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Guardiola, sin cambio y sin extrebejí

La presidenta de la Junta de Extremadura, María Guardiola, a su llegada a la Asamblea de Extremadura el pasado jueves

Irene de Miguel

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Dos días han pasado del Debate de Estado de la Región. Una fecha señalada en el calendario político de nuestra región que, una vez más, la presidenta Guardiola suspendió de manera estrepitosa. Llegó a la Cámara intentando ofrecer una imagen de mujer conciliadora y dialogante, pero tardó poco en “mostrar la patita”. Su actitud soberbia y altiva, que caracteriza toda su acción de gobierno, ocupó minutos y minutos de su intervención.

Una vez más, demostró ser una alumna aventajada de la retórica frentista y faltona de la señora Ayuso. Siguió al dedillo el guión marcado por Génova. Y es que desplegó todos los puntos de la estrategia del Partido Popular de utilizar todas las armas que tienen a su alcance para cargar contra el gobierno de Pedro Sánchez. Todos los males de esta tierra son culpa del gobierno estatal. Que a nadie se le ocurra señalarla como responsable de los problemas de Extremadura. Ella solo está para hacerse la foto, sonreír y reunirse con quien le adula. El marketing político se le da muy bien. Remangarse y ponerse a trabajar para dar respuesta a las necesidades reales de los extremeños y extremeñas, bastante mal.

Han pasado dos años desde que la señora Guardiola llegó al sillón de la Presidencia. Todos nos acordamos de aquella frase de que no gobernaría con aquellos que negaban la violencia machista y tiraban a la basura la bandera LGTBI. Una declaración de intenciones que dilapidó, antes incluso de llegar a la Alcazaba, su credibilidad. Dos años después seguimos viendo que su palabra no vale nada. Que el cambio que pregona no existe y que su 'Habla Extremadura' ha quedado supeditado al 'Habla Génova'.

Dos años en los que en esta tierra no ha pasado nada. Bueno, algo así, en estos dos años, por mucho que a ella le “escueza” que se lo digamos, solo han bajado impuestos a los más privilegiados. A los señoritos y rentistas. Cuando dice que ha regalado 120 millones de euros a la ciudadanía, lo que realmente quiere decir es que cuatro ricachones han dejado de pagar miles de euros, mientras que los extremeños y extremeñas reciben migajas en su declaración de la renta. Esto es lo único de lo que puede presumir. Todo lo demás, son medias verdades y mentiras manifiestas.

Las listas de espera y el compromiso con los docentes

Es mentira cuando ha dicho que han mejorado las listas de espera. Todo lo contrario. Somos la comunidad autónoma con mayor tiempo de espera media. En tan solo 6 meses, de junio a 2023 a diciembre de 2024, han pasado de 57.971 pacientes en espera estructural a 100.116, y la espera media ha subido de 81 días a 125. Con estos datos, ¿cómo se pueden dar golpes en el pecho? De verdad que es increíble.

Como también lo es el engaño al que han sometido a los docentes de esta región. En campaña electoral, Guardiola prometió la homologación salarial. En este Debate de Estado de la Región, ni una palabra sobre ello. Otra muestra más del valor de su palabra. Como tampoco mencionó los proyectos de universidades privadas que competirán directamente contra la Universidad de Extremadura, con una calidad menor pero con más recursos porque la señora Guardiola ha decidido que no es fundamental convocar la Comisión Mixta de Financiación que marca la ley que ellos mismos aprobaron, y que garantizarían la sostenibilidad de la universidad pública.

En Igualdad, la política de María Guardiola podría considerarse una broma, si no fuera porque el machismo sigue matando y atentando contra las mujeres, también aquí en nuestra región. Por eso, es incomprensible que la presidenta nos venda como una medida estrella en materia de igualdad que los farmacéuticos, al mismo tiempo que dispensan medicamentos, puedan atender a las mujeres víctimas de violencia de género, mientras tiene a día de hoy, oficinas de igualdad y puntos de atención psicológicas cerrados. Tenemos a profesionales especializados en violencia machista en el paro, y en su lugar, serán los farmacéuticos quienes nos atenderán. De verdad, es que no tiene ni nombre.

La palabra de Guardiola vale poco, y en la defensa de Almaraz también. La hemos visto en este Debate de Estado de la Región cómo se ha desinflado su reivindicación para prorrogar su vida útil. Quizás porque está viendo cómo hasta las propias empresas no terminan de ponerse de acuerdo. Y mientras, quien sufre los vaivenes de este gobierno nefasto son los trabajadores, los de la central también, que ven cómo los intereses de la presidenta no estaban, tal y como decía, centrados en proteger el empleo, sino en servir a las grandes empresas energéticas que llevan décadas haciéndose con nuestros recursos. Si lo estuviera, estaría ocupada en exigir un plan de prejubilaciones y que los puestos de trabajo de la central se mantengan durante el desmantelamiento. Pero eso ya, si eso, para Pedro Sánchez, como la gestión del apagón. No vaya a ser que tenga que mancharse las manos.

Podría continuar así con una rista de desprecios, desplantes y olvidos de este gobierno con las necesidades reales de Extremadura. Podríamos hablar de vivienda, dependencia, de empleo, de juventud, de políticas agrarias, de tantas y tantas cosas que este gobierno ha faltado su palabra en estos dos años. Nunca en esta tierra hubo un gobierno que dio tan descaradamente la espalda a la ciudadanía. Nunca antes había importado tan poco el futuro y el bienestar de los extremeños y extremeñas, y tanto los bolsillos de los señoritos.

Para afrontar el cambio que Extremadura se necesita el extrebejí del que hablaba Juan Copete, que no es otra cosa que ese estado del alma apresurado, ansioso y deseoso que no te permite relajarte, ni siquiera ni un minuto. Extrebejí para nunca resignarnos ni sentirnos vencidos. Extrebejí para cambiar nuestro futuro. Extrebejí que, lamentablemente, no tiene Guardiola.

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