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La Ertzaintza añadirá un agravante de odio a las denuncias de pinchazos por ser mujeres las víctimas

Dos agentes de la Ertzaintza, en el operativo especial de fiestas de Vitoria

Iker Rioja Andueza

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En España el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, ha cuantificado en alrededor de 60 el número de denuncias por pinchazos, con víctimas que en su mayoría son mujeres. De ellas, una quincena procede de Euskadi. Aquí, la Ertzaintza ha decidido tipificar estos casos como delitos de lesiones con agravante de odio, según ha informado el sindicato policial Erne a raíz de una información de 'El Correo'. Desde el gabinete de comunicación de la Ertzaintza se ha optado por no hacer comentarios pero las fuentes consultadas indican que la instrucción ha llegado ya a todas las comisarías de la Policía vasca.

En España, el Código Penal recoge en su artículo 22 -retocado este mismo mes de julio- que es posible fijar un agravante para cualquier hecho delictivo si los hechos derivan de “motivos racistas, antisemitas, antigitanos u otra clase de discriminación referente a la ideología, religión o creencias de la víctima, la etnia, raza o nación a la que pertenezca, su sexo, edad, orientación o identidad sexual o de género, razones de género, de aporofobia o de exclusión social, la enfermedad que padezca o su discapacidad, con independencia de que tales condiciones o circunstancias concurran efectivamente en la persona sobre la que recaiga la conducta”. La consideración final de los delitos, en todo caso, no la determina la Policía, que simplemente eleva un atestado a la autoridad judicial, que es la competente.

Este cambio, en todo caso, llegaría para los casos más recientes, ya que las primeras denuncias ya están judicializadas. El Departamento de Seguridad vasco lleva tiempo haciendo especial énfasis en combatir los delitos de odio y, de hecho, también ha planteado que investiga como tal las amenazas al hijo del presidente del PP vasco, Carlos Iturgaiz, de nombre Mikel y que denunció acoso en las fiestas de Romo, en la localidad vizcaína de Getxo. Es más, en abril, con la presentación del balance de 2021, el vicelehendakari y consejero de Seguridad, Josu Erkoreka, destacó como una “buena noticia” la fuerte subida estadística. “No se debe a un incremento real, sino a la mayor eficacia policial en su registro. Una mayor conciencia social y una mejor formación de la Ertzaintza están contribuyendo a reducir la cifra oculta”, indicó en el Parlamento.

En cuanto a los pinchazos, el jefe de la Ertzaintza, Josu Bujanda, ha manifestado esta semana que siguen investigando las denuncias desde la base de que hay un enorme desconocimiento del fenómeno. No hay agresores identificados y tampoco hay constancia de que los pinchazos hayan inoculado sustancias tóxicas a las víctimas para una posible sumisión química. Bujanda llegó a plantear que igual se hacían no con jeringuillas sino con alfileres u otros objetos. Sea como fuere, es una agresión a la integridad física y que irá agravada por la condición de mujer de las víctimas.

La Policía autonómica, en coordinación con las locales, asegura haber reforzado la vigilancia de estos posibles casos en las fiestas populares, tanto con patrullas uniformadas como de paisano (que siempre han existido y más en los recintos festivos). Estos días se celebran las multitudinarias celebraciones de La Blanca en Vitoria y en la bajada de Celedón, que congrega a más de 50.000 personas en la plaza de la Virgen Blanca y sus aledaños, se denunciaron tres casos por parte de unas menores, según indicó el alcalde de la ciudad, Gorka Urtaran. Con estos casos y el de Oiartzun son alrededor de una quincena los conocidos en Euskadi aunque la Ertzaintza opta por esperar a la finalización de las fiestas de Vitoria para actualizar el balance salvo que ocurran hechos reseñables.

El sindicato Erne, el de mayor implantación en la Ertzaintza y que ha confirmado la información, ha asegurado que el objetivo de cualquier actuación policial ha de ser “poner a disposición judicial todas las denuncias”. Y enfatiza que “más allá de cómo lo califique la parte policial”, son los jueces y tribunales los que tendrán que “determinar el tipo de delito que es”. Lo que sí denuncia Erne es que la Policía vasca requiere “contar con la plantilla al completo” para atender los refuerzos en fiestas, ya que a Vitoria le seguirán Donostia y Bilbao además de decenas de pueblos. “Ahora mismo faltan más de 700 ertzainas”, indica Sergio Gómez de Segura, su secretario general. Esas bajas se notan “tanto a la recoger las denuncias como en su posterior investigación” además de en menos patrullas en la calle.

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