“Esto no es una historia de buenos y malos, sino de muchísimo odio y sufrimiento”
Tras 7 semana de intenso rodaje de la película ‘Lasa y Zabala’, su director, Pablo Malo se encuentra “muy satisfecho y aliviado”, ya que “lo que tenía en la cabeza ha mejorado”. Para la realización de esta película Malo ha explicado que ha habido mucha documentación durante los meses previos, “la pena es que hay muchas historias que desgraciadamente no se pueden contar porque nos meteríamos en un pequeño follón”, pero espera que con los años “seamos lo suficientemente maduros como para aceptarlas y asumirlas, por todos los lados”, porque “esto no es una historia de buenos y malos, sino de muchísimo odio y sufrimiento”.
Para llevar esta película adelante, en donde se cuenta el secuestro y posterior asesinato de Joxean Lasa y Joxi Zabala por los Grupos Antiterroristas de Liberación (GAL) los productores se han encontrado con problemas para la financiación, en este sentido, el director ha considerado que “estamos en un país en donde tenemos mucha tendencia a escandalizarnos por todo, y sabemos que ha habido algunas voces en contra, pero forma parte del juego”. Así, ha explicado que se han ceñido al sumario, “contando los hechos de la forma más digna posible, sin caer en el amarillismo y en sensacionalismo”, pero lo que “está claro es que los hechos probados hablan de una absoluta barbaridad y es lo que hemos querido recrear”.
El productor de la cinta, José Portela, ha admitido que probablemente hace 5 años no se hubieran atrevido a hacer la película, pero “por suerte para todos desde hace dos años están cambiando las circunstancias y creo que es el momento adecuado para contarlo”. Malo ha añadido que “aquí se ha construido un país sobre cárceles y cementerios”, por ello cree que “va siendo hora de que entre todos pongamos nuestro granito de arena para que esto no se vuelva a repetir nunca”.
El personaje que se le atribuye a Unax Ugalde, según las palabras del director, es “una interpretación libre del abogado de la acusación particular, Iñigo Iruin”. Ugalde ha indicado que ha tenido contacto con Iruin, pero ha podido trabajar “con bastante libertad”. En este sentido, ha explicado que sobre todo quería conocer sensaciones del abogado cuando “ve como no llega a final de juicio, como todos los testigos se van echando atrás, como no consigue un testigo directo o cómo ve que todos los mecanismos del estado, que se supone que están para solucionar este tipo de cosas están en contra”.
El actor vasco ha recordado que Iruin fue el abogado de la acusación particular que “se enfrentó, junto a dos familias que en aquel momento no tenían a nadie de su lado, y acusaba a una serie de policías por secuestro, tortura y asesinato”, por ello considera que “el hecho de que los dos chicos pertenecieran a ETA o no, no tiene ningún tipo de influencia judicial, sigue siendo una barbaridad en los dos casos, y la persona que piense lo contrario es una mente enferma”.
Finalmente, Francesc Orella, actor que interpreta a Galindo, ha reconocido que es “consciente de lo que ha significado Galindo en el País vasco”, pero ha querido dejar al margen “ese plus de carga” y ha intentado acercarse “a la personalidad de este hombre y conocer sus motivaciones, frustraciones, creencias, miedos, para intentar entender su comportamiento”. Por su parte, Malo ha aclarado que el problema que tenía el personaje de Galindo, “no quería llevarlo a la caricatura, porque tiene una serie de frases en el juicio y que están en la película, excesivamente rimbombantes” , por lo que han tenido que hacer “un trabajo de contención con el personaje”.