 y 27 de diciembre y 3 de enero, habrá actividades dirigidas al público familiar con las mascotas del Alavés y del Baskonia y sesiones nocturnas con animación musical hasta la medianoche.

Olentzero y Mari Domingi, cargados de regalos, no llegan hasta Nochebuena, pero ya se puede visitar en Vitoria-Gasteiz Horra!, el nuevo bosque mágico ubicado en los jardines del palacio Zulueta. En este universo, hay animales, galtzagorris, una carbonera, elementos del mundo rural, un caserío en el que los más pequeños podrán entregar sus cartas... Hasta el 25 de diciembre, se puede visitar en horario continuado de 10:00 a 21:30. Habrá animación en directo de galtzagorris, de 18:00 a 20:00, los días 5, 6, 7, 8, 12, 13, 14, 19, 20, 21, 22 y 23 de diciembre.

Todas estas atracciones navideñas se completan con una oferta comercial de calidad y una gastronomía de primer nivel basada en el producto de cercanía, los pintxos y la mejor cocina tanto tradicional y como vanguardia. Hay de todo y para todos. El Mercado de Abastos es el gran escaparate en el que se puede apreciar la variedad y la calidad del producto local, con gastrobares y un programa con actividades como catas de vino y cursos de cocina.

Más allá de Vitoria-Gasteiz

Pero Álava no se termina en Vitoria-Gasteiz, ni mucho menos. Son muchos los atractivos que la provincia ofrece en estas fechas especiales. Villas medievales como Laguardia, Labraza, Artziniega, Antoñana y Salinillas de Buradón lucen más espectaculares que nunca.

Y la riqueza de Álava no es exclusiva de las fechas navideñas; hay tesoros que se pueden visitar durante todo el año desde tiempos inmemoriales. En Salinas de Añana se encuentra el Valle Salado, un paisaje único conformado por cientos de estructuras y canales de madera que distribuyen el agua salina de manantiales que proceden de un antiguo mar. De forma tradicional, y como se viene haciendo desde hace al menos 7.000 años, se produce una sal ecológica que cuenta con el reconocimiento de grandes chefs, que la tienen por una de las mejores del mundo.

En la Montaña Alavesa, otro de los rincones de la variopinta provincia, está Mina Lucía. Fue una mina operativa entre 1872 y la década de 1920 y, tras un siglo de oscuridad, se ha abierto al público, con un recorrido turístico que permite visitar alrededor de 300 metros de galerías excavadas a golpe de pico y pala. De este paraje, situado en el pueblo de Atauri, salieron asfaltos que se usaron localmente, como en el frontón de la cercana localidad de Maeztu, pero también mucho más lejos: tanto en el edificio de la Bolsa de Madrid como en las calles de París.

Y hay naturaleza. Álava es un tesoro natural que cuenta con parques naturales como los de Gorbeia, Izki, Valderejo, Aitzkorri-Aratz y Urkiola. Estos espacios naturales, de gran valor ecológico y mucha belleza, aúnan una gran diversidad de especies de flora y fauna. Por su tradición pastoril, es posible pasear entre ovejas, vacas y caballos, así como perderse en bosques de hayas, encinas y abedules.

Álava, por supuesto, tiene también una oferta enoturística inigualable. Es recomendable no desaprovechar la ocasión de visitar de visitar Rioja Alavesa, una comarca dominada por extensos viñedos y cerca de 400 bodegas que elaboran algunos de los mejores vinos del mundo. Catas bajo las estrellas, arquitectura del vino con la firma de Santiago Calatrava y Frank Ghery y, por supuesto, la mejor cocina.

Al norte de la provincia, en Aiaraldea, está la cuna del txakoli de Álava, un vino blanco de color limpio y brillante. El entorno es idílico: siempre verde, con el típico caserío vasco, pastos y bosques, así como la impresionante cascada del río Nervión, con 222 metros de caída libre.