La Iglesia vasca tiene fe en Bergoglio
La energía asombrosa que despliega Jorge Bergoglio desde que fue elegido actual Papa en la Iglesia Católica parece haberse contagiado entre los feligreses vascos. Muchos han caminado durante los últimos años sin un referente al que agarrarse. Esos cristianos que disimulaban sus creencias y que a duras penas salían en defensa de una institución católica para ellos decepcionante en demasiadas ocasiones, declaran ahora abiertamente y sin complejos su condición. “Estamos orgullosos de él. Con el actual Papa nos hemos venido arriba”, revela Txema Ruiz de Apodaca, católico y residente en Vitoria.
Su sentir es mayoritario entre la comunidad de creyentes vascos. Confiesan que Bergoglio ha generado una corriente de ilusión y de esperanza. “El cambio, en la Iglesia, también es posible”, resume por su parte Txema Olleta. Maribel Fernández Molina, presidenta de la Asociación de Comunidades Cristianas Fe y Justicia, no disiente de este parecer. “Ahora muchos creyentes piensan que nuestra estructura eclesial tal vez aun esté a tiempo de dar respuesta a las preocupaciones de las mujeres y hombres de hoy. Y gracias a él la Iglesia va ganando credibilidad ante la sociedad”.
Las bases pedían a gritos una transformación que permitiera a la rígida institución religiosa adaptarse a los nuevos tiempos. Pero nadie parecía atender sus súplicas. Mientras las altas instancias han hecho oídos sordos a esta demanda, Francisco I ha removido en poco tiempo de mandato una parte de lo que ha permanecido inmutable con sus antecesores. Esos cambios, en la práctica, apenas han rozado las estructuras de base. Se sienten más en los altos estamentos. Esto le ha costado al Papa la censura de los sectores más críticos. Sus acciones esconden, a juicio de algunos, un mero intento de lavado de cara de una institución desgastada por los escándalos financieros y la pederastia.
“Empeñado en renovar la curia”
Pero Bergoglio sí convence a sus bases, que reconocen en su labor una auténtica intención de regeneración. “No olvidemos que ha desmantelado la Banca Vaticana, un nido de corrupción dentro de la Iglesia. Y que ha pedido perdón, de corazón, por los errores graves cometidos”, destaca Olleta. Al margen de comentarios y ciertas corrientes de opinión que, dentro y fuera de la institución católica, tachan sus propuestas de mera propaganda, los sacerdotes vascos también le apoyan. “El Papa está empeñado en renovar la curia, haciéndola menos burocrática, más ágil y más al servicio de una Iglesia que sepa dar la cara sin complejos a los tiempos actuales”, insiste un cura de la diócesis de Vitoria. Esa buena aceptación la han percibido en el propio Obispado. “Captamos en muchos una buena acogida del estilo que él transmite, con sus gestos y palabras y de una parte importante de su mensaje que es la llamada a la preocupación por los pobres y excluidos”.
“Nos va a crear más compromisos que expectativas”
Es precisamente ese auxilio a los más necesitados con el que ha acabado de conquistar a sus seguidores. Y esa reclamación sí se deja notar en las parroquias. “Si bien pienso que no se han modificado cosas de manera especial, sin duda está suponiendo un plus de energía en los diversos campos de la actividad diocesana. Las personas y colectivos en situación de riesgo están presentes en la preocupación y en la acción de la mayoría de nuestras comunidades, parroquiales y no parroquiales”, detalla el cura que prefiere preservar su identidad. “Nos va a crear más compromisos que expectativas. Es un Papa peligroso por revolucionario, pero más hacia adentro que hacia afuera. Habíamos olvidado el compromiso de nuestra creencia con los más necesitados”, sostiene Apodaca.
Otro de los retos del Papa es fomentar la participación de todos los agentes de la Iglesia. Y en ese empeño ha hecho llegar a todos los feligreses una encuesta sobre temas como el aborto, la homosexualidad, el divorcio. “Se ha pedido a todas las diócesis del mundo la participación directa respondiendo a dos encuestas sobre cuestiones en torno a la familia. Hemos agradecido y aprovechado esta oportunidad para expresar nuestra opinión. Es algo inédito”, relata Maribel Fernández Molina. “A mí no me ha llegado”-confiesa Txema Olleta, que no por ello resta valor a la iniciativa. “En todo caso, es un síntoma importante de renovación, porque, no es un método habitual de la Iglesia. Nunca se ha hecho hasta ahora”.
Encuesta sobre aborto, homosexualidad y divorcio
También se sienten partícipes del proyecto de Francisco en el Obispado de Vitoria. Rememoran satisfechos cómo han elaborado doce cuadernillos siguiendo los textos de los Planes de Evangelización y la Exhortación Apostólica del Papa . “Pretendemos evaluar y plantear los nuevos pasos para la evangelización en nuestra diócesis. Estos cuadernillos de trabajo los ha recibido en propias manos el Papa Francisco el pasado mes de febrero, de manos del Obispo de Vitoria”.
Todos, desde la línea más oficial hasta la voz de menos autoridad, destacan por encima de todo que Francisco predica con el ejemplo. Pide menos clericalismo, menos riqueza, y más espíritu de servicio a las personas. Al fin la figura del pontífice, inalcanzable antes, al resguardo de los fieles, ha bajado a pie de calle. Ha convertido en terrenal algo de apariencia casi divina. Esta mutación también se agradece en las parroquias. “Particularmente me aporta frescura, porque habla directamente de un ser humano a otro ser humano, sin pretensiones. Quiere ser un creyente y un discípulo. Quiere ser ese eslabón que humanice a Dios y divinice a las personas, y cuanto más humildes más divinas. Tiene mucho sentido y coherencia desde el Evangelio”, explica Apodaca.
Ha convertido en terrenal algo de apariencia casi divina
Sus misas y discursos son de lenguaje directo y accesible. Se gana al público e incluso despierta simpatías entre algunos laicos. Otros no olvidan que la institución a la que representa se niega a aplicar la ley de Memoria Histórica en las iglesias, y mantiene las placas en recuerdo de Primo de Rivera o vive de espaldas a la sociedad encabezando manifestaciones contra el matrimonio igualitario o contra el aborto. Y los temas intocables, como el celibato y la presencia de la mujer en la Iglesia, apenas los aborda.
Y aún ahí, en esos espinosos asuntos, sale de nuevo en su defensa, la comunidad sacerdotal. “Este Papa es suficientemente audaz para no poner veda a esos temas. No va a arriesgar ninguna decisión personal en solitario, pero algo me dice que sí va a plantearlos; él sabe que están en la inquietud de muchos y el Papa no tiene intención de dejarlos en vía muerta. ¿Contará con años de vida suficientes?”.