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Extremadura vuelve a promocionar la caza entre los alumnos de Primaria

Clases sobre la caza en un colegio público extremeño

Santiago Manchado

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Este será el quinto año consecutivo que la caza entrará en los colegios de Extremadura. Gracias a una subvención de la Consejería de Cultura, Turismo y Deportes, la Federación Extremeña de Caza (Fedexcaza) ha vuelto a poner en marcha el proyecto ‘Caza y Naturaleza’, con el que espera llegar a un millar alumnos de entre 10 y 12 años (5º y 6º de Primaria).

Esta iniciativa se enmarca en el proyecto “Promoción y Ayuda al Deporte Escolar (Proades)” impulsado por la Junta y el Consejo Superior de Deportes (CSD), y se incluye dentro de los Juegos Deportivos Extremeños (Judex). El objetivo de Proades es la promoción y el desarrollo del deporte y la actividad física en todos los ámbitos educativos y sociales, con especial atención al carácter formativo del deporte en edad escolar.

Fedexcaza explica que a través de su propuesta “se acerca a los escolares la realidad de la naturaleza y sus valores, al tiempo que se les pone en contacto con el medio y se les transmite la importancia de la conservación de los ecosistemas”.

En total, llegarán a centros educativos de 18 localidades de Extremadura: Villamiel, Cilleros, Puebla de Argeme, Plasencia, Trujillo, Alange, Corte de Peleas, Los Santos de Maimona, Navalvillar de Pela, Siruela, Campillo, La Parra, Valencia del Ventoso, Zahínos, La Garrovilla, Fuente del Maestre y Hornachos.

Según Fedexcaza, serán sus miembros quienes compartirán diversas actividades con los alumnos “centradas en lo que la Federación Extremeña de Caza considera los valores de la caza, es decir, el respeto al medio ambiente, el cuidado y conocimiento de las especies protegidas y, sobre todo, la importancia de aprender a valorar la naturaleza y de aprender a disfrutar de nuestro entorno”.

Relevo generacional

El proyecto ‘Caza y Naturaleza’ se puso en marcha por primera vez en el año 2017 tras una década de caída del número de licencias en Extremadura. Entre las principales causas de esta situación se encuentra la falta de relevo generacional, motivo por el que en 2015 se creó la Asociación Jóvenes Cazadores de Extremadura (Jocaex).

Según datos de la Junta de Extremadura, que aún no ha facilitado los relativos a 2021, las licencias cinegéticas han caído en la región. En 2008 se expidieron 96.613 permisos, en 2014 cayeron hasta poco más de 88.000. Las licencias se recuperaron ligeramente en 2018 (casi 90.000) y se mantuvieron hace dos años. Pero el año pasado cayeron hasta las 75.340, unas cifras que el sector achaca a la COVID y a la nueva Ley de Caza de Extremadura, que redujo el número de licencias de ocho a dos y obligó a renovarlas de forma anual en lugar de cada cinco años.

El caso es que los alumnos a los que va dirigido el proyecto de promoción de la caza tienen entre 10 y 12 años y aún están lejos de poder participar de forma activa en las actividades cinegéticas.

En general, los menores de 14 años no pueden cazar, pero sí puede acompañar al cazador a su puesto para seguir desde ahí la actividad. A partir de esa edad, el niño o niña podrán usar algunas escopetas y armas de aire comprimido, pero es necesaria una autorización especial de la Guardia Civil, la licencia de caza pertinente y acudir con un mayor de edad y tener la autorización expresa de sus padres o representantes legales.

Titulados en Biología y Ciencias Ambientales

Diversas organizaciones ecologistas han denunciado que la educación ambiental en los colegios públicos de Extremadura se deje en mano de cazadores. La Coordinadora de ONGs Ambientales de Extremadura, integrada por nueve asociaciones y colectivos, han lamentado la “confusión reinante entre los responsables de educación, que admiten como formación y sensibilización ambiental los contenidos que los cazadores dan a su programa 'Caza y Naturaleza' de charlas en colegios”.

A su juicio, la educación ambiental debe promover “una relación positiva y respetuosa del individuo con su entorno natural”, por lo que la visión de esta “actividad de aprovechamiento de los recursos naturales no es adecuada ni enriquecedora para los niños” porque “por muy respetable que pueda ser constituye, en definitiva, un aprovechamiento económico de recursos naturales públicos, bajo licencia de la administración”

En un comunicado enviado a elDiario.es Extremadura, la coordinadora admite que los cazadores “tienen derecho” a hablar a los niños de la actividad que desarrollan siempre que a sus padres les parezca adecuado, pero denuncian que se haga con subvenciones públicas porque estos menores “merecen una educación ejemplar y neutral, no sesgada hacia los valores e intereses de un sector como el de la caza, por muy lucrativo que sea.” Por este motivo, los ecologistas demandan “verdaderos educadores ambientales con titulaciones como biología o ciencias ambientales” en los centros educativos.

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