“La Marea Atlántica devolvió la ilusión a la gente y el domingo puede pasar algo grande”
Apurando ya los últimos días de la campaña, Xulio Ferreiro repite varias veces la palabra “ilusión”, la que dice encontrarse en las calles de A Coruña y la que él y su candidatura tienen ante un domingo en el que, creen, “puede pasar algo grande”. Mantiene la prudencia pero sabe que la Marea Atlántica está en disposición de liderar una alternativa al PP en la ciudad.
¿Se ve como alcalde de A Coruña?
Esas cosas no se piensan aún. Solo estoy pensando en seguir trabajando de aquí al domingo para tener el mejor resultado posible en las elecciones. Es una posibilidad que está ahí y que es real, lo que nos hace estar satisfechos porque confirma la hipótesis con la que nació la Marea Atlántica hace ya casi un año. Queríamos tener opciones reales de gobernar y las tenemos, pero no podemos poner el carro antes que los bueyes. Primero tengamos un buen resultado y luego veremos.
Hace referencia siempre a la ilusión que percibe en esta campaña, diferente a cualquier otra en los últimos años en A Coruña...
Sin duda. Eso es lo que marca esta campaña en A Coruña. Además, esa ilusión subió exponencialmente cada día y el acto repleto del Palexco supuso un impulso muy grande por la ilusión que se respiró y por la cantidad de gente que fue. Había ilusión tanto en los que estaban dentro como en los que se quedaron fuera. En los actos de barrio me encuentro también con esa ilusión. En uno de los últimos, gente mayor se acercó para darme las gracias por habérsela devuelto. También gente joven que me decía que nunca les había interesado la política pero que ahora sí están esperanzados. Esto es lo que de verdad da fuerza y hace pensar que aquí el domingo puede pasar algo muy grande.
En sus actos hay gente muy joven, pero también gente de mediana edad y ancianos. ¿Es eso un buen síntoma para la Marea?
Anima mucho. Y los comentarios de esta gente mayor son casi siempre los mismos: que habían tenido mucha ilusión en los 80 y que ahora están absolutamente decepcionados, a veces incluso con ellos mismos por no haber seguido participando o haberse acomodado por pensar que estaba todo hecho. La Marea Atlántica hizo que se reenganchasen. Me quedé con una frase que me dijo un señor: “Ya soy mayor y pensé que nunca más me iba a ilusionar. Os doy las gracias”.
El acto multitudinario, la ilusión que percibe... Insiste en que la Marea es ese voto rebelde, de A Coruña alejada de los tópicos.
La Marea está permitiendo sacar a la luz ese coruñés de verdad que tenemos dentro, esa Coruña real que no es la visión que muchos tienen fuera. A mí me pasaba de niño, sobre todo, cuando salía de la ciudad y me explicaban cómo veían el lugar donde vivía; yo nunca me reconocía en esa Coruña que no era la que yo vivía o, como mínimo, no era la del barrio de Os Mallos donde me crié. Esa Coruña de barrio se siente orgullosa de ser coruñesa y de que A Coruña pueda ser de otra manera.
El acto en el Palexco parecía importante para visualizar el apoyo de Podemos, las fuerzas de AGE o EQUO; incluso empresas encuestadoras reconocían no hace mucho que había gente que no identificaba esos partidos con la Marea Atlántica.
Ésa era la intención, que se visualizase la unidad. Que aquellas personas que querían votar a Podemos, a AGE, a CxG o a Espazo Ecosocialista viesen que su voto era la Marea Atlántica. Ese objetivo se consiguió porque la gente ya tiene muy claro que la Marea no solo representa una iniciativa ciudadana, sino una iniciativa de unidad, la que pudo visualizarse en un acto sin fisuras y sin problema alguno. El impulso en las encuestas a partir de aquel martes seguro que tiene que ver mucho con esto.
Hablando de encuestas, ¿cómo se las toma? ¿Con ilusión? ¿Con prudencia?
Con prudencia. Las encuestas tienen que servir para leer tendencias y vemos que estamos en ascenso desde que comenzó la campaña. Todas las encuestas dan la misma tendencia, que la Marea fue subiendo en intención de voto cada día. Que eso se traduzca en 7, 8 o 9 concejales, pues ya lo veremos. No nos podemos fiar y tenemos que estar tranquilos.
Someso, la Pokémon, el Ofimático, las obras de la Marina... ¿Cree que las fuerzas políticas pusieron énfasis suficiente en estos conflictos?
La gente ya era muy consciente de estos conflictos. Nadie esperó a la campaña electoral para enterarse de lo que pasó en Someso o para enterarse de que las obras de la Mariña deberían haber sido analizadas para ver si esa cantidad de dinero tenía que ser gastada en eso o no. Lo de la Pokémon llegó a tener más derivadas incluso durante la campaña, pero es una trama cuyas informaciones vienen de antes... La gente ya era muy consciente de lo que pasaba. Insistimos en eso, pero también quisimos hacer una campaña propositiva, porque no es solo estar hartos de lo que están haciendo los otros, que lo estamos, sino visualizar que hay otra forma de hacer las cosas, que es la que representa la Marea Atlántica.
Entre las críticas que más recibieron está la de calificarlos de “inexpertos”.
Somos expertos en muchas cosas. Sabemos hacer las cosas bien, no solo los miembros de la candidatura, sino los cientos de personas que nos ayudan y colaboran en la Marea, así como los que desde movimientos sociales, vecinales y sindicales estuvieron haciendo bien las cosas durante mucho tiempo. Una prueba de que se saben hacer las cosas bien es que llegamos hasta aquí. Si no tuviésemos capacidad de construir juntas, eso sería impensable. Si somos alternativa al PP es porque hacemos las cosas bien; si sacamos un periódico gratuito hecho de manera voluntaria y con un buen resultado, también es porque sabemos hacer las cosas bien... Nuestras historias personales, profesionales y de activismo están ahí y no somos más tontos de los que nos están gobernando.
Después de vivir una campaña, ¿cambia uno su concepción de la política y de los procesos electorales?
Cuando estás fuera entiendes que deben ser momentos intensos. Las horas y el tiempo que le tienes que dedicar eran esperables, pero al sufrirlo en tus carnes es diferente. Quizás lo que menos esperas es la montaña rusa emocional que supone una campaña, con momentos muy emocionantes, sobre todo cuando la gente se te acerca para transmitir sus sensaciones. Uno tiene su corazoncito y todo esto afecta emocionalmente, sobre todo en lo positivo, pero también hay momentos menos buenos. El aspecto emocional es para lo que menos preparado estás. Ada Colau me dijo un día: “Xulio, esto no está hecho para gente normal”. Y eso es cierto. Una campaña electoral e incluso una carrera política no está pensada para gente normal, sino para quien tiene una gran estructura de partido detrás, con muchos liberados, con mucho dinero para gente que está haciendo cosas para que el candidato llegue y ponga la cara... Pero nuestra forma de hacer no es esa. Estamos haciendo esto con nuestras manos, con nuestros recursos, con el trabajo voluntario de muchas personas. Esto hace las cosas muy difíciles, pero también más ilusionante.
Entonces, de la mano de todos estos procesos ciudadanos, ¿se volverá la política algo más normal, más de la gente?
Ésa es nuestra responsabilidad a partir de ahora: hacer las cosas diferentes también cuando lleguemos a las instituciones. Tendremos que demostrar que podemos hacer las cosas de manera distinta, ser personas normales, con responsabilidades políticas, pero haciendo las cosas que hacíamos antes. Seguir yendo en bus, yendo a hacer la compra, teniendo tiempo para la familia... Esto es difícil porque la política es exigente y los vecinos te van a exigir estar ahí, pero el trabajo en equipo y colectivo que hizo la Marea hasta ahora tiene que ser lo que marque nuestra labor y lo de otros procesos ciudadanos a partir del 24 de mayo.
La cooperación con Barcelona en Comú y Ada Colau o con otros procesos como Compostela Aberta parece que también ayudó la visibilizar más la Marea Atlántica.
Cooperamos con Barcelona en Comú o con Compostela Abierta sin necesidad de tener una unidad orgánica. Tenemos procesos de cooperación basados en confianza personal, en semejanzas en los proyectos... Pertenecemos a un mismo ciclo político y a unos procesos que surgen en muchos lugares del Estado fruto de situaciones muy semejantes: corrupción, quiebra del estado de cohesión social, de pérdida de identidad de nuestras ciudades, de la búsqueda de la confluencia... Te encuentras cómodo junto a gente que actúa en las mismas claves que tú estás actuando.
Sé que no me va a hablar de posibles pactos, pero si no hay mayorías absolutas como parece, no va a quedar otra que llegar a acuerdos, ¿qué sensaciones tiene?
Parece claro que se abrirá un escenario sin mayorías absolutas y aquí repito lo que dijimos siempre, que en A Coruña va a haber dos opciones: la del PP de los recortes sociales, de la austeridad, de la resignación y sin alternativa; y la que representa la Marea Atlántica, la ilusión por conseguir una política diferente y por poner las instituciones al servicio de la gente. Las demás fuerzas políticas tendrán que elegir si se colocan del lado del establishment y del poder establecido o del lado de la gente. Y si van a olvidar, como hicieron las fuerzas que confluyen en la Marea, sus intereses partidistas y de aparato para favorecer a la gente. En la Marea lo tuvieron claro. Es hora de que fuerzas políticas que no están en la Marea también tomen esa decisión, si van a seguir pensando en sus identidades políticas y en sus intereses de aparato o se se van a poner del lado de la gente.
La ley electoral restringe el margen de maniobra para pactar nuevos gobiernos municipales, que tendrán que constituirse el 13 de junio. No hay mucho tiempo, así que los partidos deberían tenerlo bastante claro ya...
Entiendo que lo tendrán claro... O no, no lo sé. Eso les compete a otras fuerzas. Nosotros lo tenemos claro desde hace meses. Pondremos encima de la mesa metodologías de gobierno, códigos éticos, líneas programáticas generales y medidas concretas y allí donde se acepte eso, habrá acuerdo, un acuerdo que tendrá que ser refrendado por la gente de la Marea Atlántica y por las personas que participaron en las primarias. Ésa es nuestra metodología y ésos son nuestros criterios. Lo que estoy es esperando a escuchar a los demás.
A punto de acabarla, ¿qué fue lo más duro de la campaña?
Pasar tanto tiempo fuera de casa y no tener tiempo para estar con los míos, es lo que más me está costando.
¿Y durante la propia campaña, en el trabajo diario de la política?
Hay cosas con las que ya cuentas. Cuentas con el juego sucio, con que te van a poner zancadillas y que vas a tener problemas. Nunca sabes cuál va a ser tu reacción anímica a todas estas cosas, a que te saquen un titular en la prensa que haga daño... Lo más duro es eso, reaccionar a estas cosas y mantener la cabeza fría y ver el panorama completo y más allá de circunstancias.
Usted es muy deportivista. Hace cuatro años, un sábado descendió el Deportivo y el domingo el PP obtuvo la mayoría absoluta en A Coruña. ¿Qué va a pasar esta vez?
Será todo al revés. No me cabe ninguna duda. Ninguna.