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Una inspección revela que una residencia privada de Donostia tenía a los mayores 14 horas sin comer

Residencia Txara I de Donostia

Iker Rioja Andueza

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Un informe de inspección fechado el 17 de septiembre revela que la residencia Txara I de Donostia, un edificio público que es gestionado en régimen de concesión por la empresa privada Biharko Gipuzkoa, incumple los ratios mínimos de médicos, enfermeros, monitores, fisioterapeutas y psicólogos. También se ha descubierto que pueden pasar hasta 14 horas entre el horario de cenas y los desayunos. Las inspectoras de la Diputación de Gipuzkoa, que es la institución competente en materia de residencias, piden también a la empresa gestora que justifique por qué ha tomado decisiones tan peculiares como restringir el consumo de zumos o yogures entre los usuarios.

La inspección se produjo el 1 de septiembre a raíz de una denuncia del sindicato ELA. Fue una visita “sin previo aviso” para comprobar una serie de aparentes deficiencias en el servicio. La revisión coincidió con un pequeño brote de COVID-19 por el positivo de dos trabajadores, lo que supuso que los usuarios de las plantas primera y tercera estuvieran en cuarentena. En Txara-I, en aquel momento, completaban su vida 116 usuarios. Existe también otro complejo llamado Txara-II, uno de los diez que ahora mismo tiene casos activos de coronavirus en Euskadi

Uno de los puntos principales de la denuncia de ELA era que las cenas se ofrecían muy pronto, incluso que “llegaban a comenzar a las 18.45 horas”. La dirección negó estos hechos pero sí admitió que se ofrecían entre las 19.00 y las 20.00 horas. “Desde la sección de inspección se quiere destacar que comenzar las cenas a las 19.00 y no comenzar con los desayunos a las 9.30 supone que hay 14 horas de una ingesta a otra”, alerta el informe, que plantea un nuevo horario con desayunos de 7.30 a 10.00 y cenas de 19.30 a 21.30 con otras dos tandas en el día para comidas y meriendas.

Paralelamente, se alegaban razones nutricionales y de salud para justificar la limitación de la distribución de zumos o yogures. También se hablaba de que los mayores consumían en las habitaciones más material del necesario, en referencia al papel higiénico, por ejemplo. “No es con el objeto de economizar sino por realizar un adecuado control”. La inspección no pone pegas al tema del material pero sí pide un informe detallado que justifique la retirada de algunos alimentos que antes se ofrecían “a demanda”.

En cuanto al personal, se cumple con los ratios exigidos en materia de auxiliares, pero solamente en esa categoría profesional. No ocurre lo mismo con el médico -las vacaciones del facultativo no se cubrieron con nadie- o con los enfermeros -en agosto no se produjeron los relevos habituales- y directamente no hay fisioterapeuta -se alegó desconocimiento de que fuera una figura obligatoria-. El servicio de psiquiatría se ofrecía por teléfono desde el inicio de la pandemia y se demandó su retorno durante al menos dos horas mensuales, mientras que el equipo de psicología incumple también los ratios. Los monitores encargados de las actividades con los mayores tampoco son suficientes. Se da la circunstancia de que el personal de estas áreas realiza “funciones de recepción”, por ejemplo.

Tres fallecidos en una semana en Betharram (Hondarribia)

El balance semanal de la COVID-19 en las residencias vascas arroja un importante descenso de los casos activos y de los focos. Son 38 los mayores infectados, 22 en Bizkaia (de cuatro residencias), 14 en Gipuzkoa (repartidos en cinco brotes) y 2 en Álava (ambos de Jesús Guridi, en Vitoria). Se ha llegado a estar por encima del centenar en algunos momentos de las últimas semanas. Ni Bizkaia ni Álava han comunicado brotes nuevos en los últimos siete días, según fuentes de las respectivas Diputaciones. En el caso de Gipuzkoa, la situación más crítica se da en Betharram, donde han fallecido ya cuatro personas de las diez que han contraído el Sars-Cov-2, tres de ellas en los últimos siete días. Se de la circunstancia de que este centro, de la cadena Caser, fue uno de los primeros en recibir vacunas allá por el 27 de diciembre de 2020, cuando se inició la histórica campaña en toda la Unión Europea.

Por otro lado, en el caso de Álava esta semana se ha conocido la creación de un nuevo centro llamado Arabarren II en Salburua, en Vitoria. Se trata del mismo “modelo de colaboración público social” de Arabarren I, esto es, con la participación de empresas privadas. Ello coincide con la pérdida de plazas enteramente públicas en la ciudad, las del centro municipal San Prudencio, según ha denunciado su comité de empresa y recoge 'Gasteiz Hoy'.

En nuestros especiales interactivos, se pueden consultar todos los datos sobre la evolución de la pandemia en Euskadi, sobre los positivos y fallecidos en todas y cada una de las residencias de Álava, Bizkaia y Gipuzkoa y el avance día a día de la campaña de vacunación. También tenemos mapas con los brotes más destacados.

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