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ENTREVISTA

Eva Blanco, secretaria general de EA: “Los críticos se han ocupado de dejar el nombre del partido por el suelo”

Blanco, recibiendo la felicitación de Pello Urizar después del congreso de EA

Iker Rioja Andueza

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Eva Blanco de Angulo (Amurrio, 1973) fue elegida este fin de semana por el congreso oficial de Eusko Alkartasuna (EA) como secretaria general. Ella y su equipo recibieron el apoyo del 54% de los compromisarios –recalca– y también fue mayoritario el respaldo a la ponencia política que defiende la integración del partido fundado en 1986 en EH Bildu. El otro 46% lo representa un sector crítico que lleva años denunciando que la izquierda abertzale está fagocitando a EA. Ni siquiera participaron en el cónclave y organizaron una suerte de congreso paralelo en el que aprobaron ponencias contrarias a las oficiales y designaron un equipo propio con la exconsejera de Juan José Ibarretxe Esther Larrañaga como portavoz. No reconocen la legitimidad de los resultados de ese congreso. Como antecedente, un juzgado anuló las primarias de 2019 en las que Blanco venció al líder crítico, Maiorga Ramírez. Ahora Ramírez y otros cuatro afines han sido suspendidos durante cuatro años. En la entrevista, Blanco no elude la delicada situación que vive la formación pero no le consta que haya riesgo de escisión y pide expresamente mirar al futuro y no al pasado. Asegura que ama a EA como si fuera su tercer hijo y proclama que “sigue todavía hoy teniendo mucho que aportar a este país” dentro de un proyecto más amplio como es EH Bildu. Este periódico ha propuesto también a Larrañaga otra entrevista similar, pero la invitación ha sido declinada.

Lleva varios días insistiendo en que es la secretaria general de EA con plena legitimidad.

Claro. Es que es así. Soy la nueva secretaria general de Eusko Alkartasuna elegida en un congreso por la mayoría de los compromisarios que, a su vez, fueron elegidos legalmente según toda nuestra reglamentación. No hay más legitimidad que ésa. El congreso nacional es el mayor órgano que tenemos en el partido. Se pedía que la afiliación votase y la afiliación ha votado y se ha pronunciado

La proclamación anterior, que fue en primarias, quedó posteriormente anulada en los tribunales. ¿Hay riesgo de que esto pueda volver a ocurrir?

Hemos celebrado un congreso nacional y, en estos nuevos estatutos, el 54% de compromisarios decidió eliminar las primarias. Sobre las anteriores, no sé qué pasará con la sentencia que está recurrida en el Tribunal Supremo. Ha habido dos anteriores. En primera instancia se me dio la razón al 100%. En la segunda instancia se me dio la razón en una gran parte excepto en la necesidad de repetir ese reglamento de primarias. Bueno, veremos.

Me refería más a la posibilidad de que alguien pudiera recurrir a este congreso, cuyas irregularidades se han denunciado públicamente.

Si alguien quiere recurrir o impugnar este congreso y quiere seguir por este camino… Entiendo que estará en su pleno derecho, pero se ha realizado en base a toda nuestra reglamentación, exactamente igual que se ha hecho en los anteriores. Me da la sensación de que, al final, se ha querido hacer ver de alguna manera que no estaba organizado legalmente. Y todo responde a una estrategia mediática. Ya me aventuré a decirlo en julio: en el caso de que la corriente oficial ganase el congreso, como ha ocurrido, seguramente argumentarían que no se había realizado de manera correcta. Su estrategia ha sido intentar ganar en los medios de comunicación lo que tenían claro que no iba a pasar dentro de los órganos del partido.

¿Le da que pensar que el nombramiento haya llegado con el 46% del partido en contra y con un congreso alternativo al oficial con decisiones contrarias?

No ha sido un congreso alternativo. Los congresos se hacen como hay que hacerlos. Los congresos se organizan de manera seria, con acreditaciones, con inscripciones. Nadie controló el acto en el palacio Europa del domingo o el del Alkartetxe de Gasteiz del sábado. Nadie ha acreditado que esas personas eran compromisarias. La otra parte no ha participado en el congreso y no sabemos realmente a qué responde.

Pero se hizo ver que las personas elegidas en ese congreso paralelo tenían 144 votos y a usted le apoyaron 135 compromisarios.

Pero no es lo mismo... Aquí lo que vale son los compromisarios, que son los que se han elegido democráticamente, estatutariamente, reglamentariamente. Otra cosa muy diferente es que se junten 144, que no sé si lo fueron. Intentar darle la vuelta a eso no tiene sentido. Si realmente quieren hacer ver que ellos son más, lo habrían tenido muy fácil: que se hubieran presentado en el congreso y que hubieran presentado una candidatura.

El fundador y lehendakari, Carlos Garaikoetxea, y otros históricos están alineados nítidamente con ese sector crítico.

Para mí cuenta exactamente igual un afiliado de base del Alkartetxe más pequeño de este partido que cualquiera de los que ha dado la cara, sea Esther Larrañaga, sea Maiorga Ramírez o sea quien sea. Sobre Garaikoetxea, me da pena –lo he dicho en muchas ocasiones– que se haya posicionado. Tenía que haber jugado otro papel. Si alguien estaba en condiciones de unificar el partido, era él, seguramente. Me da pena también –y esto también lo he dicho– porque es la tercera vez que se ha enfrentado en un congreso y es la tercera vez que pierde. Entiendo que, como fundador, eso no tiene que ser nada fácil. En todo caso, en la parte oficialista, entre los que votaron el sábado y el domingo, también hay muchos históricos.

¿Ha hablado con Esther Larrañaga?

No, no. No he hablado con Esther Larrañaga. Y no comparto las declaraciones que hizo el domingo. Decir que tememos a las urnas es falso, porque precisamente lo que hemos hecho este fin de semana es enfrentarnos a las urnas. Decir que hemos cerrado la puerta a la afiliación es absolutamente falso, porque no hay mayor espacio de participación, de debate y de votación que un congreso nacional. No sé qué quieren hacer; no sé cuál es su propuesta. Estaré atenta, pero tengo que centrarme en trabajar con ilusión, animada con el equipo que ha dado el paso de presentarse conmigo en esta candidatura. Hay que mirar al futuro, no al pasado.

¿Ve riesgo de escisión en EA?

No sé qué es lo que pretenden. De momento todos ellos –excepto los cinco que están suspendidos– siguen siendo afiliados y afiliadas con pleno derecho de Eusko Alkartasuna. Eso no lo va a negar nadie. No les he oído decir tampoco que se vayan a marchar del partido.

No hay críticos en su nuevo equipo y ahora los coordinadores territoriales [tres de los cinco no eran afines] se han elegido en el congreso y no en los territorios.

Los estatutos están para modificarse y para cambiarse en cualquier proceso congresual. Si esta idea [de los coordinadores territoriales] no le gustaba a alguien, podía haber tomado parte en el congreso y votar en contra. ¿Por qué no hay ningún crítico en la ejecutiva nacional? Es que tampoco se han querido presentar. Ellos han sido los que han decidido no participar por decisión propia en el congreso nacional. Se han quedado haciendo su bochornoso espectáculo mediático. Se han dedicado a eso y a nada más.

En su discurso de proclamación dijo que iba a cuidar EA como si fuera su tercer hijo y también que, personalmente, no había sido un proceso nada sencillo.

¿Quién quiere más que una madre a un hijo? Creo que es la mayor muestra de cariño y de cuidado. Voy a dar el 100% por este legado de quienes en su día crearon este partido, que fueron muchas personas, no solamente las que dieron la cara. Ahora tengo una responsabilidad enorme y lo tengo que cuidar, evidentemente, como si fuera un hijo mío, como si fuese mi tercer hijo. Así lo voy a hacer. Y, sí, ha sido un proceso largo y duro. Lo han personalizado todo en mí. Todavía sigo recibiendo ataques en las redes sociales. Pero estoy tranquila: estos dos años me han dado muchas tablas. Igual contaban con que yo no iba a aguantar dos años aquí y lo he hecho. Lo he demostrado por el amor y el cariño que tengo por este partido y por las ganas que tengo de trabajar. Podría contar muchas experiencias personales, pero creo que es momento de pasar página y de centrarnos en el futuro y en la ilusión que tengo por trabajar con toda la gente que me respalda.

¿Cómo han encajado los otros socios de EH Bildu este proceso y, particularmente, que se propusiera una enmienda a la ponencia política en la que se cuestionaba el modelo actual de la coalición?

Igual es mejor que se lo pregunte a ellos. Pero entiendo que, viendo su enmienda a la totalidad, se habrá visto con preocupación. Planteaban situar ‘de facto’ a Eusko Alkartasuna fuera de EH Bildu. Eso supondría un paso atrás y terminar con los diez años de trabajo que llevamos en este proyecto.

¿Por qué se ha expulsado del partido a Maiorga Ramírez y al resto de dirigentes de ese sector?

No se ha expulsado a nadie: se les ha suspendido la militancia por cuatro años. Este partido es tremendamente garantista, tenemos un reglamento disciplinario. Dos afiliados presentaron ante la ejecutiva una denuncia por escrito, el expediente se ha tramitado, hemos seguido todos los pasos, como dice nuestra reglamentación, y ha culminado en una suspensión. La suspensión se llevó a cabo el lunes porque se consideró que debería garantizarse su derecho de participación en el congreso, aunque luego declinaron participar. Ahora también están en su derecho de presentar un recurso. Dentro del partido tienen un plazo de 30 días.

Pero, ¿cuál es la motivación última de las suspensiones? ¿Qué hicieron?

El objeto de esa denuncia está absolutamente tasado y registrado en ese expediente. Hay dos personas que consideraron que, efectivamente, estaban saltándose el reglamento disciplinario. Repito, son los reglamentos que hemos construido y aprobado entre todos. Y están para cumplirlos. Es una decisión que jamás hubiera gustado tomar a la ejecutiva nacional. Es una decisión penosa, triste. Pero, insisto, los reglamentos están para cumplirlos, empezando por mí y terminando por el último afiliado. Nadie por tener un cargo en el partido se libra de tener que cumplir ese reglamento disciplinario. Ha sido un proceso absolutamente garantista.

Tres de esas personas están suspendidas en EA pero continúan con normalidad es sus cargos de EH Bildu.

Sí, porque nuestro reglamento disciplinario nada tiene que ver con el de EH Bildu. La reglamentación interna de Eusko Alkartasuna no afecta a EH Bildu.

En su discurso apeló también a la “disciplina”. Ahora mismo hay cargos de EA, como las ediles de Pamplona, que no reconocen a la actual dirección ¿Cómo se garantiza la disciplina interna en esas circunstancias?

Creo que se me ha entendido mal. Cuando mencioné la disciplina, no hablé de cortar cabezas. Lo que dije es que soy una persona disciplinada a la hora de trabajar. Me refería a eso y no a otra cosa. Disciplina, seriedad, trabajo, organización. Porque lo que nos queda por delante ahora es muy largo. Tenemos que volver a recuperar el buen nombre del partido, porque durante estos dos últimos años ha habido un grupo de afiliados de Eusko Alkartasuna que se han ocupado de dejar el nombre del partido por el suelo. Tenemos que recuperar eso, tenemos que recuperar la ilusión, tenemos que ponernos a trabajar y demostrar que Eusko Alkartasuna sigue todavía hoy teniendo mucho que aportar a este país.

En el congreso y en los últimos meses se ha hablado mucho de lo orgánico y prácticamente nada de lo político. ¿Cuáles son las líneas estratégicas de EA?

Me alegro que me haga esa pregunta, la verdad. Dentro del debate de la ponencia política, que es la hoja de ruta que tiene que llevar el partido, nos hemos centrado siempre en el punto sexto, que es el encaje de Eusko Alkartasuna en EH Bildu. Pero tiene cinco puntos más antes. Por cierto, la enmienda de totalidad de los críticos no los tocaba. Fíjese, al final nos une mucho más de lo que nos separa. En esos cinco puntos hablamos de los principios fundacionales de EA, aunque renovados. Hablamos de la autodeterminación y la independencia, de la diversidad, de la pacificación, del feminismo, de la cohesión como rasgo de identidad, del euskera, de educación, de la transición ecológica y agroecológica, de biodiversidad, de economía circular, de energía, de la transición digital, de los jóvenes y de los pensionistas. Hemos puesto a los principios fundacionales el sello del siglo XXI. 

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